La cosa boba: apolog¨ªa de lo menospreciado
El a?o ha sido, para muchos en nuestra Am¨¦rica, y entre ellos me cuento, el a?o mexicano
El a?o ha sido, para muchos en nuestra Am¨¦rica, y entre ellos me cuento, el a?o mexicano.
De all¨¢ no han cesado de llegarnos motivos de alarma, de reflexi¨®n y j¨²bilo. Pocas veces se han sentido circular tan reciamente en nuestra regi¨®n, a prop¨®sito del trance hist¨®rico que atraviesa M¨¦xico, los aires de familia que discurri¨® Monsiv¨¢is al escribir sobre nuestras culturas.
Aqu¨ª en nuestra casa, el a?o comenz¨® con ¡°M¨¦xico Bizarro¡±, de Julio Pat¨¢n y Alejandro Rosas, un libro inclasificable, hecho de risa tr¨¢gica y atinado juicio historiador; un aleph que guarda rutilantemente todo lo que con M¨¦xico compartimos los latinoamericanos. En el equipo m¨ªnimo de quien desee poner algo en claro sobre la regi¨®n m¨¢s transparente, ¡°M¨¦xico Bizarro¡± complementa lo mejor de Jorge Ibarg¨¹engoitia, y ya eso es mucho decir.
El a?o me ha mantenido atento a los muchos y notables libros que de M¨¦xico pudieron llegarnos. Nada tiene eso de extra?o, en verdad; as¨ª ha sido siempre y ojal¨¢ siga si¨¦ndolo. Cunden, sin embargo, alarmas por la suerte que pueda correr el Fondo de Cultura Econ¨®mica y todo lo que ¨¦ste simboliza. Juzgando por los anuncios del dicaz capataz que han destacado all¨ª, esos temores no son infundados. Pensando en todo ello viene a mi mente un verso de Machado: ¡°Confiemos en que no sea verdad nada de lo que sabemos¡±.
Enrique Krauze, denodado campe¨®n de la causa dem¨®crata venezolana, uni¨® al lanzamiento de su libro ¡°El Pueblo soy yo¡± (Debate, 2018), la producci¨®n de un documental hom¨®nimo, dirigido por el caraque?o Carlos Oteyza.
El libro es una indsipensable suma de ensayos sobre todos los populismos, regidos en su parte latinoamericana por la interpretaci¨®n que Krauze da a las ideas de esa rara avis que fue el hispanoamericanista Richard Morse. El documental, por su parte, demuele persuasivamente todos los ben¨¦volos t¨®picos de la izquierda reaccionaria mundial sobre Hugo Ch¨¢vez y el socialismo del siglo XXI.
Rafael Rojas dispar¨® jonr¨®n de circuito completo con uno de sus mejores libros ? ? y mira que la bibliograf¨ªa del pana Rafael es un Himalaya de excelencias! ?: ¡°La polis literaria: el boom, la Revoluci¨®n y otras pol¨¦micas de la Guerra Fr¨ªa¡±. ?Leer ensayos con dicha y provecho es lo suyo? Pues lea usted a Rojas.
Termino exaltando una joya: ¡°La cosa boba¡±( El equilibrista, 2017), de don Alfonso Reyes. Se trata de una juiciosa selecci¨®n de textos m¨ªnimos, prologada por el pensador Jes¨²s Silva-Herzog M¨¢rquez.
Esta antolog¨ªa me conmueve por muchas razones. Hay una que, no por personal e ¨ªntima, dejar¨¦ de citar. Mi biblioteca debi¨® quedarse en Caracas cuando sal¨ª al exilio hace ya unos a?os. En ella, las obras de Alfonso Reyes ocupan todos los anaqueles que el fervor de un lector pudo modestamente ir llenando, volumen a volumen, en el curso de una vida.
Que la biblioteca ¡°Luis ?ngel Arango¡±, de Bogot¨¢, supla generosamente la familiaridad perdida no logra consolarme cuando el insomnio divagador tienta a media noche a salir de la cama y buscar la enternecedora an¨¦cdota que, por ejemplo, recoge Reyes en torno a Ramiro de Maeztu en Londres.
Silva-Herzog M¨¢rquez comienza por recordar ¡° un ensayo memorable, en el que Hugo Hiriart argumentaba que Alfonso Reyes terminar¨¢, a pesar de sus gigantescos m¨¦ritos en el olvido. A diferencia de Borges, no es hoy universalmente conocido. Fuera de M¨¦xico se lee poco, en otros idiomas es pr¨¢cticamente desconocido¡±.
Compendiar los motivos por los que Reyes deber¨ªa ser universalmente le¨ªdo en la actualidad excede los alcances de esta bagatela navide?a. Me limitar¨¦ a celebrar el valor que Silva-Herzog concede a la ¡°cordial conversaci¨®n¡± que, seg¨²n ¨¦l, es marca de agua de todo lo que Reyes entrega, ya se trate de una ex¨¦gesis gongorina o helen¨ªstica, su versi¨®n de la Il¨ªada, una rese?a bibliog¨¢fica o un ensayo sobe el oficio del traductor.
Atenta a esa marca de agua, esta atesorable antolog¨ªa vindica lo que Reyes llamaba ¡°prosa distra¨ªda¡±, la producci¨®n accidental, la an¨¦cdota sugestiva, lo que solo los desalmados pueden tener como obra menor.
¡°Reyes fue un maestro del ensayo breve? concluye el compilador ¨C, de la nota suelta y del aforismo. [¡] Briznas, las llama. Tambi¨¦n astillas, cartones, reliquias, residuos, instrumentos, tentativas, marginalia. Apolog¨ªas de los menospreciado. Una invitaci¨®n a merendar¡±.
?Feliz Navidad!
@ibsenmartinez
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