Una alianza m¨¢s fuerte entre jueces y militares
El nuevo Gobierno brasile?o comienza a funcionar con 7 de 22 ministros formados en las Fuerzas Armadas
La llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil ha reactivado con fuerza la relaci¨®n especial entre jueces y militares que ha existido en el pa¨ªs desde la independencia de Portugal, en 1822. Durante a?os, magistrados y militares han forjado un ideario de ley y orden para tutelar el destino de un pa¨ªs que, de tanto en tanto, ha tenido sus sobresaltos pol¨ªticos. Esa relaci¨®n se estrecha ahora con Bolsonaro, un militar en la reserva que dej¨® el Ej¨¦rcito en 1987 para dedicarse a la pol¨ªtica con un discurso que reivindicaba el papel de las Fuerzas Armadas.
Cuando era candidato, el nuevo presidente de Brasil ya anunciaba en su campa?a electoral que, si llegaba al poder, la mitad de sus ministros proceder¨ªa del c¨ªrculo militar. Al final ser¨¢n un tercio, siete de los 22 que ya est¨¢n confirmados en su Gabinete.
El presidente Michel Temer ya hab¨ªa abierto espacio para que algunos militares condujeran su Gobierno de transici¨®n despu¨¦s del impeachment de Dilma Rousseff. Pero ha sido Bolsonaro quien ha resucitado a los militares de forma contundente en la pol¨ªtica, despu¨¦s de 33 a?os pr¨¢cticamente en silencio, mientras el pa¨ªs exorcizaba los a?os del r¨¦gimen militar que dur¨® entre 1964 y 1985. Las noticias de corrupci¨®n protagonizadas por el Partido de los Trabajadores (PT) y una econom¨ªa en declive despertaron el rechazo del pa¨ªs a la izquierda. Pero algunos temieron que, con Bolsonaro, se podr¨ªa volver a la dictadura. Siempre atento a las reacciones de la opini¨®n p¨²blica, el presidente electo anunci¨® de inmediato: ¡°Soy esclavo de la Constituci¨®n¡±.
Un d¨ªa despu¨¦s de ser confirmado en las urnas, el presidente electo hizo un gesto simb¨®lico de compromiso con la ley cuando ofreci¨® el puesto de ministro de Justicia y Seguridad al juez S¨¦rgio Moro. El magistrado ha impulsado durante los ¨²ltimos cinco a?os la mayor ofensiva judicial contra la corrupci¨®n pol¨ªtica en Brasil, la Operaci¨®n Lava Jato, y ha encarcelado al gran enemigo pol¨ªtico de Bolsonaro, el expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva. Moro abandon¨® la magistratura y acept¨® juntarse a la troupe de militares. Es, hasta la fecha, el ministro que mejor ha dise?ado la estructura de su departamento.
Los ¨²ltimos a?os de turbulencias pol¨ªticas han sido los que han llevado a los brasile?os a vivir la actual ¨¦poca de polarizaci¨®n. Los militares surgen en este contexto, present¨¢ndose como la instituci¨®n que asegura la integridad del pa¨ªs al mismo tiempo en que logran reescribir su pasado cuando eran vistos como enemigos de la libertad y de la democracia. A diferencia de antes, ahora hay un presidente respaldado por el voto popular para representarlos y las Fuerzas Armadas han anunciado que respetar¨¢n todos los compromisos democr¨¢ticos. La nueva p¨¢gina que se escribe en la historia de un pa¨ªs de 209 millones de ciudadanos coincide con una disposici¨®n de la Corte Suprema de Brasil a reducir el protagonismo del poder judicial en la vida pol¨ªtica para acordar un pacto y una acci¨®n coordinada con el Ejecutivo y el legislativo.
Un Ejecutivo fuerte
Desde 2014, cuando la investigaci¨®n de la Operaci¨®n Lava Jato empez¨® a sacudir el pa¨ªs, el Supremo decidi¨® el destino de grandes protagonistas de la vida pol¨ªtica, como la expresidenta Dilma Rousseff. Tambi¨¦n el juicio del expresidente Lula, hoy encarcelado por corrupci¨®n. Ahora se considera que ha llegado el momento de que el Ejecutivo gane m¨²sculo, un anhelo que los militares quieren garantizar despu¨¦s de la p¨¦rdida de rumbo de Brasil con la interrupci¨®n del Gobierno de Rousseff, y la tambaleante gesti¨®n del presidente Michel Temer, a quien le falt¨® el soporte del voto para tener m¨¢s legitimidad. ¡°Fuimos el hilo conductor de la sociedad brasile?a. Ahora lleg¨® el momento en el que los representantes que fueron elegidos lleven de nuevo la credibilidad a la naci¨®n¡±, dijo el presidente del Supremo, Antonio Dias Toffoli, en una reuni¨®n con la prensa en noviembre pasado.
El presidente de la Corte ya buscaba esa coordinaci¨®n futura antes del resultado de las elecciones, que lleg¨® el 28 de octubre. En un gesto inusual entre los miembros del Supremo, design¨® en septiembre a un oficial del Ej¨¦rcito para ser su asesor especial, el general Fernando Azevedo e Silva. La asesor¨ªa le dur¨® poco. Silva fue nombrado ministro de Defensa del nuevo Gobierno, cargo que asumir¨¢ ma?ana. Pero Toffoli ya tiene a un sustituto para asesorarlo: otro general, Ajax Porto Pinheiro, uno de los excomandantes de las tropas de paz de las Naciones Unidas en Hait¨ª.
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