Venezuela, 2019: a?o de perro y colmillo
Para el pa¨ªs, el a?o que termina ha a?adido tama?o y peso a los horrores que acompa?an su ya irreversible disoluci¨®n como naci¨®n
Para Venezuela el a?o que termina ha a?adido tama?o y peso a los horrores que acompa?an su ya irreversible disoluci¨®n como Estado de derecho y como naci¨®n. El infierno se ha entronizado en el pa¨ªs.
Las cifras de criminalidad hablan de una cat¨¢strofe humanitaria imposible de imaginar pocos lustros atr¨¢s. 20.000 homicidios sin esclarecer ¨C 20.000 asesinatos impunes? , tan solo durante 2018.
Una hiperinflaci¨®n tan irresta?able y duradera como nunca antes se hab¨ªa registrado en los anales que mundialmente llevan estas cuentas. La desnutrici¨®n y la escasez de medicamentos, el colapso del sistema p¨²blico de salud, la ineptitud, incuria y corrupci¨®n de una mafia narcomilitar usurpadora del poder pol¨ªtico, dedicada tan solo al saqueo de toda la riqueza nacional, p¨²blica y privada, todo ello concurre cada d¨ªa que pasa en la muerte de miles de venezolanos.
Un concienzudo trabajo realizado por competent¨ªsimos expertos y hecho p¨²blico, en fecha reciente, por la prestigiosa Brookings Institution, calcula en ocho millones los emigrantes venezolanos en el futuro cercano. Un inminente 25% del total de 31 millones.
En medio del desconsuelo y la desesperanza generales, surgen acontecimientos que acaso infundan ¨¢nimo a muchos de mis compatriotas pero que, ?Dios me perdone!, en m¨ª solo remueven incredulidad y conmiseraci¨®n.
Entre esos acontecimientos que menciono est¨¢ la fomulaci¨®n de cuidadosos planes de reconstrucci¨®n nacional ¡°para el d¨ªa siguiente¡± de una taumat¨²rgica evaporaci¨®n instant¨¢nea de la tiran¨ªa de Maduro, lograda por l¨ªderes opositores que a¨²n no est¨¢n a la vista.
Estas propuestas de reconstrucci¨®n nacional, formuladas por gente que admiro y de cuya probidad no tengo duda, lucen en verdad muy persuasivas pues sus proyecciones se basan en premisas macroecon¨®micas en absoluto descabelladas.
Como sus promotores son gente sensata, scholars de alta competencia, pero en modo alguno adivinos ni mucho menos factores de la pol¨ªtica contingente, prudentemente no ofrecen calendario ni hoja de ruta pol¨ªtica para lograr el fin de la b¨¢rbara cleptocracia que nos desangra. Se limitan a formular, previsivamente, lo que habr¨ªa que hacer cuando Maduro ya no est¨¦ all¨ª cada ma?ana.
Saber que hay gente que sabr¨ªa qu¨¦ hacer ¡°al d¨ªa siguiente¡± es cosa buena, pero solo pensar en ello remite a la formidable tarea que una oposici¨®n pol¨ªtica, extenuada y ayuna de ideas tiene pendiente, si es que, en verdad, quiere acercarnos a ese por ahora mitol¨®gico ¡° d¨ªa siguiente¡±.
El hecho capital de los ¨²ltimos tiempos venezolanos ha sido el ¨¦xodo de millones. De su pr¨®spera clase media profesional, tanto como de los desdentados por la vida. La profunda disparidad de esos dos exilios ? que, en realidad, se desglosan en much¨ªsimos tipos de exilios ¨C es tr¨¢gica y se manifiesta cruelmente al contrastar eso que los sabihondos llaman ¡°sus representaciones¡±.
Por un lado, la otrora pujante y nutrida clase media, hu¨¦rfana de expresi¨®n pol¨ªtica, ha abandonado casi por completo el pa¨ªs y, fatalmente, aun mal de su grado, se cosmopolitiza. Sus v¨¢stagos hace tiempo que se aclimatan e integran, tambi¨¦n inevitablemente, a otras realidades.
Parte de este exilio ¡°cuelga¡± en las redes sociales spots publicitarios venezolanos de los a?os 80, discursos de Renny Ottolina ( c¨¦lebre presentador de TV, fallecido en 1978), mensajes navide?os de la expropiada Radio Caracas TV, como ritual exvoto de sus convicciones y valores. Su invencible nostalgia recuerda a las mesas de domin¨® del exilio cubano, en la plaza Mart¨ª de la Peque?a Habana, en Miami. Con el mismo signo de irreversibilidad.
Los otros, las huestes de menesterosos, los zambos y mulatos, los ¡°pata-en-el- suelo¡± de todos nuestros siglos, sin escolaridad ni calificaci¨®n laboral alguna, solo entrenados en la mendicidad por veinte a?os de socialismo del siglo XXI, cruzan Suram¨¦rica de norte a sur con lastimeros escapularios de cart¨®n solicitando limosna. Pocos entre ellos piensan en el retorno a Venezuela.
Nicol¨¢s Maduro, por su parte, tiene un ej¨¦rcito desalmado y asesino, una petrolera estatal que rematar, oro y miner¨ªa que enajenar a surafricanos y turcos, tiene a los rusos ? ?oh s¨ª, los tiene y muy a su lado!?, tiene sus viejos perros de presa y una leal oposici¨®n de fundamentalistas del voto.
Tendr¨¢ su constituci¨®n a la cubana, tambi¨¦n, y una larga vida m¨¢s all¨¢ del 10 de enero.
?Feliz a?o nuevo!
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