A 100 a?os de la Semana Tr¨¢gica en Argentina, una huelga obrera que acab¨® en masacre
Entre el 7 y el 14 de enero de 1919, la represi¨®n de polic¨ªas y militares contra trabajadores caus¨® al menos 700 muertos en Buenos Aires
El 9 de enero de 1919, un multitudinario cortejo f¨²nebre por las calles de Buenos Aires se convirti¨® en una masacre. Fue en medio de la Semana Tr¨¢gica, los siete d¨ªas m¨¢s violentos de la historia de la capital argentina, de los que se cumplen cien a?os. Fuerzas policiales y militares arremetieron contra los trabajadores en huelga de los talleres Vasena, la empresa metal¨²rgica m¨¢s grande de Sudam¨¦rica, y aquellos que se solidarizaron con ellos. Tambi¨¦n se persigui¨®, tortur¨® y asesin¨® a decenas de jud¨ªos que en ese momento se vincularon a la Revoluci¨®n rusa. En una semana hubo al menos 700 v¨ªctimas mortales, miles de heridos, detenidos y deportados.
Hace un siglo, reci¨¦n terminada la I Guerra Mundial, Argentina era el pa¨ªs m¨¢s rico e industrializado del continente. Tambi¨¦n, el que ten¨ªa el movimiento obrero m¨¢s organizado. La asunci¨®n del radical Hip¨®lito Yrigoyen en 1916 como el primer presidente elegido por el pueblo argentino -sin voto femenino a¨²n- permiti¨® "que la clase media lograse acceder a ciertos estamentos de poder, aunque el poder lo siguieron manteniendo los oligarcas, y propici¨® la organizaci¨®n de los trabajadores", dice el historiador Horacio Silva. El autor de la investigaci¨®n D¨ªas rojos, verano negro destaca que el triunfo bolchevique en Rusia, un a?o despu¨¦s, tuvo a¨²n una mayor repercusi¨®n en el movimiento obrero local, que se volvi¨® m¨¢s combativo pese a su divisi¨®n entre anarquistas y sindicalistas.
Los 2.500 trabajadores de los talleres metal¨²rgicos Pedro Vasena e hijos, que desde 1912 era una empresa de capital mayoritario brit¨¢nico, ten¨ªan unas p¨¦simas condiciones laborales. "Las jornadas eran de 11 horas y a veces m¨¢s. Las horas extras no eran recompensadas con ning¨²n salario extra", cuenta el historiador Carlos Macagno en la plaza Mart¨ªn Fierro, el lugar donde un siglo atr¨¢s se levantaba la f¨¢brica en huelga. Macagno, orador del homenaje p¨²blico por el centenario de la Semana Tr¨¢gica celebrado este lunes, explica que los empresarios "no toleraban la actividad de representantes de los obreros y el salario, m¨ªsero, apenas alcanzaba para pagar la pieza del conventillo y llevar algo de comida a la mesa familiar".
En diciembre de 1918 los obreros de Vasena se declararon en huelga. Exig¨ªan una jornada laboral de ocho horas, un incremento salarial y el pago de las horas extras. Alfredo Vasena se neg¨® a recibir el escrito con sus condiciones y a tratar con la delegaci¨®n sindical. El clima se tens¨® con el paso de los d¨ªas. Dos semanas despu¨¦s, los trabajadores bloquearon la salida de materiales del dep¨®sito a la f¨¢brica y los due?os convocaron a rompehuelgas, que eran grupos parapoliciales armados.
El 7 de enero de 1919, cuando la medida de fuerza ya superaba el mes, la polic¨ªa se puso al frente de la represi¨®n. Los agentes dispararon sus fusiles contra los trabajadores que se encontraban en la sede del sindicato metal¨²rgico y mataron a tres de ellos. Otro muri¨® de un sablazo y unos treinta resultaron heridos. Esa matanza fue el inicio de la Semana Tr¨¢gica. Las centrales obreras se solidarizaron con los trabajadores metal¨²rgicos y convocaron a una huelga general que paraliz¨® Buenos Aires. El Gobierno de Yrigoyen convoc¨® al Ej¨¦rcito.
El 9 de enero la ciudad amaneci¨® sin metro ni tranv¨ªas y con las f¨¢bricas y el puerto detenidos. A las dos de la tarde, desde el local del sindicato, parti¨® un cortejo f¨²nebre con los ata¨²des de los cuatro obreros asesinados. A su paso por la c¨¦ntrica avenida Corrientes hab¨ªa unas 300.000 personas. Desde una iglesia se produjeron disparos y los contestaron con piedras y objetos incendiarios. Los huelguistas asaltaron armer¨ªas, pero polic¨ªas y militares los emboscaron en el cementerio de la Chacarita. De detr¨¢s de los muros aparecieron uniformados que dispararon contra la multitud. Hubo decenas de muertos.
"No hay cifra oficial ninguna de v¨ªctimas, el Gobierno intentaba ocultar estos cr¨ªmenes", se?ala Silva, quien asegura que" las estimaciones m¨¢s conservadoras" hablan de 700 muertos. "Una huelga de una sola f¨¢brica y la brutal represi¨®n que la sigui¨® motiv¨® un estallido de furia en toda la ciudad de Buenos Aires que arrastr¨® a la clase media", resume este historiador.
La violencia continu¨® en los d¨ªas posteriores. Hubo enfrentamientos en los barrios colindantes a la f¨¢brica metal¨²rgica y un grupo anarquista intent¨® dejar a la ciudad sin suministro de agua con un asalto fallido a los dep¨®sitos. Integrantes de las familias olig¨¢rquicas argentinas crearon una fuerza de choque que se dedic¨® a saquear negocios jud¨ªos y a perseguir a miembros de esa comunidad por considerarlos partidarios de la revoluci¨®n rusa.
"Detienen a un jud¨ªo y, despu¨¦s de los primeros golpes, de su boca mana sangre en abundancia. En esta situaci¨®n, le ordenan cantar el Himno Nacional. No puede hacerlo y lo matan en el mismo lugar", escribi¨® el periodista y escritor jud¨ªo Pinie Wald en su libro Koshmar, en el que relat¨® las torturas sufridas por ¨¦l y otros jud¨ªos durante esos d¨ªas. Su testimonio, escrito en yiddish y traducido despu¨¦s como Pesadilla, ser¨¢ reeditado en las pr¨®ximas semanas.
"Mi padre dec¨ªa que aprendi¨® dos cosas: hasta d¨®nde una persona puede soportar torturas y hasta d¨®nde una persona puede torturar a otras", dijo Flora Wald, la hija del autor, en el homenaje celebrado en la plaza Mart¨ªn Fierro.
El conflicto termin¨® el 14 de enero. Los trabajadores regresaron a la f¨¢brica con sus condiciones satisfechas: reconocimiento de la organizaci¨®n sindical como interlocutor, jornadas de ocho horas, descanso dominical, aumento de sueldo y horas extras remuneradas. "Fue una victoria de los trabajadores", subraya Silva, "ped¨ªan cosas elementales que hoy est¨¢n en la legislaci¨®n laboral de cualquier pa¨ªs, pero costaron 700 muertos por lo menos".
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