May supera la moci¨®n de censura planteada por los laboristas

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Era un prop¨®sito imposible, porque el rechazo de un buen n¨²mero de diputados conservadores al plan del Brexit de Theresa May nunca iba a transformarse en la deslealtad extrema de apoyar la ca¨ªda de su propio Gobierno. La moci¨®n de censura planteada a rega?adientes por el l¨ªder laborista, Jeremy Corbyn, ha sido rechazada este mi¨¦rcoles por el Parlamento, 325 votos frente a 306. May ha logrado extraer fuerza de la debilidad de su adversario, y el laborista ¡ªagotado el intento de forzar nuevas elecciones¡ª ha recibido de inmediato presiones de sus propias filas para que abandone su ambig¨¹edad y apoye un nuevo refer¨¦ndum.

Corbyn no ten¨ªa otra opci¨®n que tirar adelante con su moci¨®n de censura. La hab¨ªa anunciado como segura en los d¨ªas previos a la votaci¨®n del Brexit, y la descomunal derrota infligida el martes por el Parlamento al plan de May fue el detonante. Pero tan claro estaba desde un principio que la moci¨®n no iba a prosperar, que apenas dos horas antes de que comenzara el debate, un grupo de 71 diputados laboristas reclam¨® a su l¨ªder que pensara ya en el siguiente paso y se dispusiera a apoyar un segundo refer¨¦ndum. ¡°Debemos intentar acabar con este Gobierno, pero tanto ese prop¨®sito como la idea de forzar un adelanto electoral pueden resultar imposibles¡±, dec¨ªan en un comunicado firmado por todos ellos. ¡°Un¨¢monos a los sindicatos, a los afiliados y a la mayor¨ªa de nuestros votantes en respaldar de un modo inequ¨ªvoco la ¨²nica opci¨®n l¨®gica que puede ayudar al pa¨ªs a avanzar: devolver la palabra a la ciudadan¨ªa, en una votaci¨®n que contemple la opci¨®n de permanecer en la UE y mantener el acuerdo que hoy tenemos¡±, exigieron.

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El Partido Laborista ¡ªy el propio Corbyn lo ha admitido este mi¨¦rcoles varias veces en su intervenci¨®n¡ª se comprometi¨® en su congreso de Liverpool, en septiembre, a defender la idea de una nueva consulta sobre el Brexit si no ten¨ªa ¨¦xito en provocar un adelanto electoral.

La direcci¨®n del partido no disimul¨® su irritaci¨®n ante el momento elegido por esos diputados para presentar su carta. ¡°A ninguno de ellos le importa la posibilidad de acabar con un Gobierno tory¡±, ha expresado su irritaci¨®n en Twitter Joe Bradley, miembro del equipo de trabajo de Corbyn. Aunque poco despu¨¦s borr¨® su comentario.

Corbyn no descarta seguir presionando a May, a trav¨¦s de una cascada de iniciativas parlamentarias, antes de ceder a la idea de un segundo refer¨¦ndum. ¡°Bajo las convenciones de esta C¨¢mara, bajo cualquier precedente, la p¨¦rdida de la confianza [por el rechazo a su plan del Brexit] y del control de las finanzas [por la moci¨®n aprobada en d¨ªas previos que bloque¨® la capacidad del Gobierno de aumentar impuestos para gestionar la salida de la UE] supondr¨ªan de inmediato que el Gobierno dimitiera. Si un Gobierno es incapaz de impulsar sus propias leyes en el Parlamento, deber acudir a los ciudadanos y solicitar un nuevo mandato¡±, ha exigido Corbyn.

El debate ha mostrado la debilidad del l¨ªder laborista, quien intentaba presentar casi a gritos sus argumentos frente a una bancada conservadora que no dejaba de abuchearle. En una estrategia concertada, los diputados tories interven¨ªan para atacar al l¨ªder de la oposici¨®n. ¡°El se?or Corbyn ha dado argumentos importantes, aunque no muy bien explicados. Pero si son tan importantes, ?por qu¨¦ sigue seis puntos por detr¨¢s del Partido Conservador en todas las encuestas? Porque es el l¨ªder m¨¢s incompetente que ha tenido nunca la oposici¨®n¡±, le ha dicho Anne Soubry, quien parad¨®jicamente es una de las m¨¢s firmes defensoras de la idea de un nuevo refer¨¦ndum en las filas conservadoras. Corbyn escuch¨® a los mismos que le hab¨ªan presionado para que presentara la moci¨®n ¡ªlos nacionalistas escoceses del SNP y los liberales dem¨®cratas¡ª¡ª abogar por la celebraci¨®n cuanto antes de una nueva consulta sobre el Brexit. Y sus votos, sumados a los del laborismo y un peque?o pu?ado de conservadores, podr¨ªan haber dado alas a una moci¨®n en defensa del segundo refer¨¦ndum.

Fue una jornada parlamentaria de alivio para May, quien vio c¨®mo la presi¨®n, por unas horas, dejaba de estar sobre sus espaldas para colocarse sobre las de Corbyn. ¡°Su liderazgo del Partido Laborista ha supuesto una traici¨®n de todo aquello que defend¨ªa esa formaci¨®n, una traici¨®n a la vasta mayor¨ªa de sus diputados y una traici¨®n a millones de votantes laboristas decentes y patriotas¡±, le ha acusado May.

Pero si bien qued¨® clara la trampa en la que cay¨® el pol¨ªtico laborista, al convertir un debate sobre el catastr¨®fico fracaso del plan del Brexit de la primera ministra en una discusi¨®n sobre la capacidad de Corbyn para liderar Reino Unido, May no ha salido completamente ilesa. Los diputados de la oposici¨®n dieron poca credibilidad a su voluntad, expresada en la noche del martes, de tender puentes y escuchar a todos, para poner en marcha una alternativa a su acuerdo fallido.

May ha puesto al frente de esta tarea a su n¨²mero dos, David Lidington, un pol¨ªtico h¨¢bil y de su absoluta confianza. ¡°Yo soy el tipo que sube al escenario y comienza a girar los platos sobre los palos¡±, brome¨® en una entrevista a la revista The Spectator. No est¨¢ claro con qu¨¦ platos cuenta Lidington para salvar un plan que obtuvo el rechazo de 230 diputados, el mayor en la historia de Westminster. La ¨²nica idea que sobrevol¨® el debate ¡ªsimplemente porque, por primera vez, May no la descart¨® con rotundidad¡ªfue que, sea cual sea la alternativa que la primera ministra presente al Parlamento el pr¨®ximo lunes, la posibilidad de que deba pedirse una extensi¨®n del art¨ªculo 50 a Bruselas y retrasar la fecha del Brexit es cada vez m¨¢s real.