Una frontera que arde
Cuatro grandes mercados ilegales dominan los m¨¢s de 2.000 kil¨®metros que separan Colombia y Venezuela
El jueves pasado, Nicol¨¢s Maduro asumi¨® la presidencia de Venezuela por segunda vez. ?l prev¨¦ permanecer en el poder, al menos, hasta el a?o 2025. El panorama de su mandato no pod¨ªa ser peor: una fuerte crisis humanitaria, crisis econ¨®mica y una crisis pol¨ªtica, esto ¨²ltimo principalmente derivado de que m¨¢s de 40 pa¨ªses no reconocen su mandato. Pero, adem¨¢s, su proyecto pol¨ªtico hace aguas. Esta situaci¨®n en Venezuela complica a¨²n m¨¢s el delicado estado de la frontera con Colombia. La radiograf¨ªa es la siguiente.
Al menos 17 estructuras criminales operan en la frontera, muchas de ellas parecen para-Estados: regulan la vida social de varias comunidades fronterizas, cobran impuestos que en la pr¨¢ctica son extorsiones y hasta tienen manuales de convivencia. La guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), el grupo posdesmovilizaci¨®n paramilitar del Clan del Golfo, La Oficina del Caribe, y hasta emisarios de los c¨¢rteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generaci¨®n tienen presencia en ese corredor.
No es para menos, cuatro grandes mercados ilegales han crecido espectacularmente: En primer lugar, el tr¨¢fico de drogas. Se cree que, al menos, el 17% del total de coca¨ªna producida en Colombia sale por Venezuela. En segundo lugar, el tr¨¢fico de gasolina. Aunque no se conocen cifras exactas, son miles de galones de gasolina que diariamente pasan de contrabando. La diferencia cambiaria hace que este negocio sea bastante rentable. En tercer lugar, hay contrabando de alimentos. Debido a que la alimentaci¨®n es subsidiada en Venezuela, se ha creado un mercado negro. Muchos de los productos que deber¨ªan servir para alimentar a los venezolanos, son trasladados ilegalmente a Colombia. En todas las ciudades de la Costa Caribe colombiana se consiguen esto productos. Por ¨²ltimo, un mercado, que crece como la espuma, es el tr¨¢fico de personas: esclavitud laboral y explotaci¨®n sexual. Las m¨¢s afectadas son las mujeres.
Todo esto es producto de varios factores. El primero se refiere a una ausencia de institucionalidad. Del lado venezolano, pr¨¢cticamente, el Estado ha colapsado, los niveles de corrupci¨®n son incre¨ªbles y la ineficiencia institucional es ahogante. Del lado colombiano, la situaci¨®n es mejor, pero no es alentadora, la corrupci¨®n, la cooptaci¨®n criminal del Estado, son grandes dolores de cabeza. Un segundo factor es la diferencia cambiaria. El tr¨¢fico de gasolina y alimentos es casi igual de rentable al tr¨¢fico de drogas, es casi imposible impedir que se produzcan estos fen¨®menos. Estas redes ilegales de mercados han creado un fen¨®meno que podr¨ªa denominarse de clientelismo social. Miles de personas viven de tr¨¢fico de alimentos y gasolina, limitar estos mercados causar¨ªa una explosi¨®n social. En La Guajira colombiana o en el departamento del Cesar hay comunidades enteras que viven de estos mercados. Un tercer factor es la desconfianza entre las instituciones de seguridad de ambos Estados: no hay ning¨²n tipo de colaboraci¨®n. De hecho, no hay comunicaci¨®n en ning¨²n sentido.
De esta forma, la actual situaci¨®n de Venezuela y las relaciones entre ambos Estados solo favorecen a las organizaciones criminales. De hecho, se puede decir que lo mejor que podr¨ªa pasar es que se d¨¦ una salida negociada a la actual situaci¨®n de Venezuela. Cualquier otra salida, como golpes de Estado, intervenciones militares podr¨ªan llevar a una situaci¨®n peor. No solo porque la oposici¨®n venezolana carece de liderazgo, cohesi¨®n y proyecto pol¨ªtico coherente. Sino tambi¨¦n porque se podr¨ªa dar una inestabilidad institucional permanente con una salida violenta.
Recientemente, la ciencia pol¨ªtica ha desarrollado el t¨¦rmino de ¡°Estados Protegidos contra-golpes¡±. Luego de los diferentes caminos que tomaron los Estados que vivieron la Primavera ?rabe, se logr¨® determinar que aquellos que tiene instituciones de seguridad complejas, dispersas y escalonadas, dif¨ªcilmente sufrir¨¢n un golpe de Estado. En caso de que se d¨¦, el golpe no ser¨ªa total y se causar¨ªa una inestabilidad incre¨ªble, superior a la que existe. Tal vez la mejor soluci¨®n es negociar la salida de Maduro. Luego, el chavismo moderado deber¨ªa liderar un Gobierno de concertaci¨®n con sectores de la oposici¨®n y as¨ª comenzar la transici¨®n. Las dem¨¢s son ideas sin sentido.
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