Un ¡®campus¡¯ de referencia para la polic¨ªa de Am¨¦rica Latina
La Escuela de Cadetes, emblema de Colombia, se ha convertido en destino de formaci¨®n para agentes de toda la regi¨®n
Con una larga y orgullosa tradici¨®n, la Escuela de Cadetes General Francisco de Paula Santander, erigida en una antigua finca en el sur occidente de Bogot¨¢, tiene un enorme peso simb¨®lico para la Polic¨ªa Nacional de Colombia. Con estatus universitario, es el lugar donde se forman los oficiales, el campus por donde pasan todos los que aspiren a ser generales. El confuso atentado con coche bomba de este jueves en la ma?ana enluta a Latinoam¨¦rica, pues el prestigio de la academia la ha convertido un destino de formaci¨®n para uniformados de otros pa¨ªses de la regi¨®n.
La violencia del estallido, y el nivel de las quemaduras, ha dificultado identificar los cuerpos. Las autoridades han deslizado que ser¨¢ necesario practicar pruebas de ADN. Entre los m¨¢s de 20 fallecidos, cuyos nombres apenas se han conocido a cuentagotas, se encuentra la polic¨ªa ecuatoriana ?rika Chic¨®, y entre los 60 heridos su compatriota Carolina Sanango, seg¨²n confirm¨® el presidente de ese pa¨ªs, Len¨ªn Moreno, en su cuenta de Twitter. Su hom¨®logo paname?o, Juan Carlos Varela, se?al¨® que 47 cadetes de ese pa¨ªs se forman actualmente en Bogot¨¢, y dos de ellos tambi¨¦n resultaron heridos. Las v¨ªctimas fatales son algunos de los estudiantes que se encontraban en la entrada principal y los polic¨ªas que persegu¨ªan al atacante.
Al caer la tarde, las inmediaciones de la Escuela General Santander se manten¨ªan acordonadas y bajo estricta vigilancia, con un robusto despliegue militar y policial. El presidente Iv¨¢n Duque segu¨ªa en el interior de las instalaciones, detr¨¢s precisamente de la puerta principal, donde se encontraban las banderas izadas a media asta, encabezando una junta de inteligencia junto al ministro de Defensa, el fiscal general y el alto mando del ej¨¦rcito y la polic¨ªa.
El brutal acto terrorista en Bogot¨¢ cobr¨® la vida de una compatriota. Mi m¨¢s sincero p¨¦same a los familiares, amigos y compa?eros de Erika Chic¨®. Esperamos la pronta recuperaci¨®n de Carolina Sanango, quien sufri¨® heridas leves.
— Len¨ªn Moreno (@Lenin) January 17, 2019
¡°Eso es un pedazo de carro que cay¨® hasta ac¨¢¡±, dice al se?alar un par de piezas peque?as de metal retorcido el polic¨ªa que, con fusil en mano, cuida otra entrada, la de las casas fiscales, a un centenar de metros del lugar del estallido. Evita dar su nombre y se?ala que en este sector est¨¢ prohibido tomar fotos. Los edificios de las casas fiscales marcan el final del per¨ªmetro de la escuela. Del otro lado de la reja, se observa una larga fila de viviendas del barrio F¨¢tima con las ventanas rotas. La camioneta que conduc¨ªa el atacante estaba cargada con 80 kilos de pentolita, una mezcla de TNT y pentrita, seg¨²n el primer reporte de la fiscal¨ªa colombiana. Una potente carga que podr¨ªa derribar un edificio de cinco pisos, seg¨²n han explicado expertos en explosivos a la prensa colombiana.
Frente a esa garita, todav¨ªa en piyamas y abrigados con algunas cobijas, pues as¨ª los sorprendi¨® el estruendo, Yineth intenta ingresar a su hogar en las casas fiscales con sus tres hijos de 18, 5 y 2 a?os. Es la esposa de un teniente de la polic¨ªa. ¡°Fue tremendo, muy fuerte, los vidrios explotaron, el techo se levant¨® porque vivimos en el cuarto piso, el ¨²ltimo de uno de los edificios, y las puertas inmediatamente se abrieron¡±, recapitula al tiempo que deja claro que prefiere omitir su apellido. Bajaron descalzos. ¡°No sab¨ªamos para donde coger, nos fuimos para el parque infantil y all¨¢ preciso estaba el carro, entonces ah¨ª mismo nos evacuaron a la plaza de armas¡±, a?ade. Cuenta que el interior de la Escuela de Cadetes es como un peque?o barrio agradable, con parques, zonas verdes e iglesia, en el que siempre se ha sentido muy segura. Despu¨¦s de que regresaron de almorzar no les han permitido ingresar, y precisa recoger algunas pertenencias para pasar la noche en alg¨²n otro lugar. ¡°Vamos a ver el estudio de la estructura de los apartamentos, a ver si siguen siendo habitables¡±, declara presurosamente, pues finalmente le autorizan pasar el puesto de seguridad.
Nuestra embajada ha verificado que de los Cadetes paname?os que se preparan en la Esc. de Polic¨ªa de Colombia, 45 est¨¢n bien y 2 heridos estables. Nuestro respaldo y solidaridad con la Fuerza P¨²blica de Colombia en la lucha contra el narcotr¨¢fico y crimen organizado.
— Juan Carlos Varela (@JC_Varela) January 17, 2019
Los humildes vecinos de los barrios en los alrededores tambi¨¦n intentaban lentamente volver a la normalidad. A unos metros de la entrada se levanta una carpa azul en la que distintas dependencias de la Alcald¨ªa de Bogot¨¢ y funcionarios de la Cruz Roja colombiana eval¨²an las afectaciones del estallido en las inmediaciones. Aunque el balance consolidado solo estar¨¢ listo en la noche de este jueves, los da?os consisten preliminarmente en los ventanales rotos de m¨¢s de sesenta viviendas en tres manzanas a la redonda, sin heridos de consideraci¨®n, explic¨® a este peri¨®dico Tito Alf¨¦rez, del Instituto Distrital de Gesti¨®n de riesgos, Idiger. En tiempos del narcoterrorismo de Pablo Escobar, a finales del siglo pasado, los bogotanos comenzaron a habituarse a medir la potencia de las bombas por la cantidad de ventanales rotos a la redonda. Nadie desea recordar aquella bonanza de los vidrieros en un pa¨ªs atascado en sus esfuerzos por pasar la p¨¢gina de la violencia. Ni autoridades ni ciudadanos se aventuraban el jueves a se?alar un responsable.
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