La cruda pol¨ªtica del Mediterr¨¢neo Central
Puertos cerrados a barcos de rescate de ONG, devoluciones a Libia y naufragios en la ruta m¨¢s peligrosa para llegar a Europa
En la ¨²ltima semana, el Mediterr¨¢neo Central ha sido escenario de un naufragio en el que han muerto 117 personas que trataban de llegar a Europa y del traslado a Libia de otras 144 que, tras ser rescatadas por un mercante de Sierra Leona, han terminado en centros de detenci¨®n abarrotados, en condiciones insalubres y donde se han documentado torturas. Entre tanto, el barco de la ¨²nica ONG que en este momento realiza rescates en la zona, la alemana Sea Watch, lleva m¨¢s de siete d¨ªas con 47 personas a bordo esperando a que alg¨²n pa¨ªs europeo les permita desembarcar. Las tres situaciones reflejan con crudeza el impacto de unas pol¨ªticas migratorias cada vez m¨¢s restrictivas en la ruta m¨¢s mort¨ªfera hacia Europa.
El camino desde Libia hacia Italia o a Malta por mar ya fue el m¨¢s peligroso en 2018 -muri¨® una de cada 31 personas que trataron de cruzarlo- y tambi¨¦n lo es en lo que va de 2019: la tasa de mortalidad hasta el 23 de enero es del 15,89%. Eso significa que falleci¨® una de cada seis personas que emprendieron el viaje, y que esa v¨ªa resulta cuatro veces m¨¢s letal que en el mismo periodo del a?o anterior (3,6%), seg¨²n los c¨¢lculos de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM). Entre tanto, las llegadas se han desplomado por esta v¨ªa -204 personas en lo que va de enero-, mientras que la ruta por Espa?a, menos letal, ha registrado 3.429 llegadas en el mismo periodo.
Los tres supervivientes de ese naufragio fueron trasladados por la Guardia Costera italiana a Lampedusa. Sufr¨ªan de hipotermia y contaron que en la embarcaci¨®n de goma en la iban viajaban tambi¨¦n otras 117 personas. Por eso la OIM pudo tener noticias de ellos y documentar los hechos. Pero otras veces no hay nadie para contarlo. ¡°Cuando hay menos ONG sobre el terreno, hay menos acceso a datos de muertes en naufragios¡±, afirma Marta S¨¢nchez Dionis, analista del Missing Migrants Project, de la OIM. ¡°Las posibilidades de que desaparezcan barcos enteros sin dejar rastro aumentan si no hay testigos¡±, explica.?Sin embargo, cada vez hay menos ONG en misiones de b¨²squeda y salvamento en el Mediterr¨¢neo Central, cuya actividad se percibe con recelo por algunos Estados a los que les resultan pol¨ªticamente inc¨®modas.
El caso m¨¢s claro es Italia, donde se han abierto investigaciones contra las ONG que rescatan y se ha ido poniendo trabas a su trabajo -el Aquarius, el buque que salv¨® de morir ahogadas a 30.000 personas, se vio forzado a dejar su actividad en diciembre por el hostigamiento institucional-. ¡°Las ONG han sido objetivo de una eficaz campa?a de desprestigio, con acusaciones de estar aliados con las mafias, sin que ning¨²n proceso abierto haya llegado a juicio¡±, explica Matteo Villa, experto en migraci¨®n del italiano Instituto para los Estudios de la Pol¨ªtica Internacional (ISPI). Espa?a ahora ha impedido que dos buques de rescate de ONG espa?olas emprendan una nueva misi¨®n esgrimiendo razones administrativas, aunque s¨ª ha permitido que el barco de la alemana Sea-Eye pueda quedarse un tiempo en Palma de Mallorca para renovar la tripulaci¨®n y hacer reparaciones despu¨¦s de que Malta, tras el ¨²ltimo naufragio en el que salvaron a 17 personas, les ordenara salir de sus aguas y de que Patras, en Grecia, no les dejara entrar en su puerto para el receso t¨¦cnico.
Guardia costera libia, ?hay alguien ah¨ª?
Las dudas sobre la capacidad de la Guardia Costera Libia -entrenada y financiada por la UE- para coordinar rescates tomaron forma esta semana en el desesperante relato en Twitter de una organizaci¨®n que gestiona una l¨ªnea de tel¨¦fono para migrantes en peligro en el Mediterr¨¢neo, Alarm Phone. A las diez de la ma?ana del 20 de enero reciben el aviso de que una embarcaci¨®n tiene problemas. Alarm Phone contacta con Italia para que los rescaten, pero les responden que llamen a Malta. Luego escriben a Italia, Malta y Libia. Cuatro horas despu¨¦s, Italia y Malta responden que a cargo del rescate est¨¢ Tr¨ªpoli, que se pongan en contacto con ellos. Libia sigue sin dar se?ales. Alarm Phone llama a seis n¨²meros distintos para localizarlos, sin ¨¦xito. Las noticias que recib¨ªa Alarm Phone desde el barco eran cada vez m¨¢s preocupantes: escuchan gritos, los pasajeros les dicen que tienen fr¨ªo, p¨¢nico. A las seis horas, Malta les dice que los libios est¨¢n ocupados con otros tres rescates y le dan a Alarm Phone un octavo n¨²mero para tratar de contactar con Libia, que sigue sin contestar.
Por la noche, Alarm Phone ha perdido el contacto con los pasajeros del barco e Italia les informa de que un mercante de Sierra Leona, el Lady Sham, ha terminado rescatando a las 140 personas, entre las que hab¨ªa mujeres embarazadas y menores. Al d¨ªa siguiente, dos migrantes vuelven a llamar a Alarm phone desde el mercante. Est¨¢n traumatizados porque ven que se dirigen al infierno libio del que salieron. ¡°Es dif¨ªcil conseguir informaci¨®n mientras gritan, lloran y hablan de suicidio¡±, publica Alarm phone. Los guardacostas libios nunca cogieron el tel¨¦fono y los 140 desembarcaron en Misrata. Dos murieron despu¨¦s de estar 24 horas en el mar, cuatro fueron llevados al hospital, informa Reuters. El resto acab¨® en centros de detenci¨®n libios.
Desde junio, Italia niega a las ONG la posibilidad de desembarcar en su territorio. Esa medida implacable impuesta por el xen¨®fobo ministro Interior, Matteo Salvini, es la que ahora tiene al Sea-Watch 3 con 47 personas a bordo con la angustia de no saber cu¨¢nto tiempo tardar¨¢n esta vez los pa¨ªses en dejarles llegar a Europa y pedir asilo. S¨®lo un fuerte temporal, un cicl¨®n con olas de siete metros, ha hecho que puedan resguardarse a una milla de Siracusa, en Sicilia. Pero de llegar a tierra, nada. El efecto directo de esa ¡°pol¨ªtica de disuasi¨®n total¡±, como la llama Villa, es que cada vez que una ONG rescata haya que esperar d¨ªas -hasta 19, como le ocurri¨® a principios de a?o al Sea-Watch- de negociaci¨®n entre pa¨ªses sobre c¨®mo repartirse a los solicitantes de asilo. A falta de un procedimiento predecible y seguro, de una pol¨ªtica com¨²n en la materia, se improvisa una soluci¨®n para cada caso. Los rescatados se convierten, seg¨²n denunci¨® la ONG Sea Watch, en ¡°rehenes¡± en alta mar de esa incapacidad de la UE para llegar a un acuerdo. El propio comisario europeo de Migraci¨®n, Dimitris Avramopoulos, admiti¨® el 15 de enero que la situaci¨®n es insostenible: ¡°La UE no puede seguir apoy¨¢ndose en soluciones desordenadas, [dise?adas] ad-hoc para los desembarcos¡±. Adem¨¢s, las distintas operaciones de la UE en el Mediterr¨¢neo han ido ¡°poniendo progresivamente el acento en el control fronterizo y militar y menos en el rescate como objetivo principal de la misi¨®n¡±, critica Ruth Ferrero, profesora de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Complutense y especializada en migraci¨®n.
Adem¨¢s de cerrar los puertos italianos, Italia -seguida de Malta- ¡°ha pasado de coordinar los rescates en el ¨¢rea, incluidos los que se produc¨ªan en la zona libia, para dejarlos en manos de los guardacostas libios¡±, explica Villa, en lo que ¨¦l llama una ¡°pol¨ªtica de disuasi¨®n total¡±. Desde la ca¨ªda del dictador Muammar Gadafi en 2011, Libia est¨¢ instalada en un caos donde el Gobierno de Tr¨ªpoli no controla todo el territorio y act¨²an las mafias y grupos armados. Aqu¨ª es adonde son devueltos los migrantes rescatados por la guardia costera libia, a la que ha entrenado y dado barcos la propia Uni¨®n Europea, que ha destinado a ese fin 91,3 millones de euros desde julio de 2017. A esto se han enfrentado esta semana las 144 personas que, tras una desastrosa operaci¨®n de salvamento, fueron trasladadas a un puerto libio por un mercante de Sierra Leona, el Lady Sham.
Tanto Naciones Unidas como varias organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch han denunciado esta pol¨ªtica de externalizaci¨®n, porque el destino que aguarda en Libia a los rescatados es infernal: centros de detenci¨®n saturados donde se han documentado torturas, donde no se les da comida suficiente, sin asistencia m¨¦dica adecuada y a merced de traficantes de personas, como critic¨® esta semana un portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR). Muchos llegan all¨ª desnutridos, con hipotermia, con diarrea, incide M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF), a lo que se suma a la dureza de la traves¨ªa y la desesperaci¨®n de volver al sitio de donde huyeron.
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