El exilio de Miami teme un ba?o de sangre
Venezolanos asentados en Miami conf¨ªan en que el final de Maduro este cerca con el apoyo de la comunidad internacional, aunque descartan una salida pac¨ªfica
En dos mesas se juega al domin¨® y en una al cuadrao (que tiene que ver con naipes). Todos son hombres, con diferencia de edad de hasta seis d¨¦cadas entre ellos. Algunos llevan ya 16 a?os de exilio; el m¨¢s joven, 23 a?os, apenas tres meses. Y ya quiere volver. Todos coinciden en que ¡°este es el momento¡±. Dos mujeres van preparando el local para cerrar; una barre el suelo mientras otra limpia las mesas del restaurante. Una pareja recoge arepas para llevar. Un padre intenta, sin mucho ¨¦xito, dar de cenar a dos ni?os. Todos son venezolanos.
En un sondeo nada cient¨ªfico e improvisado sobre si creen que en su pa¨ªs habr¨¢ una transici¨®n pac¨ªfica, la audiencia enmudece, no hay votos que contar. Sin embargo, todas las manos se alzan y los rostros se tornan serios cuando entregan un veredicto un¨¢nime al vaticinar lo que puede suceder en Venezuela en los pr¨®ximos d¨ªas, semanas o ?meses? (pocos creen que ese largo espacio de tiempo sea real). ¡°El ba?o de sangre es inevitable¡±, lo asegura Indira Cerme?o, de 48 a?os, nacida en Maracai. Y su esposo, Rafael Barrantes, 47. Y el resto de los comensales del restaurante El Arepazo, el equivalente al famoso Versailles del exilio cubano anticastrista en la calle Ocho de Miami.
Cuando hace m¨¢s de 60 a?os, los constructores inmobiliarios norteamericanos Doris y Alfred Kaskel juntaron las primeras letras de sus nombres para crear en un pantano lo que ahora es la municipalidad del Doral (a poco m¨¢s de un kil¨®metro del aeropuerto internacional de Miami), jam¨¢s pudieron imaginar que la denominaci¨®n acabar¨ªa transform¨¢ndose en Doralzuela: Venezuela en el Doral. Por supuesto, no hay cifras oficiales, por lo que depende de la fuente, se habla de que en Florida viven entre 250.000 y m¨¢s de un mill¨®n de venezolanos. El exilio total se estima hasta en 4,5 millones?de un pa¨ªs de m¨¢s de 30 millones.
¡°Va a haber muertos, muchos muertos, pero no podemos olvidar que ya los hay, que los ha habido, que los est¨¢ habiendo, al menos, estas nuevas v¨ªctimas ser¨¢n las ¨²ltimas y valdr¨¢n para algo¡±, explica Cerme?o retomando la tesis de la eventual transici¨®n de Nicol¨¢s Maduro a Juan Guaid¨®, presidente interino de Venezuela. ¡°Este es el final necesario para un narcoestado que en este momento ni siquiera tiene ata¨²des para enterrar a sus v¨ªctimas¡±, apunta Barrantes. ¡°Y se lo digo yo, que tengo a toda mi familia, excepto mi esposa, en Venezuela¡±. La esposa asiente ante la tragedia humanitaria de su pueblo.
Entre cafecito y cafecito, bien cargado, llega al Arepazo, al que ha sido siempre el centro de reuni¨®n antichavista, el teniente Jos¨¦ Antonio Colina. ¡°?Negro, te busca la prensa espa?ola!¡±, le dice el encargado del local mientras prepara arepas de pollo con queso guayan¨¦s. ¡°Aquello est¨¢ feo pero por fin hay luz al final del t¨²nel¡±, explica el teniente, quien dirige el grupo VEPPEX, acr¨®nimo de Venezolanos Perseguidos Pol¨ªticos en el Exilio y tiene estatus de refugiado pol¨ªtico en Estados Unidos. Caracas lo acusa de haber participado en la colocaci¨®n de sendas bombas en la misma noche all¨¢ por 2003 en las embajadas de Espa?a y de Colombia. ¡°Todo una difamaci¨®n del malevaje que expolia Venezuela¡±, garantiza. Colina, 44 a?os, 16 en el exilio, considera que 20 a?os de chavismo han corrompido hasta la m¨¦dula la sociedad venezolana. ?C¨®mo se reeduca a m¨¢s de 27 millones de personas¡±, se pregunta. ¡°Personas que sobreviven con menos que nada y a las que se ha arrebatado todos los valores morales¡±. ¡°No es posible¡±, concluye. En su opini¨®n, no hay salida pac¨ªfica. El teniente sabe que se ha llegado hasta hoy poco a poco, sumando granitos de arena, desde la Administraci¨®n de George W. Bush hasta la de Donald Trump pasando por la de Barack Obama. Y por supuesto la Uni¨®n Europea. ¡°Pero ahora es necesaria firmeza y contundencia¡±, explica para relatar la posici¨®n de los militares. ¡°La m¨¢xima va a ser muerte o muerte¡±.
En Miami, Alexis Ortiz, de 71 a?os, tiene una empresa de eventos, pero en sus a?os en Venezuela fue diputado y alcalde de la ciudad de Lecher¨ªa. Ahora parece preparar junto al teniente Colina lo que ser¨¢ el futuro pol¨ªtico y militar de su pa¨ªs cuando caiga Maduro. ¡°Porque ahora s¨ª va a caer¡±, dice Ortiz. ¡°Este es el final de la bandidocracia castro-chavista¡±. Solo apunta el mismo dato que el resto de la disidencia. El futuro cercano tiene otro color adem¨¢s del verde esperanza, se te?ir¨¢ de rojo sangre.
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