El Papa a Maduro: ¡°La mediaci¨®n deben pedirla las dos partes¡±
Francisco leer¨¢ la carta donde el mandatario venezolano le pide reabrir el di¨¢logo y ver¨¢ ¡°qu¨¦ se puede hacer¡±, pero recuerda el fracaso de la ¨²ltima mediaci¨®n
La crisis de Venezuela persigue al papa Francisco hasta el otro lado el mundo. Mientras se encontraba en Abu Dabi participando en un encuentro interreligioso, Nicol¨¢s Maduro solicit¨® su ayuda p¨²blicamente e hizo llegar una carta al Vaticano para pedir su mediaci¨®n y reabrir la v¨ªa del di¨¢logo. Cada vez m¨¢s aislado internacionalmente, el l¨ªder chavista trata as¨ª de ganar algo de tiempo y de volver a meter al Vaticano en un partido que est¨¢ perdiendo. El Papa respondi¨® este martes en pleno vuelo de regreso a Roma y asegur¨® que se estudiar¨¢ la petici¨®n, pero cerr¨® la puerta a que el Vaticano vuelva a sentarse en una mesa de negociaci¨®n si antes no lo solicitan las dos partes.
El Vaticano no tomar¨¢ partido en este conflicto, ya lo anunci¨® Francisco hace apenas una semana. "Ser¨ªa imprudente", dijo entonces. Pero la realidad es que no lo ha hecho nunca y no es el estilo de la Santa Sede, m¨¢s preocupada a menudo por los fieles de la regi¨®n que en seguir el paso de otros Estados. El Papa dej¨® abierta la puerta a su participaci¨®n en el di¨¢logo que Maduro ha solicitado. Pero esperar¨¢, como ha hecho siempre, y no har¨¢ nada sin una petici¨®n expresa de lo que pueda considerarse ¡°la otra parte¡±, un heterog¨¦neo espacio donde algunos tienen dificultad ahora en comprender la naturaleza hist¨®rica de la Iglesia Cat¨®lica. Lo de la carta de Maduro, explic¨®, fue as¨ª: ¡°Antes de partir de viaje supe que llegaba la carta. No la he le¨ªdo todav¨ªa. Pero para que se haga una mediaci¨®n, el ¨²ltimo paso, es necesaria la voluntad de ambas partes, ambas tienen que pedirla. Ese fue el caso de Argentina y Chile¡±, se?al¨® recordando la interlocuci¨®n ¡°valiente¡± de Juan Pablo II para evitar una guerra entre ambos pa¨ªses.
El Papa, en cualquier caso, no atender¨¢ por el momento la petici¨®n de Maduro. El Vaticano considera que si no existe esa condici¨®n bilateral, o bien la participaci¨®n de un organismo internacional como la ONU, seg¨²n confirmaron fuentes diplom¨¢ticas a este peri¨®dico, podr¨ªa ser instrumentalizada y no servir¨ªa de nada. Es cierto que tampoco entusiasma el aroma filoestadounidense de la operaci¨®n ni los aires de guerra fr¨ªa que soplan en la regi¨®n. De hecho, el Vaticano ya fracas¨® en otra ocasi¨®n en la que particip¨® el expresidente del Gobierno espa?ol Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, como record¨® el propio Francisco. ¡°La Santa Sede fue parte del di¨¢logo, con monse?or [Claudio Maria] Celli. Ah¨ª se pari¨® un ratoncillo. Nada, humo. Ahora yo esperar¨¦ la carta y veremos qu¨¦ se puede hacer. Pero la condici¨®n inicial es que ambas partes lo quieran¡±, insisti¨®.
La posici¨®n del Vaticano, aunque no todo el mundo intramuros la comparta, est¨¢ muy meditada. El Papa conoce perfectamente la situaci¨®n en Venezuela. Posee informaci¨®n a trav¨¦s de sus obispos, situados claramente del lado de la oposici¨®n y desesperados en algunos momentos por la falta de una postura m¨¢s clara; tambi¨¦n puede escuchar cuando quiera el an¨¢lisis del secretario de Estado, Pietro Parolin, que fue nuncio en ese pa¨ªs. Incluso puede echar mano del criterio del propio superior de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, a la que el propio Papa pertenece, el venezolano Arturo Sosa. De modo que todas las decisiones que toma forman parte de una convicci¨®n meditada y de una posici¨®n clar¨ªsima: el Vaticano no est¨¢ contra Nicol¨¢s Maduro ni a favor de Juan Guaid¨®.
Francisco compar¨® la mediaci¨®n que se solicita ahora con la que realiz¨® Juan Pablo II para evitar la guerra entre Chile y Argentina en 1971. Para llegar hasta ah¨ª hubo un proceso, record¨®. Pero tambi¨¦n busc¨® otro s¨ªmil m¨¢s peculiar y lo compar¨® con las parejas que van a un terapeuta para resolver sus problemas. ¡°Es como cuando la gente va al m¨¦dico porque hay problemas entre marido y mujer. Ambas partes tienen que querer. Es una condici¨®n que tienen que querer, antes de pedir una facilitaci¨®n, observaci¨®n o mediaci¨®n¡±. En el caso de Venezuela, de momento, no parece que vaya a suceder.
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