El Papa pide libertad religiosa en la pen¨ªnsula ar¨¢biga
Francisco reclama durante su viaje a Abu Dabi que se respeten los derechos y denuncia un tipo de "justicia dirigida solo a miembros de la misma familia"
La larga cola en el detector de metales resum¨ªa la filosof¨ªa de todo lo que vendr¨ªa luego. Sotanas, kip¨¢s, turbantes... Hab¨ªa rabinos, imames y representantes de la Iglesia Ortodoxa. El Papa estaba punto de participar en un hist¨®rico encuentro interreligioso en Abu Dabi, a la sombra de los rascacielos de la capital de Emiratos ?rabes Unidos, con 700 l¨ªderes religiosos. La idea, puede que algo optimista, era provocar un punto de inflexi¨®n en las relaciones entre el mundo cristiano y el musulm¨¢n para evitar conflictos b¨¦licos y nuevos brotes de terrorismo. ¡°No hay alternativa: o construimos el futuro juntos o no habr¨¢ futuro¡±, lanz¨® el Papa junto al gran imam de al-Azhar, al-Tayeb, uno de sus aliados en este intento de pacificar las relaciones entre ambas religiones.
La visita de Francisco a Emiratos ?rabes Unidos (EAU) era tambi¨¦n una oportunidad para el pa¨ªs emirat¨ª para mostrar su relativa apertura y tolerancia, especialmente respecto a sus vecinos de la pen¨ªnsula. En un discurso largo y m¨¢s directo de lo habitual, Francisco elogi¨® esos avances, pero no escatim¨® referencias a la mayor¨ªa de carencias que todav¨ªa constri?en los derechos y libertades del pa¨ªs y de sus vecinos. En un gesto ins¨®lito y dirigi¨¦ndose a todos los estados de la pen¨ªnsula ar¨¢biga (lo subray¨® al inicio del discurso), resalt¨® la importancia de permitir la libertad religiosa plena para poder mantener una relaci¨®n de reciprocidad.
Los avances en este campo durante el pontificado, que busca ampliar los horizontes de una Iglesia que pierde fieles, han sido importantes en lugares como China. EAU es mucho m¨¢s abierto que sus vecinos: permite la libertad de culto, pero no existe la libertad religiosa: la posibilidad de hacer proselitismo o cambiar de religi¨®n. Algo que, en realidiad, choca de frente con la naturaleza expansiva cat¨®lica y que el Papa pidi¨® en su discurso reconsiderar. ¡°La libertad [religiosa] no se limita solo a la de culto, sino que ve en el otro a un verdadero hermano, un hijo de mi propia humanidad que Dios deja libre y que, por tanto, ninguna instituci¨®n humana puede forzar, ni siquiera en su nombre¡±.
La cuidada puesta en escena estaba pensada para la televisi¨®n. Jud¨ªos, musulmanes y ortodoxos sentados mezclados en una grada blanca y m¨²sica new age sonando de fondo. El Papa aterriz¨® en helic¨®ptero y lleg¨® cogido de la mano del emir de Dubai y primer ministro de EAU, Mohamed Bin Rashid al Maktum, y del Imam de al-Azhar. Un gran eslogan para el EAU ¡ªlas organizaciones humanitarias como Amnist¨ªa Internacinal y Human Rights Watch¡ª criticaron que se use la visita para tapar la verdadera represi¨®n¡ª y un s¨ªmbolo del camino elegido por este papado, que pretende devolver vigor al catolicismo a trav¨¦s de la reconciliaci¨®n y una cierta la lucha social. ¡°. Dios no mira a la familia humana con una mirada que excluye. Reconocer los mismos derechos a todos los seres humanos es glorificar el nombre de Dios¡±, record¨® mientras le observaba el emir.
Los EAU, que implantaron en 2016 el Ministerio de la Tolerancia, representan un espejismo de relativa apertura en la pen¨ªnsula ar¨¢biga. Pero se mantienen los privilegios de sangre y el desequilibrio social. Los ciudadanos son, en realidad, s¨²bditos, y Francisco se refiri¨® a ello. ¡°Una justicia dirigida solo a miembros de la propia familia, compatriotas, creyentes de la misma fe es una justicia que cojea, es una injusticia disfrazada¡±. La mayor¨ªa de cat¨®licos del pa¨ªs son extranjeros ¡ªfilipinos e indios mayoritariamente¡ª que llegan para prestar servicios laborales. El Papa tambi¨¦n pidi¨® para ellos los mismos derechos. ¡°Adem¨¢s de las habilidades profesionales, os brindan la autenticidad de su fe¡±, apunt¨®.
Las organizaciones humanitarias hab¨ªan reclamado a Francisco que lanzase un mensaje claro para denunciar la represi¨®n contra los disidentes y, sobre todo, la campa?a militar en la que EAU participa contra los rebeldes yemen¨ªes, acusada de cometer cr¨ªmenes contra la poblaci¨®n civil. Emiratos tiene un papel importante en la coalici¨®n que lleva luchando contra los Huthi desde 2015, y a la que se ha acusado con regularidad de bombardear indiscriminadamente escuelas, mercados y domicilios. Aunque leve, la referencia termin¨® llegando. ¡°La fraternidad humana nos exige, como representantes de las religiones, el deber de desterrar todos los matices de aprobaci¨®n de la palabra guerra. Devolv¨¢mosla a su miserable crudeza. Estoy pensando de modo particular en Yemen, Siria, Irak y Libia¡±.
Un acuerd para combatir el integrismo
Era la primera vez en la historia que un pont¨ªfice visitaba un pa¨ªs de la pen¨ªnsula ar¨¢biga, una regi¨®n donde el nivel de apertura es todav¨ªa muy heterog¨¦neo, as¨ª como los v¨ªnculos con el integrismo islamista. Francisco fue muy directo con una cuesti¨®n en la que lleva trabajando tiempo con el imam de al-Azhar, Ahmed al-Tayeb. ¡°Condenar sin vacilaci¨®n toda forma de violencia, porque usar el nombre de Dios para justificar el odio y la violencia contra el hermano es una grave profanaci¨®n. No hay violencia que encuentre justificaci¨®n en la religi¨®n¡±, lanz¨® ante el colorido auditorio.
Durante el encuentro, Francisco firm¨® un acuerdo de colaboraci¨®n con al-Tayeb, que tambi¨¦n record¨® el impacto de algunos atentandos, como de las Torres Gemelas en septiembre de 2001, sobre la percepci¨®n general del Islam. Adem¨¢s, pidi¨® a los musulmanes de todo el mundo a abrazar a los cristianos y exigi¨® que se les trate como ciudadanos de pleno derecho. ¡°Sois parte de esta naci¨®n, no sois una minor¨ªa¡±. En Egipto, de donde procede al-Tayeb, los cristianos coptos, fuerte mente asediados por el islamismo radical, son m¨¢s de 10 millones de ciudadanos.
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