Alexandria Ocasio-Cortez, la novata que electriza la pol¨ªtica en Washington
La congresista de 29 a?os se convierte en un fen¨®meno de masas y consigue colocar el socialismo en el coraz¨®n del debate pol¨ªtico estadounidense
El despacho de Alexandria Ocasio-Cortez llama a gritos desde el final de uno de los largos pasillos del edificio Cannon del Congreso. Un mural de post-it de colores a ambos lados de la puerta rompe la armon¨ªa en la hilera de oficinas uniformes por las que hay que pasar para llegar a la suya: la de Andy Levin, representante por Michigan; la de David Scott, por Georgia; o la de John Ractliffe, por Texas. Ninguno de ellos tiene ante su puerta tampoco a un grupo de chicas en viaje de estudios que este mi¨¦rcoles monta guardia para ver en persona a la inquilina del n¨²mero 229 como quien aguarda a Madonna a la salida de un concierto. ¡°Est¨¢ all¨ª¡ ?A-O-C!¡±, grita de repente una de las muchachas. ¡°?Te queremos!¡±, exclama otra. En efecto, como si de una estrella del pop se tratara, Ocasio-Cortez ha salido por una puerta secundaria. Al o¨ªr sus iniciales, convertidas ya en una suerte de marca personal, se gira y saluda con una sonrisa del tama?o del Capitolio.
Desde su debut en la C¨¢mara de Representantes el pasado 3 de enero, Alexandria Ocasio-Cortez ha puesto Washington patas arriba. Convierte en oro medi¨¢tico todo lo que toca, arrastra a hordas de millennials y ha colocado las propuestas m¨¢s izquierdistas del espectro ideol¨®gico americano en el centro del debate. Para entender la magnitud del fen¨®meno que supone esta mujer de 29 a?os, la m¨¢s joven de la historia en llegar al Congreso estadounidense, hay que recordar que hace poco m¨¢s de un a?o se ganaba la vida tras la barra de una taquer¨ªa en Nueva York. Su victoria en las primarias el pasado verano, frente a una vaca sagrada del Partido Dem¨®crata, fue como poner una pica en el cielo. Representante de un distrito muy progresista de la ciudad, Queen-Bronx, ten¨ªa atada la elecci¨®n en noviembre. Ahora, desde el esca?o, ha dejado de ser una an¨¦cdota curiosa.
En un pa¨ªs que a¨²n asocia el t¨¦rmino socialismo a las dictaduras comunistas, Ocasio se reivindica socialista dem¨®crata, en la estela de Bernie Sanders, y reclama un impuesto de hasta el 70% para los ingresos superiores a los 10 millones de d¨®lares, propuesta que ha sido alabada por economistas de corte progresista como el Nobel Paul Krugman. Y con el debate migratorio al rojo vivo, reclama el desmantelamiento de la polic¨ªa fronteriza (ICE, en sus siglas en ingl¨¦s), medida a la que despu¨¦s se han sumado otro dem¨®cratas, como la precandidata presidencial Kirsten Gillibrand. Todo, desde un altavoz monumental.
Su primer discurso en el pleno de la C¨¢mara, de cuatro minutos, bati¨® los r¨¦cords de audiencia de la historia de C-SPAN, el canal que cubre la actividad parlamentaria. En apenas 12 horas ya lo hab¨ªa visto m¨¢s de un mill¨®n de personas. Pero eso no es nada comparado con lo que pas¨® semanas despu¨¦s. Su interrogatorio en una audiencia sobre la financiaci¨®n de campa?as, en la que expuso todos los agujeros por los que se puede colar la corrupci¨®n de pol¨ªticos y grandes empresas, ha roto par¨¢metros en Internet con 37 millones de visualizaciones.
En las redes sociales baila claqu¨¦: ha creado una audiencia fiel en Instragram, donde cuenta el d¨ªa a d¨ªa menos conocido del Congreso, y su volumen de interacciones en Twitter supera al de cualquier gran medio informativo y cualquier otra figura dem¨®crata, incluido Barack Obama, o republicana, con la excepci¨®n de Trump, el ¨²nico que la supera, seg¨²n un informe de Axios sobre un periodo que abarca del 17 de diciembre al 17 de enero.
¡°Ella produce una especie de efecto Oprah Winfrey. Oprah tiene un estatus de celebridad que hace que cuando presenta algo al p¨²blico, una nueva crema, un nuevo libro, unas nuevas zapatillas de tenis¡ Todo el mundo se interesa, aquello se convierte en una fiebre. La pol¨ªtica es diferente, pero est¨¢ pasando algo parecido. Ocasio habla de cosas que a lo mejor se hab¨ªan dicho antes, pero no hab¨ªan logrado captar la atenci¨®n de la gente de este modo¡±, explica por tel¨¦fono Stephanie Kelton, ex economista jefe de los dem¨®cratas para el Comit¨¦ Presupuestario y ahora profesora de pol¨ªticas p¨²blicas en la Stony Brook University.
¡°Lo consigue por una combinaci¨®n de factores. Es muy din¨¢mica, tiene sentido del humor, y es sobre todo muy aut¨¦ntica, llega a la pol¨ªtica sin haberse estado preparando a?os para hacerlo y tiene esa mirada fresca sobre lo que pasa en Washington. ?Ha visto lo que acaba de escribir sobre los indigentes?¡±, a?ade Kelton. El mi¨¦rcoles la congresista public¨® la foto de una fila de personas sin hogar en un pasillo del Congreso denunciando lo que es una vieja pr¨¢ctica en la capital: los lobbistas pagan a los pobres para que hagan cola por ellos antes de los comit¨¦s o audiencias y as¨ª tener un puesto asegurado en la sala. ¡°Shock no llega ni de lejos a describir esto¡±, dijo.
Una pregunta que sus cr¨ªticos hacen a menudo es cu¨¢nto de esta fanfarria se traducir¨¢ en legislaci¨®n. No se suele esperar tanto de un congresista novato, menos en sus primeros meses en activo, pero todo lo que envuelve a la joven y atractiva Ocasio es excesivo, incluidas las expectativas. Lo que s¨ª parece evidente es su capacidad de agitar el debate pol¨ªtico y obligar al Partido Dem¨®crata a plantearse ¡ªuna vez m¨¢s¡ª su ser o no ser. Si el camino a la victoria de la Casa Blanca en 2020 pasa por conseguir amarrar el centro o por el giro a la izquierda.
Green New Deal frente a moderados
Un gran ejemplo es el Green New Deal, un ambicioso plan medioambiental de nombre rooseveltiano que present¨® el pasado 7 de febrero junto a un senador por Massachusetts. Con forma de resoluci¨®n, plantea toda una transformaci¨®n de la econom¨ªa que permita un 100% de energ¨ªas limpias hacia 2050. El lanzamiento despert¨® escepticismo entre algunos dem¨®cratas. La l¨ªder en el Congreso, Nancy Pelosi, mostr¨® desd¨¦n en una entrevista a Politico, aunque despu¨¦s rectific¨®. ¡°Ser¨¢ una de las muchas propuestas que recibamos¡±, afirm¨®. ¡°El green dream [sue?o verde] o como se llame, nadie sabe lo que es, pero van a por ello, ?no?¡±. De hecho, Ocasio-Cortez no forma parte del Comit¨¦ sobre la crisis clim¨¢tica que Pelosi present¨® el mismo d¨ªa que el Green New Deal. En cambio, s¨ª es miembro de uno de los comit¨¦s m¨¢s poderosos del Capitolio, el de servicios financieros, que aborda la regulaci¨®n bancaria y la independencia de la Reserva Federal.
Otro caso que ha puesto a las diferentes sensibilidades de los dem¨®cratas frente a frente tiene que ver con el gigante Amazon, que acaba de cancelar sus planes de ubicar una nueva sede en Nueva York, lo que hubiese supuesto 25.000 puestos de trabajo, por la oposici¨®n de los pol¨ªticos locales, con Ocasio, a la cabeza, a las ventajas fiscales que exig¨ªa.
Para la cadena conservadora Fox, la joven ya se ha convertido en el gran anatema. Entre los dem¨®cratas, los escorados la adoran y los moderados temen su efecto. En lo que todos parecen ponerse de acuerdo es en que lo suyo no ha sido un accidente. Esta semana, por las normativas del Congreso, tuvo que retirar los post-it de colores de uno de los lados de la puerta. Dej¨® el otro. Uno de los mensajes, con letra redonda, dice: ¡°Sigue luchando. Creemos en lo que haces".
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