El centro de ninguna parte
Un an¨¢lisis de la actualidad internacional a trav¨¦s de art¨ªculos publicados en medios globales seleccionados y comentados por la revista 'CTXT'
"El comienzo de la primavera. La emoci¨®n que anticipa la llegada de una persona estimada. Cuando todo resulta f¨¢cil y todo se encuentra en el lugar correcto. Que estos segundos de felicidad fuesen exactamente lo que Angela Merkel provocase en numerosos asistentes a la Conferencia de Seguridad varias veces descansa de manera clara en una situaci¨®n global compleja, que sobre muchos pesa como plomo sobre el coraz¨®n. Pero se debi¨®, por encima de todo, a ella misma.¡± El ripio es obra de Lorenz Hemicker para el venerable Frankfurter Allgemeine Zeitung. El ditirambo del periodista alem¨¢n sobre la esperada comparecencia de Merkel en el conocido foro de seguridad de M¨²nich propici¨® la justa respuesta de Peter Nowak para el digital Telepolis: ¡°De haber descrito un diario ruso una comparecencia de Putin de este modo", escrib¨ªa Nowak, "el art¨ªculo hubiera sido objeto de mofa, y por buenos motivos". Para el autor, ¡°cuando un peri¨®dico que por lo com¨²n escribe m¨¢s bien discretamente sobre sus intereses cae en lo m¨¢s crudo del kitsch¡± nos encontramos ante ¡°un indicio¡± de lo que es, en esencia, ¡°un proyecto de dominio que ha quedado golpeado¡± y ¡°ha perdido la orientaci¨®n¡±.
Nowak recuerda que a pesar de la defensa que hizo la canciller alemana del multilateralismo en su discurso ¡ªtambi¨¦n lo hizo, aunque con menor repercusi¨®n medi¨¢tica, la Alta Representante de la Uni¨®n Europa para Asuntos Exteriores y Pol¨ªtica de Seguridad, Federica Mogherini¡ª, si lo hizo fue porque este es el sistema que mejor sirve a los intereses nacionales del pa¨ªs, y ello mientras su ministro de Econom¨ªa y Energ¨ªa, Peter Altmaier, aboga por una pol¨ªtica industrial ¡°que podr¨ªa resumirse bien con el lema Alemania primero¡± y que ¡°evidencia los l¨ªmites de un multilateralismo impulsado por Alemania".
Dan Cohen ha llegado a calificar el giro de los acontecimientos en The New York Times de ¡°redescubierto gaullismo alem¨¢n¡±. En contraposici¨®n, la intervenci¨®n del vicepresidente estadounidense, Mike Pence, fue ¡°arrogante¡± y ¡°ofensiva¡±, propia de ¡°una pel¨ªcula de serie B¡±. ¡°La Conferencia de Seguridad de M¨²nich est¨¢ remando a contracorriente¡±, afirma el periodista al se?alar que ¡°los europeos no est¨¢n donde a Lavrov y Rusia les gustar¨ªa que estuviesen, deseando construir una ¡®casa com¨²n europea¡¯ desde Lisboa a Vladivostok, excluyendo a la OTAN¡±. Sin embargo, a?ade, ¡°se preguntan cu¨¢l es la mejor manera de proyectar los valores del mundo libre ahora que su l¨ªder ha desertado [¡] y llegan a la conclusi¨®n de que, ocurra lo que ocurra, los Estados Unidos de Am¨¦rica no regresar¨¢n en la misma forma". Por ahora, ¡°hay un vac¨ªo estrat¨¦gico, y los vac¨ªos son peligrosos¡±, advierte.
Del nuevo laborismo al nuevo centro
Andan los columnistas de opini¨®n de la prensa liberal a la gresca a cuentas de la desaparici¨®n del centro pol¨ªtico. M¨¢s o menos como los siete diputados del Partido Laborista ¨Conce despu¨¦s de que se les uniese Joan Ryan el martes y tres diputadas conservadoras el mi¨¦rcoles¨C que el pasado 18 de febrero tomaron la decisi¨®n de abandonar la formaci¨®n. Los parlamentarios, encabezados por Chuka Umunna, expresaron en una rueda de prensa su insatisfacci¨®n por la posici¨®n del partido hacia el Brexit y acusaron a su l¨ªder, Jeremy Corbyn, de ¡°antisemitismo¡± por sus cr¨ªticas a Israel. La escisi¨®n opera con el nombre de Grupo Independiente.
¡°El plan de Umunna se basa en la idea de que los votantes est¨¢n desesperados por una pol¨ªtica sensata de centro, pero el partido centrista existente, los Liberal Dem¨®cratas, lucha por conseguir votos a pesar de respaldar las mismas pol¨ªticas que exig¨ªan aquellos que se han marchado del Partido Laborista: oposici¨®n al Brexit, pol¨ªticas econ¨®micas de libre mercado, intervenci¨®n en conflictos como el de Siria¡±, asegura en la revista Tribune Solomon Hugues, que considera que los medios de comunicaci¨®n han magnificado convenientemente la escisi¨®n. Hugues tacha a los diputados liderados por Umunna de ¡°carreristas¡± cuya ¡°mayor esperanza era que el Partido Laborista obtuviese p¨¦simos resultados en las elecciones generales de 2017, llevando a la dimisi¨®n de Corbyn.¡± Pero ¡°como no fue eso lo que ocurri¨®¡±, la escisi¨®n se ha montado con el Brexit como excusa.
En otro art¨ªculo para la misma cabecera, Dawn Foster critica ¡°la falta de propuestas pol¨ªticas¡± del Grupo Independiente, algo que no considera ¡°sorprendente¡± si se tiene en cuenta que esta iniciativa ¡°rompe con el Partido Laborista por cuestiones impopulares¡±. Foster recuerda que una de las diputadas, Angela Smith, se opone a la renacionalizaci¨®n del agua, una propuesta que apoya el 83% de los brit¨¢nicos, mientras Umunna se opone a su vez a la renacionalizaci¨®n del servicio de correos, Royal Mail, que favorece hasta el 65% de la poblaci¨®n. ¡°Durante a?os ha habido un rumor persistente que insist¨ªa en la existencia de ganas de un partido de centro a pesar de que las encuestas suger¨ªan lo contrario¡±, escribe la autora, para quien ¡°ahora todo ello ser¨¢ puesto a prueba¡±. ¡°Cuando se trata de votar, ?qu¨¦ importa m¨¢s a la gente? ?Qui¨¦n est¨¢ al cargo de sus escuelas y hospitales o las trifulcas que consumen Westminster?¡±, se pregunta Foster. ¡°Las promesas que dan titulares moldean las campa?as electorales, y el Grupo Independiente ha fracasado a la hora de proporcionar ni siquiera una¡±, sentencia.
Con todo, Hugues llama a la cautela. ¡°Esto no significa que el Grupo Independiente no sea un problema: los laboristas y los conservadores est¨¢n empatados en torno a una intenci¨®n de voto hist¨®rica del 40%. La crisis financiera y la austeridad han llevado a la polarizaci¨®n de la izquierda y la derecha. Aunque no hay espacio para que un nuevo partido de centro consiga el 25% que gan¨® el Partido Socialdem¨®crata (SDP) [una escisi¨®n del laborismo en 1983], incluso un 5% para una nueva fuerza mantendr¨ªa a los conservadores en el poder. Teniendo en cuenta el foco anti Corbyn del Grupo Independiente, resulta probable que esa sea su ambici¨®n.¡±
Feel The Bern Again
El 19 de febrero Bernie Sanders se postul¨® nuevamente como candidato a la presidencia de EE UU. De la popularidad del incombustible senador de Vermont da cuenta que, tres horas y media despu¨¦s de anunciar su candidatura, llevase recaudados m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares, seg¨²n informaba Fox News. A diferencia de las primarias de 2016, que le enfrentaron a Hillary Clinton, Sanders, de 77 a?os, parte en esta ocasi¨®n con muchos m¨¢s competidores, un ej¨¦rcito de ¡°mini-yos¡±, en palabras de Vanity Fair, algunos de los cuales, como la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren o la senadora de California Kamala Harris, ¡°se han presentado como buques seguros para transportar las propuestas progresistas de Sanders, defendiendo posiciones similares en varias cuestiones sin la etiqueta de socialista democr¨¢tico que podr¨ªa ahuyentar a los votantes moderados". Otros, en cambio, ven como un triunfo que lo que en 2015 era calificado de ¡°ingenuo, idealista, poco pragm¨¢tico y poco realista¡± hoy est¨¦ en el programa de la mayor¨ªa de candidatos y no consideran que Sanders sea v¨ªctima de su propio ¨¦xito.
Desde las p¨¢ginas de The Guardian, el editor de la revista Jacobin, Bhaskar Sunkara, celebra la decisi¨®n de Sanders de presentarse para terminar en 2020 lo que comenz¨® en 2016. De no haberse presentado a aquellas primarias, ¡°Trump habr¨ªa ganado de todos modos a Clinton, pero su populismo charlat¨¢n de derechas ser¨ªa hoy la ¨²nica salida para los descontentos con el status quo¡± y ¡°el abatimiento reinar¨ªa m¨¢s que cualquier otra cosa entre los votantes". Bernie Sanders, recuerda Sankara, ¡°reintrodujo la pol¨ªtica de clase obrera en EE UU¡± y lo hizo ¡°con un estilo basado en un mensaje sencillo: trabajas duro, vamos a darte la dignidad y seguridad que mereces, y vamos a hacerlo luchando contra los millonarios y multimillonarios que se interponen en el camino". Gracias a ello se consigui¨® ¡°crear una narrativa com¨²n de lucha¡±.
?Pero podr¨ªa ganar a Trump? El editor de la revista Current Affairs, Nathan Robinson, cree que s¨ª y estos son sus argumentos: ¡°es capaz de contrarrestar efectivamente el tipo de populismo nacionalista que llev¨® a Trump al poder [¡], es capaz de ir a las comunidades de clase obrera y hablar a la gente sin parecer paternalista o falso¡±, y obtiene asimismo ¡°buenos resultados en el Midwest, las mismas ¨¢reas que fueron clave en la victoria de Trump¡±, as¨ª como entre la poblaci¨®n afroamericana. Adem¨¢s, Sanders ¡°ha aprendido de los errores de su anterior campa?a¡±, lo que le convierte ¡°en el arma perfecta contra el populismo plut¨®crata de Trump¡±. Una encuesta de Gallup sobre el desplazamiento de las bases ¨Cque no de los funcionarios¨C del Partido Dem¨®crata a la izquierda, de la que se hizo eco Vox, respaldar¨ªa el an¨¢lisis de Robinson.
Adem¨¢s de a los ya mencionados Sanders, Warren y Harris, otros siete dem¨®cratas aspiran a la candidatura a la presidencia, entre ellos la representante de Hawa¡¯i Tulsi Gabbard, que prometi¨® ¡°poner fin a la nueva guerra fr¨ªa¡± y a las pol¨ªticas ¡°para provocar cambios de r¨¦gimen¡± y ha motivado un debate entre la izquierda estadounidense, como muestran un an¨¢lisis de Andrew Levine para Counterpunch y una conversaci¨®n entre Richard Falk y Daniel Falcone reproducida por el mismo medio.
La vieja nueva polarizaci¨®n
Mathilde Ramadier public¨® en 2017 Bienvenidos al nuevo mundo, un libro sobre su experiencia como gestora de contenidos en varias start-up, un mundo que ¡°suena sexy¡± pero en el que los trabajadores ¡°se encuentran bajo presi¨®n y domina el miedo¡±, revela en una entrevista para el semanario alem¨¢n Der Freitag. ¡°En la primera start-up para la que trabaj¨¦ hac¨ªa cada d¨ªa horas extra y a finales de mes cobraba 500 euros¡± a pesar de que su jefe le hab¨ªa prometido unos ingresos de 1.500 euros, confiesa Ramadier. En este sector, en el que muchos se someten a las condiciones porque ¡°quieren vivir en Berl¨ªn o cualquier otra metr¨®polis europea a cualquier precio¡± sin ¡°trabajar para grandes empresas¡±, la autora francesa explica que ¡°se reparten t¨ªtulos como caramelos¡±: ¡°People manager, Country manager, el recepcionista era Office manager. El t¨¦rmino no ten¨ªa ning¨²n sentido.¡± ¡°Todos ¨¦ramos como una gran familia, todos iguales¡±, contin¨²a, ¡°pero todos los CEO que conoc¨ª eran hombres blancos, alemanes o estadounidenses de familias acomodadas, todos de entre 30 y 45 a?os [¡] Los hombres ten¨ªan esa cultura bro, jugaban a ping-pong, videojuegos, calzaban zapatillas deportivas".
En el lenguaje de este capitalismo californiano ¡°todo son superlativos y met¨¢foras, todo es exagerado y optimista, todos son ¨²nicos y libres, y cuando alguien es despedido, entonces se dice que se marcha en busca nuevos retos". La fisonom¨ªa de las ciudades tambi¨¦n se ve afectada a medida que ¡°por todas partes surgen espacios de coworking donde los freelance de las start-up se sientan y pagan ellos mismos por su puesto de trabajo. Muchas empresas tienen el ingl¨¦s como idioma oficial. La gentrificaci¨®n se acelera.¡±
Quiz¨¢ sea este nuevo capitalismo, que va desprendi¨¦ndose de la piel del anterior, lo que ha provocado entre otros motivos el desplome de ese centro que algunos tanto se afanan en buscar. Ahora que la polarizaci¨®n pol¨ªtica va a m¨¢s, a este y el otro lado del charco, quiz¨¢ sea buen momento para recuperar la charla que el fil¨®sofo Antoni Dom¨¨nech dio en 2008 en la Universidad de Barcelona sobre las consecuencias pol¨ªticas de la crisis financiera. ¡°No es, seguramente, aventurado generalizar estos resultados de la investigaci¨®n politol¨®gica emp¨ªrica en los EE UU y afirmar que buena parte de la hegemon¨ªa ideol¨®gica conservadora de las ¨²ltimas d¨¦cadas se ha sostenido en ese proceso de desbaratamiento de la coherencia pol¨ªtica cognitiva de las clases trabajadoras y populares (uno de cuyos indicios emp¨ªricos m¨¢s claros es el espectacular declive en las tasas de sindicalizaci¨®n) y de paralela rearticulaci¨®n del ideario pol¨ªtico-ideol¨®gico y de la capacidad de organizarse socialmente, capilarmente, de los estratos dominantes de la poblaci¨®n¡±, expon¨ªa Dom¨¨nech.
En ese contexto, ¡°la polarizaci¨®n ¡®artificial¡¯ inducida en las campa?as pol¨ªticas por las ¡®guerras culturales¡¯ de la derecha cobra bastante sentido. Substrae del debate pol¨ªtico asuntos econ¨®mico-sociales centrales, aprovechando, dicho sea de paso, que una izquierda pol¨ªtica completamente desorientada y acomodaticia ha dejado de ponerlos en cuesti¨®n". M¨¢s de diez a?os han pasado ya.
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