Los ni?os se hacen cargo del mundo
En un planeta gobernado por adultos infantilizados como Trump y Bolsonaro, ni?as de diferentes pa¨ªses lideran una rebeli¨®n por el clima y convocan una huelga global de estudiantes para el 15 de marzo
La lucha contra el calentamiento global la lideran hoy ni?as de varios pa¨ªses del mundo. La mayor¨ªa son estudiantes de secundaria. Mujeres muy j¨®venes que traen un nuevo esp¨ªritu del tiempo a un mundo sin tiempo, en el que solo se tienen 12 a?os para intentar impedir que el planeta se caliente m¨¢s de 1,5 grados cent¨ªgrados y el futuro pr¨®ximo sea una vida muy mala para todos, imposible para los m¨¢s pobres y los m¨¢s fr¨¢giles. J¨®venes mujeres con mucho p¨¢nico porque los padres y los abuelos se han cargado el planeta en el que van a vivir y se comportan como mimados y ego¨ªstas que solo hacen lo que quieren sin preocuparse de las consecuencias, ni siquiera para sus propios hijos y nietos. Una parte de la especie humana ha llegado a tal nivel de individualismo que ni siquiera protege a la prole en lo que es fundamental, y el presente se convierte en absoluto. De repente, los j¨®venes se han dado cuenta de que la supervivencia est¨¢ comprobadamente amenazada y los gobernantes est¨¢n jugando en Twitter.
Lo que empuja este movimiento de ni?os y adolescentes es que han entendido que los adultos no son adultos. Es lo que han dicho: ¡°Ya que nuestros l¨ªderes se comportan como ni?os, tendremos que asumir la responsabilidad que ellos deber¨ªan haber asumido hace mucho tiempo¡±, afirm¨® la sueca Greta Thunberg en diciembre, durante la Cumbre del Clima, realizada en Polonia.
Solo ten¨ªa 15 a?os cuando, en agosto de 2018, decidi¨® saltarse las clases de los viernes para plantarse ante el parlamento de Estocolmo con el objetivo de transmitir el siguiente recado: ¡°Estoy haciendo esto porque a vosotros, adultos, os importa una mierda mi futuro¡±. Desde entonces, Greta, una ni?a de cara redonda con trenzas que le flanquean los mofletes, se ha convertido en una referencia internacional en la lucha contra el calentamiento global y ha inspirado movimientos de estudiantes en varios pa¨ªses. El 15 de marzo planean hacer una huelga global por el clima.
La nov¨ªsima generaci¨®n de humanos ha tenido la extrema mala suerte de nacer en un momento hist¨®rico en el que sus padres no consiguen lidiar con la cuesti¨®n del tiempo. Los adultos actuales han crecido bombardeados por el imperativo del consumo que promet¨ªa el placer inmediato reiniciado en cada acto de compra, en un looping infinito. El tiempo ha pasado a ser un presente extendido. Todo lo que existe es el ahora, que hay que exprimir al m¨¢ximo. Es este el mundo en que los ciudadanos se han convertido en consumidores. Es este el funcionamiento de los adultos actuales en un momento hist¨®rico en que el calentamiento global, comprobadamente provocado por la acci¨®n humana, si no se detiene, cambiar¨¢ la cara del planeta.
Los adultos se revelan incapaces de enfrentar una idea de futuro que no est¨¦ determinada por renovaciones del acto de consumo
Cuando los cient¨ªficos del clima m¨¢s respetados alertan que queda poco m¨¢s de una d¨¦cada para evitar que la Tierra se convierta en un planeta hostil para nuestra especie, que hay que cambiar los patrones de consumo ya y, principalmente, presionar a los l¨ªderes para que tomen medidas m¨¢s que urgentes, la reacci¨®n parece ser la de seguir manteniendo el presente activo, incapaces de enfrentar una idea de futuro que no est¨¦ determinada por renovaciones del acto de consumo en el pacto capitalista del presente continuo.
Los muy j¨®venes se han dado cuenta de que la ¨¦poca en que los ni?os hacen solo lo que quieren debido a unos padres que tienen problemas para educar y poner l¨ªmites empieza a dar lugar a la ¨¦poca en que los ni?os se dan cuenta de que los padres hacen solo lo que ellos quieren porque son incapaces de aceptar que sea necesario tener l¨ªmites. Incluso l¨ªmites muy peque?os, como, por ejemplo, reducir el consumo de carne a solo una vez por semana, ya que la ganader¨ªa es una de las principales causas del calentamiento global. O dejar el coche en casa y utilizar el transporte p¨²blico o la bicicleta. O reciclar la ropa. Hay a quien le da pereza incluso responsabilizarse por la basura que produce.
¡°Todos creen que podemos resolver la crisis (clim¨¢tica) sin esfuerzo ni sacrificio¡±, dice Greta Thunberg
¡°Todos creen que podemos resolver la crisis (clim¨¢tica) sin esfuerzo ni sacrificio¡±, escribi¨® Greta Thunberg en uno de sus art¨ªculos. Con solo 16 a?os, demuestra la lucidez que les falta a la mayor¨ªa de los l¨ªderes mundiales. Este es un punto importante del movimiento de los estudiantes por el clima. A pesar de se?alar la dificultad que tienen los adultos para cambiar su vida cotidiana, al igual que sus elecciones y la relaci¨®n fundamental con el tiempo, los ni?os y adolescentes saben que esta transformaci¨®n no puede reducirse solo a la decisi¨®n de cada individuo. Los estudiantes han concentrado su presi¨®n sobre las autoridades de cada pa¨ªs. Esos l¨ªderes son los que tienen poder para frenar las grandes corporaciones, multar a los contaminadores, determinar pol¨ªticas capaces de interrumpir la escalada de destrucci¨®n.
No faltan estudios que muestran lo que hay que hacer para evitar que el calentamiento global sobrepase los 1,5 grados cent¨ªgrados, condenando a millones de personas al hambre y la miseria y barriendo del planeta maravillas vivas como los corales. Falta hacer lo que tiene que hacerse, y tambi¨¦n cumplir los acuerdos ya existentes. Si los avances a escala global ya eran dif¨ªciles antes, la reciente ascensi¨®n de l¨ªderes de extrema derecha en pa¨ªses estrat¨¦gicos, como Donald Trump y Jair Bolsonaro, hacen que la situaci¨®n sea desesperante.
Tambi¨¦n esta es una caracter¨ªstica de la nov¨ªsima generaci¨®n que sale a la calle por el clima. Son ni?os y adolescentes, pero no son ingenuos. En enero, en el Foro de Davos, en Suiza, Greta tampoco midi¨® sus palabras al dirigirse al p¨²blico, compuesto por la ¨¦lite econ¨®mica global: ¡°Algunas personas, algunas empresas, algunos tomadores de decisiones en particular, saben exactamente qu¨¦ valores inestimables se han sacrificado para seguir ganando cuant¨ªas inimaginables de dinero. Y creo que muchos de ustedes que est¨¢n hoy aqu¨ª pertenecen a este grupo de personas¡±.
Lo que los ni?os y adolescentes de este movimiento creciente dicen es que, si quieren tener d¨®nde vivir, tendr¨¢n que hacerse cargo del mundo. Para contar. Ya que los adultos que destruyen el planeta no los toman en cuenta.
Nunca ha habido nada parecido en la historia: las cr¨ªas intentan salvar el mundo que los espec¨ªmenes adultos destruyen
Nunca ha habido nada parecido en la historia. En ninguna historia. Las cr¨ªas intentan salvar el mundo que los espec¨ªmenes adultos destruyen sistem¨¢ticamente. M¨¢s all¨¢ de los efectos concretos sobre el futuro de la humanidad, se necesitar¨¢n muchos a?os de estudio para entender los efectos de esta inversi¨®n sobre la forma de comprender el mundo y el lugar que ocupan los que ser¨¢n adultos ma?ana. Pero, para ello, antes hay que tener un ma?ana.
Brasil es el pa¨ªs m¨¢s biodiverso del planeta. Tiene en su territorio la mayor parte de la mayor selva tropical del mundo. Deber¨ªa estar en la vanguardia del combate al calentamiento global y a la p¨¦rdida avasalladora de biodiversidad. Deber¨ªa ocupar su lugar estrat¨¦gico y ponerse en la vanguardia de todos los movimientos por el clima. Deber¨ªa. Pero no lo est¨¢.
Y no lo est¨¢ porque, despu¨¦s de gobiernos inconsecuentes y est¨²pidos ante la crisis clim¨¢tica, a la izquierda y a la derecha, el pa¨ªs tiene hoy un gobierno de extrema derecha que, adem¨¢s de ser inconsecuente y est¨²pido, tambi¨¦n tiene a algunos alucinados. El gobierno militarizado de Jair Bolsonaro puede conducir a Brasil al abismo. Y, dada la importancia de la selva amaz¨®nica, arrastrar tambi¨¦n al planeta.
Hay que ser muy claro en este momento y afirmar con todas las vocales y consonantes disponibles que una parte del gobierno de Bolsonaro est¨¢ compuesta de gente que utiliza el poder de forma peligrosa. Gente que juega a la guerra. Gente que juega con armas. Gente con delirios de grandeza y deseo de destrucci¨®n. Gente que tiene tanto miedo de sus propios demonios que ve el diablo en todas partes, preferentemente en los dem¨¢s. Gente que enaltece a torturadores, llama estadistas a dictadores y da medallas a milicianos.
Esta realidad ha hecho que el gobierno cada vez m¨¢s militarizado de Bolsonaro ¡ªya son ocho los militares en el primer escal¨®n, sin contar el vicepresidente y el portavoz, y decenas contando los dem¨¢s niveles, y suma y sigue...¡ª genere una nueva anomal¨ªa en Brasil. Tras pasar por una dictadura de 21 a?os, en que los generales permitieron y/u ordenaron la tortura, el secuestro y el asesinato de civiles, muchos todav¨ªa desaparecidos, cada vez que se anuncia un nuevo general en el gobierno m¨¢s gente siente alivio. La situaci¨®n en Brasil ha llegado a un punto ¡ªy con tan solo dos meses de gobierno Bolsonaro¡ª que cualquier persona con apariencia de adulto y ¨¢urea de autoridad genera alivio, aunque solo algunos meses atr¨¢s generase p¨¢nico en quienes siempre han defendido la democracia.
Hace unos d¨ªas una amiga de izquierdas, con una historia familiar de represi¨®n en la dictadura, me contaba, asustada consigo misma, que se calmaba siempre que el general Hamilton Mour?o, el vicepresidente del gobierno Bolsonaro, abr¨ªa la boca. No se trata del tal s¨ªndrome de Estocolmo, sino de que el hecho de tener la seguridad de estar en manos de perversos, de adultos infantilizados, de un padre que deja que sus hijos jueguen a gobernar el pa¨ªs porque ¨¦l tambi¨¦n juega a gobernar el pa¨ªs ha vuelto la realidad muy aterradora. Como los generales, en general, dicen frases con sentido, adem¨¢s de sujeto, verbo y predicado, aunque sea un sentido del que se discrepa, incluso las personas cr¨ªticas se han agarrado a estas briznas de cordura para poder dormir por las noches.
Es demasiado tarde para disociar la imagen de las Fuerzas Armadas de la aventura arriesgad¨ªsima que es un gobierno Bolsonaro
No hay que olvidar, sin embargo, una posibilidad y un hecho. Es posible que los generales tampoco est¨¦n durmiendo por las noches, pensando en c¨®mo mantener la imagen de las Fuerzas Armadas a salvo en un gobierno en que Bolsonaro parece ser menos controlable de lo que cre¨ªan, ya que ahora es demasiado tarde para disociar la imagen de las Fuerzas Armadas de la aventura arriesgad¨ªsima que es un gobierno Bolsonaro.
Es un hecho que la pol¨ªtica desastrosa para la Amazonia adquiri¨® un cuerpo y una cara justamente en el proyecto y la propaganda de la dictadura militar, en los a?os 70, cuando se destruyeron grandes extensiones y se diezmaron pueblos ind¨ªgenas para abrir carreteras, construir hidroel¨¦ctricas e implantar grandes plantas de extracci¨®n. Ese mismo imaginario del ¡°desierto verde¡± o de la ¡°tierra sin hombres para hombres sin tierra¡±, dos grandes esl¨®ganes de la dictadura que permanecen todav¨ªa hoy, en los que los pueblos de la selva no se consideran humanos, sigue guiando los discursos del gobierno Bolsonaro, ¨ªntimamente conectado con la agroindustria predatoria que pretende avanzar todav¨ªa m¨¢s sobre la Amazonia.
El modo de operar poco familiarizado con la democracia de los militares se ha revelado, otra vez, en la preocupaci¨®n por el encuentro que el papa Francisco realizar¨¢ en el Vaticano, en octubre, para debatir sobre la Amazonia con 250 obispos. Como revel¨® la periodista T?nia Monteiro, en el peri¨®dico O Estado de S. Paulo, los militares del gobierno militarizado de Bolsonaro temen que el ¡°clero progresista¡± de la Iglesia Cat¨®lica pueda convertirse en una referencia de oposici¨®n y ocupe el vac¨ªo dejado por la incapacidad de articularse de la izquierda pos Partido de los Trabajadores.
Los militares han decidido actuar para impedir que las cr¨ªticas al gobierno Bolsonaro lleguen a un foro internacional en el s¨ªnodo que debatir¨¢ durante 23 d¨ªas la crisis clim¨¢tica provocada por la deforestaci¨®n y las amenazas a los pueblos de la selva. Una de las acciones ser¨¢ intentar convencer al Gobierno italiano de que interceda con la Santa Sede para evitar ataques directos a la pol¨ªtica ambiental y social del Gobierno brasile?o durante el s¨ªnodo sobre la Amazonia.
Entre los temas del encuentro global, un asunto causa particular preocupaci¨®n en un gobierno que pretende volver comerciables las tierras p¨²blicas de usufructo exclusivo de los ind¨ªgenas: ¡°El grito de los ind¨ªgenas se parece al grito del pueblo de Dios en Egipto¡±. Seg¨²n el peri¨®dico Estad?o, el general Augusto Heleno, ministro jefe del Gabinete de Seguridad Institucional y supuestamente el adulto con m¨¢s influencia sobre el chaval Bolsonaro, se ha descolgado con esta afirmaci¨®n: ¡°Estamos preocupados y queremos neutralizarlo¡±. Y con esta: ¡°Creemos que es una interferencia en un asunto interno de Brasil¡±.
Como puede percibirse f¨¢cilmente, aunque los generales del gobierno militarizado de Bolsonaro demuestren capacidad cognitiva, lo cual es un alivio ante el panorama de indigencia intelectual del ministerio, sin duda est¨¢n desconectados de los desaf¨ªos de la crisis clim¨¢tica. Tambi¨¦n demuestran creer que viven en un mundo que ya no existe. Parecen tan preocupados por borrar su intervenci¨®n criminal en el pasado reciente que se han vuelto incapaces de ver el futuro que est¨¢ justo delante.
La Amazonia es un asunto del planeta porque, siempre que Brasil destruye la selva, reduce las posibilidades de controlar el calentamiento global. Es tanto un asunto del mundo que Brasil recibe miles de millones de reales de Noruega y Alemania para mantener la selva en pie. Si no fuera por ese dinero, el a?o pasado ni siquiera se habr¨ªan podido llevar a cabo las actividades b¨¢sicas de control del Instituto Brasile?o del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables.
En un comunicado de prensa, el Gabinete de Seguridad Institucional, dirigido por el general Augusto Heleno, hizo una afirmaci¨®n digna del famoso eslogan de la dictadura para la Amazonia, ¡°Integrar para no entregar¡±: ¡°Una parte de los temas del referido evento (S¨ªnodo para la Amazonia) tratan de aspectos que afectan, en cierto modo, a la soberan¨ªa nacional. Por eso, reiteramos el entendimiento del GSI de que le corresponde a Brasil cuidar la Amazonia brasile?a¡±. El planeta realmente espera que Brasil cuide la Amazonia, lo espera hace bastante tiempo. Los pueblos de la selva, que son quienes mejor la cuidan, en general en contra de los intereses de los diferentes gobiernos en el poder y a pesar de las sucesivas masacres, tambi¨¦n esperan que Brasil decida cuidar la Amazonia.
Si el gobierno Bolsonaro quiere accionar la manipuladora idea de la ¡°amenaza a la soberan¨ªa nacional¡±, puede empezar suspendiendo los grandes proyectos de empresas mineras extranjeras en la Amazonia
Si el gobierno Bolsonaro quiere accionar la manipuladora ¡°amenaza a la soberan¨ªa nacional¡±, esos ¡°gringos que est¨¢n invadiendo la Amazonia¡±, que pidan antes al presidente que proh¨ªba la presencia de las corporaciones transnacionales en la Amazonia, al igual que los proyectos destructores. Puede empezar con la gigantesca explotaci¨®n de oro de la empresa minera canadiense Belo Sun en la Vuelta Grande del Xing¨², una cat¨¢strofe anunciada que tuvo como consultor al general Franklimberg Ribeiro de Freitas, hoy una vez m¨¢s al frente de la Fundaci¨®n Nacional del Ind¨ªgena, en un evidente conflicto de intereses que, como de costumbre, ha sido ignorado. Los pueblos de la selva lo agradecer¨¢n. Los brasile?os urbanos conscientes tambi¨¦n.
Mientras en Brasil hay que debatir los destinos de la Amazonia a este nivel primario, como si todav¨ªa estuvi¨¦ramos en el siglo XX, los estudiantes se organizan para luchar por el planeta, dando lecciones de civismo a gobernantes mucho mayores. En noviembre, 15.000 estudiantes australianos faltaron a clase para decir a las autoridades que era obligatorio combatir el calentamiento global. El primer ministro australiano, Scott Morrison, reaccion¨® mal: ¡°Lo que queremos en las escuelas es m¨¢s aprendizaje y menos activismo¡±. Algo que podemos imaginar que diga Bolsonaro con todav¨ªa peores palabras, quiz¨¢s amenazando enviar a los estudiantes a la ¡°punta de la playa¡±, como suele mencionar, refiri¨¦ndose al lugar clandestino donde se torturaba y se asesinaba a los opositores del r¨¦gimen de excepci¨®n que ¨¦l tanto exalta.
¡°Dejaremos de ser activistas si vosotros dej¨¢is de ser unos mierdas¡±
Los j¨®venes australianos respondieron a su primer ministro con un cartel en las calles: ¡°Dejaremos de ser activistas si vosotros dej¨¢is de ser unos mierdas¡±. Las manifestaciones de estudiantes que exigen acciones de los adultos ante la crisis clim¨¢tica se han multiplicado, especialmente en Europa, llegando a tener decenas de miles de manifestantes en pa¨ªses como B¨¦lgica, Holanda, Alemania, Suiza y Francia.
En el centro de las numerosas protestas de B¨¦lgica est¨¢ una adolescente de 17 a?os llamada Anuna De Wever. Inspirada en un v¨ªdeo grabado por Greta, en el que la sueca estimulaba a los estudiantes a hacer una huelga clim¨¢tica ante la inercia de los adultos, ella y su mejor amiga grabaron su propio v¨ªdeo. Como cont¨® a BuzzFeed News, esperaban que se presentaran solo unas 20 personas a una protesta organizada a principios de enero. Fueron 3.000. Y las protestas han crecido semana tras semana, hasta movilizar a decenas de miles.
La ministra de Medio Ambiente de B¨¦lgica minti¨® a los estudiantes y al pa¨ªs, afirmando que los servicios de inteligencia hab¨ªan informado de que las protestas eran un complot para derribarla. Tuvo que reconocer la mentira y dimitir. A las autoridades desconcertadas, que intentaron justificar su incompetencia ante el mayor desaf¨ªo global exigiendo a los manifestantes estudio y disciplina, los estudiantes respondieron con un cartel bien objetivo: ¡°Har¨¦ mis deberes cuando t¨² hagas los tuyos¡±.
¡°Nuestros ni?os pueden afrontar la verdad. ?Y t¨²?¡±
Cuando se afirma que el gobierno Bolsonaro es una vanguardia del atraso, es importante tener la dimensi¨®n de que la calidad de las luchas tambi¨¦n determina ¡ªy mucho¡ª la calidad del pa¨ªs. Desde hace varios a?os, en Brasil el debate no solo se bloquea, sino que se descalifica, que es otra forma de bloquearlo. La semana pasada, algunos profesores de escuelas de varios pa¨ªses se manifestaron por la falta de contenidos relacionados con la crisis clim¨¢tica, el tema que deber¨ªa atravesar todos los dem¨¢s tambi¨¦n en las aulas. ¡°Ense?a la verdad¡±, dec¨ªan los carteles. O: ¡°Nuestros ni?os pueden afrontar la verdad. ?Y t¨²?¡±. Un profesor coment¨®, durante la manifestaci¨®n de Londres: ¡°A veces me pregunto qu¨¦ sentido tiene ense?ar cuando nadie est¨¢ ense?ando la verdad sobre el futuro¡±.
En Brasil, los estudiantes de las escuelas p¨²blicas tienen que rebelarse para tener una ense?anza con una calidad m¨ªnima y que se respeten sus derechos m¨¢s b¨¢sicos, como sucedi¨® en 2015 y 2016. Los alumnos brasile?os tienen uno de los peores resultados del mundo en asignaturas como portugu¨¦s y matem¨¢ticas. Y la mayor¨ªa de los profesores no cobran lo suficiente siquiera para vivir con dignidad, no digamos para actualizarse y estudiar.
En los d¨ªas actuales, sin embargo, no se puede ni trabar esta lucha b¨¢sica, obvia, porque hay que preocuparse de los falsos problemas. Un grupo de delirantes y/u oportunistas decidi¨® inventarse que los problemas de las escuelas son la ideolog¨ªa de g¨¦nero y otras tonter¨ªas creadas por ide¨®logos de extrema derecha. Crearon, entre otras aberraciones, la Escuela Sin Partido, un proyecto autoritario que toma partido por lo peor en un momento en que todos deber¨ªan concentrarse en los problemas reales que les arrebatan las posibilidades a millones de ni?os y adolescentes brasile?os. Para conseguir lo que quieren mienten, crean noticias falsas, como los biberones con tetilla en forma de pene o los profesores que ense?an a sus alumnos a hacer org¨ªas. La falta de honestidad de estas personas no tiene l¨ªmites. Y el Gobierno no es el l¨ªmite, porque hoy son el Gobierno.
As¨ª, en lugar de luchar por la educaci¨®n para enfrentar la crisis clim¨¢tica, como est¨¢n haciendo los estudiantes de pa¨ªses de otras partes del mundo, exigiendo ciencia y pensamiento de calidad en las escuelas, en Brasil hay que luchar para que la teor¨ªa cient¨ªfica de la evoluci¨®n de Charles Darwin, base para la comprensi¨®n de las especies y de mucho de lo que fue posible comprender sobre la vida desde entonces, se siga ense?ando como lo que es, una teor¨ªa cient¨ªfica, y no una teor¨ªa alternativa al mito religioso del creacionismo. Los cada vez m¨¢s numerosos fundamentalistas evang¨¦licos deber¨ªan dejar las medicinas que salvan su vida y los m¨®viles con los que esparcen su odio antes de equiparar la ciencia con la religi¨®n, siendo irrespetuosos con ambas.
En lugar de concentrar todos los esfuerzos del pa¨ªs en mejorar la calidad de la educaci¨®n, a Bolsonaro le preocupa censurar las cuestiones del examen de acceso a la universidad. El ministro de Educaci¨®n envi¨® esta semana un correo electr¨®nico a las escuelas diciendo que los alumnos tienen que cantar el himno nacional al inicio del a?o lectivo, los profesores tienen que leer una carta que termina con el eslogan de la campa?a de Bolsonaro y la direcci¨®n tiene que grabar el momento y enviar un fragmento del v¨ªdeo a Brasilia. La ministra de la Mujer dice que las ni?as visten de rosa y los ni?os, de azul. El ministro de Asuntos Exteriores afirma que el calentamiento global es un complot de la izquierda. El ministro de Medio Ambiente dice que la discusi¨®n sobre ¡°si hay o no calentamiento global es secundaria¡±. El adjetivo ¡°secundaria¡± ya ser¨ªa terrible, pero todav¨ªa pone en duda lo que es un consenso cient¨ªfico mundial y que cada uno ya puede percibir en su d¨ªa a d¨ªa.
En Brasil no se consigue luchar ni por lo b¨¢sico, pero s¨ª para impedir que la estupidez se vuelva un tipo de verdad
Los debates importantes, los que realmente pueden representar un avance para el pa¨ªs, se aplazan porque hay que defenderse de esta gente que lanza frases sin ning¨²n contacto con la realidad, pero que hoy tiene poder para afirmar mentiras como verdades. Las mejores mentes del pa¨ªs est¨¢n obligadas a concentrar sus esfuerzos en descubrir una manera de impedir que los delirios se transformen en ley. Mientras tanto, Brasil pierde y pierde y pierde. Ya no se lucha ni siquiera por lo b¨¢sico, sino para impedir que la realidad se convierta en un delirio. Se lucha tambi¨¦n para que las palabras recuperen su significado.
Los estudiantes brasile?os, por la importancia de Brasil en la reducci¨®n de las emisiones de gases que provocan el calentamiento global, deber¨ªan ser protagonistas en la huelga clim¨¢tica del 15 de marzo. Pero de momento no lo son. Porque viven en un pa¨ªs en el que los adultos que est¨¢n en el poder son tan precarios, pero tan precarios, que hay que explicarle al ministro de Medio Ambiente que, al contrario de lo que afirma, no hay nada m¨¢s importante en este momento hist¨®rico que saber qui¨¦n fue el activista ambiental Chico Mendes. Hay que repetir y repetir lo obvio para que la estupidez no se transforme en inteligencia.
Los estudiantes suizos, por ejemplo, exigen que ninguna escuela utilice aviones para sus excursiones, ya que volar tiene un gran impacto sobre el medio ambiente. La propia Greta, que dej¨® hace a?os de comer carne y de comprar cualquier cosa que no sea absolutamente esencial, dej¨® de volar en 2015. Desde que su hija empez¨® a preocuparse por la crisis clim¨¢tica, la madre, una famosa cantante de ¨®pera, dej¨® su carrera internacional debido a la huella de carbono de la aviaci¨®n. La pregunta es obvia: ?c¨®mo se pueden debatir cuestiones como esta en un pa¨ªs como Brasil, donde los estudiantes tienen dificultades para llegar a la escuela por falta de transporte?
Quiz¨¢s empezando por entender que es obligatorio que se debatan. Creer que la crisis clim¨¢tica es un tema para estudiantes ricos de pa¨ªses ricos es un error. Y un error peligroso. Enfrentar la crisis clim¨¢tica no es un lujo, es una necesidad urgente de todos. Nada aumentar¨¢ m¨¢s la desigualdad y afectar¨¢ a los m¨¢s pobres que la crisis clim¨¢tica. El calentamiento global atraviesa todos los temas y todas las ¨¢reas, incluso la racial y la de g¨¦nero. En Brasil, posiblemente las m¨¢s afectadas ser¨¢n las mujeres negras, el contingente m¨¢s fr¨¢gil y oprimido de la poblaci¨®n. Es esto lo que los ni?os y adolescentes est¨¢n diciendo. Pero, tambi¨¦n por la deficiencia de la educaci¨®n, y no solo en las escuelas p¨²blicas, la mayor¨ªa de los estudiantes brasile?os tienen dificultades para establecer las conexiones y comprender que, al luchar por la selva amaz¨®nica, estar¨¢n luchando por la reducci¨®n de la desigualdad y por m¨¢s acceso a los recursos y a las pol¨ªticas p¨²blicas.
Las mujeres, y principalmente las negras, ser¨¢n las m¨¢s afectadas por la crisis clim¨¢tica
En Estados Unidos, la huelga por el clima del 15 de marzo la est¨¢n organizando en su mayor¨ªa ni?as, muchas de ellas negras. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud ya ha mostrado que las mujeres ser¨¢n las m¨¢s afectadas por los desastres naturales provocados por el calentamiento global y tambi¨¦n ser¨¢n las m¨¢s afectadas porque en muchas sociedades todav¨ªa son ellas las que tienen la responsabilidad de conseguir agua, energ¨ªa y alimento. Son tambi¨¦n las mujeres las primeras que pierden oportunidades cuando los recursos naturales se vuelven escasos. ¡°Si eres v¨ªctima de un sistema de opresi¨®n, te afecta m¨¢s la crisis clim¨¢tica. Y eso vale para las mujeres¡±, dijo Jamie Margolin, una activista clim¨¢tica de 17 a?os a BuzzFeed News. ¡°Tenemos que levantarnos y levantar nuestra voz¡±.
Hay una particularidad que hace que la crisis clim¨¢tica sea todav¨ªa m¨¢s dif¨ªcil en Brasil. El crecimiento acelerado de los evang¨¦licos neopentecostales en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha fortalecido la creencia en el apocalipsis b¨ªblico. Para algunos de ellos, que apoyaron masivamente la elecci¨®n de Bolsonaro, las cat¨¢strofes provocadas por el calentamiento global no las ha causado la acci¨®n humana, sino que est¨¢n previstas en la Biblia como los acontecimientos que anuncian el Armaged¨®n. O, aunque las haya causado la acci¨®n humana, ya estaban escritas. Es bastante posible que sus l¨ªderes no lo crean, que solo utilicen una interpretaci¨®n literal de la Biblia para controlar mejor los cuerpos y canjearla por poder. Pero hay una masa de fieles que lo creen. Y que crece.
Una l¨ªnea de los evang¨¦licos cree que las cat¨¢strofes provocadas por el calentamiento global son profec¨ªas b¨ªblicas que anuncian el apocalipsis
Todo lo que se puede ver como una cat¨¢strofe clim¨¢tica provocada por la utilizaci¨®n de combustibles f¨®siles, para esa l¨ªnea del evangelismo es solo el cumplimiento de la profec¨ªa b¨ªblica. Son ellos los que presionan para que la embajada de Brasil en Israel se traslade a Jerusal¨¦n, porque esta ciudad ser¨ªa el escenario del Armaged¨®n. Otra vez hay que subrayar que quienes articulan esta idea tienen intereses m¨¢s bien inmediatos y mundanos, que revisten con una ret¨®rica b¨ªblica para santificar lo que es totalmente terreno.
No hay que olvidar que Bolsonaro fue bautizado en el r¨ªo Jord¨¢n, en Israel, en 2016, y que pastores como Silas Malafaia promueven excursiones a Israel. Para este grupo de evang¨¦licos que solo crece en Brasil, la cat¨¢strofe es bienvenida, ya que est¨¢n seguros de que se salvar¨¢n porque son los ¨²nicos puros. Salvarse, por lo tanto, ser¨ªa solo una cuesti¨®n de tener la fe correcta. La suya, claro. ?C¨®mo se puede pedir raz¨®n en este pa¨ªs? Quiz¨¢s habr¨ªa que avisarlos que el r¨ªo Jord¨¢n se est¨¢ haciendo cada vez m¨¢s y m¨¢s estrecho debido a la sequ¨ªa provocada por la crisis clim¨¢tica. Si sigue as¨ª, pronto habr¨¢ que encontrar otro r¨ªo para los bautismos espectaculares.
Si se escuchara a las nuevas generaciones (y tambi¨¦n a las viejas) de los pueblos de la selva, podr¨ªan darles clase a los estudiantes que se rebelan por el clima en Europa. Tambi¨¦n en la Amazonia el protagonismo de las mujeres en las luchas de ind¨ªgenas, quilombolas (descendientes de esclavos rebeldes) y ribere?os es cada vez mayor, y las l¨ªderes son cada vez m¨¢s j¨®venes. Sin embargo, el profundo conocimiento de los pueblos de la selva, imprescindible para enfrentar la crisis clim¨¢tica, y la rebeli¨®n que su lucha representa son acallados sistem¨¢ticamente. El proyecto de Bolsonaro, como ya ha afirmado varias veces, es que los ind¨ªgenas y los quilombolas se vuelvan ¡°seres humanos como nosotros¡±. Si el ¡°nosotros¡± es ¨¦l, ya se puede imaginar el gran conocimiento que las generaciones de la selva obtendr¨¢n.
Sin la mayor selva tropical del mundo, la vida humana en el planeta no tiene ninguna posibilidad. En Brasil, como en los otros pa¨ªses amaz¨®nicos de Am¨¦rica Latina, los pueblos de la selva luchan casi solos para mantenerla en pie. Y mueren. Los hijos de estos luchadores tienen que asumir la lucha de los padres asesinados. Las j¨®venes chicas que lideran la rebeli¨®n de los estudiantes por el clima en Europa tienen el desaf¨ªo de establecer puentes con las j¨®venes chicas de la selva amaz¨®nica, el centro geogr¨¢fico donde se disputa el futuro pr¨®ximo. Y viceversa.
Las j¨®venes lideresas de la huelga clim¨¢tica global llevan la lucha a la potencia pol¨ªtica de sus diferencias
Greta Thunberg y Anuna De Wever, dos de las principales l¨ªderes estudiantiles en Europa, traen muchas novedades al activismo clim¨¢tico. Greta, la chica que ha inspirado a decenas de miles de estudiantes a unirse por el clima, tiene un trastorno del espectro autista. Aunque no haya sido ese el objetivo, su activismo por el clima muestra la potencia pol¨ªtica de una diferencia. En una entrevista a la revista NewYorker, dijo: ¡°Veo el mundo de manera un poco diferente, desde otra perspectiva. Tengo un inter¨¦s especial. Es muy com¨²n que personas con trastorno del espectro autista tengan un inter¨¦s especial. Puedo hacer algo durante horas¡±. O durante a?os, como ya ha demostrado.
Anuna es una ni?a en su partida de nacimiento, se volvi¨® ni?o durante la primaria y hoy se define como ¡°g¨¦nero fluido¡± y prefiere los pronombres femeninos. Relaciona la lucha del clima directamente con la identidad de g¨¦nero. Lo que para muchos es inmutable, ella considera que se puede cambiar, una percepci¨®n que parte de su propia experiencia de ser. ¡°Tener g¨¦nero fluido siendo joven me permite ver el mundo de manera un poco diferente¡±, dijo. ¡°No miro al mainstream y lo que piensan. Empiezo a tener mis propios valores, principios propios, y pienso en lo que no funciona en este mundo y en lo que puedo hacer para mejorarlo, en lugar de solo cerrar los ojos¡±.
Los viejos activistas del clima est¨¢n perplejos. Y animados. ¡°El movimiento que Greta ha lanzado es una de las cosas m¨¢s esperanzadoras que he visto durante los 30 a?os que hace que trabajo en la cuesti¨®n clim¨¢tica. Muestra de manera clara el desaf¨ªo generacional que supone el calentamiento global y reta a los adultos a que prueben que son, de hecho, adultos¡±, dijo Bill McKibben, fundador de la 350.org, al peri¨®dico The Guardian.
Los ni?os reivindican a los adultos que ¡°se adulten¡±
En un mundo en que las decisiones todav¨ªa las toman mayoritariamente los hombres, las ni?as han levantado la voz. Los miles de ni?os de su generaci¨®n que salen a la calle con ellas no parecen tener ning¨²n problema con el protagonismo femenino de las protestas. Ni?as como Greta, Anuna y otras tantas ¡ªporque son muchas¡ª no quieren ocupar el lugar de los adultos. No se trata de eso. Lo que quieren quiz¨¢ sea todav¨ªa m¨¢s dif¨ªcil. Al denunciar la infantilizaci¨®n de los gobernantes, reivindican que los adultos ¡°se adulten¡±.
El agudo cronista brasile?o Nelson Rodrigues, que era sublime en hacer frases de efecto, al preguntarle qu¨¦ consejo les dar¨ªa a los j¨®venes, dijo: ¡°?Creced!¡±. Los ni?os que se ven obligados a cuidar del mundo dicen hoy a los adultos: ¡°?Creced!¡±.
Hemos llegado a este punto: los ni?os tienen que pedir a los adultos que sean adultos. Que tengan l¨ªmites y se responsabilicen. O, en otras palabras: ¡°Dejad de enmerdar el planeta en el vamos a vivir¡±.?
Eliane Brum es escritora, reportera y documentalista. Autora de los libros de no ficci¨®n Coluna Prestes ¨C o Avesso da Lenda, A Vida Que Ningu¨¦m v¨º, O Olho da Rua, A Menina Quebrada, Meus Desacontecimentos, y de la novela Uma Duas. Sitio web: desacontecimentos.com. E-mail: elianebrum.coluna@gmail.com. Twitter: @brumelianebrum/ Facebook: @brumelianebrum.
Traducci¨®n de Meritxell Almarza.
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