Una cartulina perdida y dos hip¨®tesis enfrentadas marcan la investigaci¨®n del asesinato de Samir Flores
La Fiscal¨ªa da prioridad a supuestos v¨ªnculos con el crimen organizado, mientras sus allegados apuntan a su labor de activista como m¨®vil
La investigaci¨®n sobre el asesinato del activista mexicano Samir Flores ha tropezado con una cartulina. Diez d¨ªas despu¨¦s de su muerte, todav¨ªa no hay detenidos y se mantienen dos hip¨®tesis enfrentadas: la que vincula el suceso al crimen organizado y la que lo relaciona a su activismo contra la puesta en marcha de una central termoel¨¦ctrica. La Fiscal¨ªa del Estado de Morelos ha dado m¨¢s validez a la primera, mientras organizaciones de activistas y familiares defienden la segunda. En el centro de la pol¨¦mica hay una cartulina, de origen y paradero incierto, en la que un grupo criminal se atribuye el asesinato.
El mi¨¦rcoles, d¨ªa del homicidio, la Fiscal¨ªa report¨® la existencia de una cartulina azul en el lugar del crimen, con el siguiente mensaje en letras negras: ¡°X Puto Chismoso. Denunciaste Abraham Ocampo y sigues tu Michoacano con tu pendeja banda. Atte. Comando Tlahica¡±. El Ministero P¨²blico utiliz¨® ese mensaje para apoyar la tesis del asesinato por parte de una banda criminal. El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y del Agua (FPDTA), organizaci¨®n a la que pertenec¨ªa Samir Flores, sigue negando la existencia de tal nota y ha acusado a las autoridades de ¡°invent¨¢rsela¡± para desviar la atenci¨®n de los verdaderos culpables.
Tras m¨¢s de una semana de dudas, las autoridades estatales salieron el jueves a reafirmar que la cartulina s¨ª existe, pero que la familia no quiso entregarla a las autoridades para evitar dar peso a la hip¨®tesis del crimen organizado. Seg¨²n la versi¨®n oficial, la Polic¨ªa recibi¨® el aviso de un herido de bala a las 5.45 de la madrugada del mi¨¦rcoles 20 de febrero. Una patrulla se acerc¨® entonces a la casa de Samir Flores en Amilcingo, un modesto edificio de dos plantas al que se accede por un camino de tierra. All¨ª, a unos veinte metros de la entrada, acababan de disparar cuatro tiros al activista, dos de ellos?en la cabeza.
Al llegar, los dos agentes escucharon a gente ¡°rumorear¡± sobre ¡°una cartulina con un mensaje¡±, seg¨²n sus declaraciones ante el Ministerio P¨²blico. Le preguntaron al padre sobre la existencia de la nota y este lo neg¨® en un primer momento. Pero, al poco rato, se retract¨®: condujo a los agentes a un lugar, detr¨¢s de un ¨¢rbol, donde la hab¨ªa escondido. Los polic¨ªas se percataron de que estaba manchada de sangre en ambos lados y le pidieron que se la diera. Ante la negativa del padre, uno de los agentes le tom¨® una fotograf¨ªa con su celular.
Cuando los peritos forenses llegaron al lugar en busca de indicios, le volvieron a pedir la cartulina al padre y ¨¦l se neg¨® de nuevo: ¡°No quiero que esa informaci¨®n sirva para burlarse del asesinato¡±, les dijo, seg¨²n recoge la versi¨®n oficial. Pese a estar amparados para llev¨¢rsela como indicio criminal, los peritos y la Polic¨ªa al parecer se resignaron ante esa segunda negativa y desistieron.
El fiscal del Estado, Uriel Carmona, se dirigi¨® el jueves a la familia, que ni ha confirmado ni desmentido tener la cartulina, para que la entregue y sea incorporada a la carpeta de investigaci¨®n. Samantha C¨¦sar Vargas, compa?era de Flores en el FPDTA, rechaza estos se?alamientos. ¡°Nos preocupa que incrementen la vulnerabilidad de la familia¡±, dice
Con o sin cartulina, persisten las dudas sobre la hip¨®tesis del crimen organizado, la preferida por la Fiscal¨ªa. A mediados de enero, la Polic¨ªa detuvo a siete miembros del autodenominado Comando Tlahuica, la banda que supuestamente firm¨® la cartulina, y el comisionado de Seguridad P¨²blica de Morelos, Jos¨¦ Antonio Ort¨ªz, dio al grupo por ¡°finiquitado¡±, como ¨¦l mismo reconoci¨® este jueves. Sin embargo, el funcionario especul¨® que puede tratarse de una "nueva c¨¦lula" o de alguien que est¨¦ utilizando el nombre de la banda. En cualquier caso, la firma que aparece en la cartulina contiene un error ortogr¨¢fico: dice ¡°Tlahica¡±, en vez de ¡°Tlahuica¡±, el verdadero nombre.
Personas allegadas al activista afirman desconocer al Comando Tlahuica o a Abraham Ocampo, la persona a quien supuestamente denunci¨® Flores seg¨²n el mensaje. El d¨ªa despu¨¦s del asesinato, sus compa?eros de la radio comunitaria de Amilcingo aseguraron a este peri¨®dico que no recordaban que Flores hubiese arremetido contra el Comando u Ocampo, un recluso que lleva internado varios meses en una c¨¢rcel de la zona acusado de secuestro. En cambio, s¨ª hab¨ªa criticado abiertamente la central termoel¨¦ctrica, sobre la que el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador iba a consultar unos d¨ªas despu¨¦s a la poblaci¨®n.
La insistencia con que la Fiscal¨ªa ha defendido la hip¨®tesis del crimen organizado ha sido criticada por la oficina de la ONU en M¨¦xico por desechar demasiado r¨¢pido la posibilidad de que el asesinato estuviese vinculado al activismo de Flores en contra de la termoel¨¦ctrica. Este jueves, el fiscal del Estado dio marcha atr¨¢s y asegur¨® no estar ¡°para nada cerrado¡± a ninguna hip¨®tesis. Ya han llamado a declarar a Humberto Sandoval, un l¨ªder sindical y cacique de Amilcingo al que los compa?eros de Flores han vinculado a un ¡°grupo de choque¡±, supuestamente creado para amedrentar a los opositores de la termoel¨¦ctrica. Para Vargas, del FPDTA, la ampliaci¨®n de la investigaci¨®n es ¡°un avance¡±.
Aunque todav¨ªa no hay detenidos, las autoridades contemplan la ¡°presunci¨®n¡± de que los criminales conocieran a Flores y su rutina. Los asesinos, tres o cuatro de acuerdo con la Fiscal¨ªa, llegaron poco antes de que el activista emprendiera su camino habitual hacia la radio comunitaria. Seg¨²n declararon los padres, Flores salud¨® a una persona y camin¨® con ella unos metros antes de ser tiroteado a quemarropa. Los asesinos se subieron entonces a un veh¨ªculo negro y desaparecieron antes de que despuntara el alba.
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