Estados desunidos frente a desuni¨®n europea
Un an¨¢lisis de la actualidad internacional a trav¨¦s de art¨ªculos publicados en medios globales seleccionados y comentados por la revista CTXT
En 2020 los estadounidenses votar¨¢n a su pr¨®ximo presidente, cuatro a?os despu¨¦s de la victoria de Donald Trump, sin que el establishment del Partido Dem¨®crata haya digerido la derrota ni analizado sus causas a fondo. Pero los aspirantes a la Casa Blanca calientan ya motores ¨Cla senadora Elizabeth Warren, seg¨²n informaba The New York Times, prometi¨® por ejemplo aprobar una nueva ley antitrust contra las grandes compa?¨ªas tecnol¨®gicas como Amazon, Google, Apple o Facebook¡ª y los puntos de sutura ceden y la cicatriz se reabre. David Rosen se asoma a la herida desde Counterpunch con un art¨ªculo sobre uno de los aspectos m¨¢s debatidos de las elecciones presidenciales de 2016: el apoyo de la clase trabajadora blanca a Trump.
El autor cita un estudio de dos economistas de la Universidad de Princeton, Anne Case y Angus Deaton, sobre los ¨ªndices de mortalidad en lo que t¨¦cnicamente se denomina ¡°estadounidenses blancos no-hispanos¡±, en los que se registran desde hace a?os de manera constante ¡°aumentos por sobredosis, suicidios y enfermedades hep¨¢ticas relacionadas con el consumo de alcohol¡±. El deterioro de las condiciones de vida y la desaparici¨®n de ¡°las estructuras tradicionales de apoyo social y econ¨®mico¡±, sin que hayan sido sustituidas por otras nuevas, conducen a este sector de la poblaci¨®n a lo que Rosen califica de ¡°muertes por desesperaci¨®n¡±. El autor recuerda un estudio publicado poco despu¨¦s de las elecciones por Shannon Monnat, quien estableci¨® una correlaci¨®n entre los resultados obtenidos por el candidato republicano y los distritos m¨¢s afectados por la crisis y el desempleo, sin que sea este evidentemente el ¨²nico factor causal.
Rosen lamenta que ¡°el concepto de ¡®muertes por desesperaci¨®n¡¯ no haya entrado en el debate pol¨ªtico entre los candidatos anunciados, ya sea Trump o los dem¨®cratas, pero las cuestiones relacionadas con estas posiblemente tendr¨¢n un papel clave¡±, en particular a la hora de poder ¡°dirigirse a la base de Trump, erosionar sus apoyos y, seguramente, poner fin a sus esfuerzos para ser reelegido en 2020.¡± 70.000 personas fueron v¨ªctimas de la epidemia de opi¨¢ceos en EEUU en 2017, ¨²ltimo a?o del que se disponen cifras. Seg¨²n los asesores de la propia Casa Blanca, esta epidemia causa p¨¦rdidas econ¨®micas por valor de 500.000 millones de d¨®lares anuales. Medios como Vox consideran que las medidas adoptadas por la Administraci¨®n de Trump son insuficientes e incluso contraproducentes, como la decisi¨®n de reducir los fondos de algunos programas espec¨ªficos de Medicare y Mediaid.
Armas: m¨¢s madera
Mientras un EEUU dividido ha comenzado la cuenta atr¨¢s para las presidenciales, Trump puede a?adir algo a su larga lista de cosas de las que presumir. Seg¨²n el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) el porcentaje de EEUU en el total de exportaciones de armas pas¨® del 30% al 36% en el periodo 2014-2018, un 75% de diferencia con respecto a Rusia. Por comparaci¨®n, en el per¨ªodo 2009-2013 EE UU vio sus exportaciones de armas crecer un 29%, con una diferencia del 12% respecto a Rusia. M¨¢s de la mitad del armamento estadounidense exportado en el per¨ªodo 2014-2018, un 52%, termin¨® en Oriente Medio. Las exportaciones de armamento de Rusia declinaron un 17% debido a la reducci¨®n de las importaciones de India y Venezuela. En cambio, Francia increment¨® sus exportaciones de armas un 43% y Alemania un 13%. Considerada como bloque, a la Uni¨®n Europea le corresponde un 27% del total de las exportaciones de armas entre 2014 y 2018. De acuerdo con el estudio de SIPRI, los cinco mayores exportadores de armas son EE UU, Rusia, Francia, Alemania y China; estos cinco pa¨ªses exportaron el 75% entre los a?os 2014 y 2018.
¡°Trump est¨¢ enamorado de la fuerza militar estadounidense y le excita su uso violento, pero se muestra inc¨®modo con la mara?a entre la pol¨ªtica dom¨¦stica y exterior¡±, explica el historiador David Immerwahr en una entrevista con Jacobin. Para Immerwahr, ¡°los acuerdos, las bases militares, los territorios de ultramar¡ todo ello parece incomodarle¡±, lo que ha llevado al presidente estadounidense a una ¡°pol¨ªtica interesante¡± y contradictoria. ?Y despu¨¦s de Trump? ¡°Puedo imaginarme una pol¨ªtica exterior antimperialista consciente que busque hacer retraer el imperio estadounidense, menos por el miedo a lo extranjero, que parece dominar los instintos de Trump, que por un deseo de Estados Unidos de acercarse al mundo m¨¢s como un pa¨ªs entre otros que como una fuerza dominante, hegem¨®nica¡±, responde.
Macron no convence
La respuesta de la presidenta de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU), Annegret Kramp-Karrenbauer, de marcar distancias con respecto al presidente franc¨¦s y su proyecto europeo ha sido recibida con cr¨ªticas por el resto de partidos alemanes, seg¨²n recoge el diario Die Zeit. El giro a la derecha de Kramp-Karrenbauer que le afean sus contrincantes puede leerse tambi¨¦n en clave interna: cerrar el paso a Alternativa para Alemania (AfD), un partido que tiene el campo abonado para crecer si, como sostiene el digital Telepolis, Alemania se encuentra ya en recesi¨®n. En su art¨ªculo, Ralf Streck se?ala los pron¨®sticos recientes de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo en Europa (OCDE) que reducen el crecimiento de la econom¨ªa alemana a un 0,7% ¡ªla mitad que en 2018¡ª y los propios datos oficiales que apuntan a un enfriamiento de la ¡°locomotora europea¡± dif¨ªcil de maquillar. Alemania ya no puede correr m¨¢s para huir de la sombra de la crisis: ¡°Durante la crisis¡±, escribe Streck, ¡°se apost¨® sobre todo por el incremento de las exportaciones en vez de reforzar el mercado interno¡±, debilitado por ¡°las pol¨ªticas de austeridad¡± y el ¡°dumping salarial¡±. Todo ello mientras en el horizonte se forman inquietantes nubarrones que amenazan con descargar en un momento u otro sobre un tejido social y econ¨®mico ya castigado por la anterior recesi¨®n.
En la vecina Austria, a su canciller, Sebastian Kurz, tampoco le ha convencido el art¨ªculo de Emmanuel Macron. En una entrevista a Deutschlandfunk recogida por el Kurier, Kurz consider¨® ¡°positivo¡± que se abriese el debate sobre la Uni¨®n Europea, pero tach¨® el proyecto de Macron de ¡°ut¨®pico¡± y ¡°muy alejado de la realidad¡±. ¡°Como pa¨ªs neutral y que no forma parte de la OTAN vemos cr¨ªticamente tambi¨¦n los planes para ampliar la cl¨¢usula de asistencia mutua de la Uni¨®n Europea o un incremento de los presupuestos de defensa al objetivo de la OTAN del 2%¡±, a?adi¨®. En su propio pa¨ªs, el art¨ªculo ha sido recibido con cr¨ªticas. Seg¨²n France24, el presidente de Los Republicanos, Laurent Waquiez, a quien la propuesta del presidente franc¨¦s le pareci¨® esquem¨¢tica, Macron propone ¡°profundizar una Europa que no funciona¡±. ¡°Sorprende que todos estos fabulosos esl¨®ganes se hayan repetido continuamente todos estos a?os: reconstruir la zona Schengen, crear una Europa social¡ Palabras que terminan no significando nada en esta era de escepticismo¡±, apostill¨® Waquiez. M¨¢s contundente, el izquierdista Jean-Luc M¨¦lenchon dijo que el presidente franc¨¦s deja caer un torrente de ¡°clich¨¦s¡± salpicado de ¡°paranoia rus¨®foba¡± y reclama salir de los tratados ¡°que convierten la ayuda mutua y la solidaridad en imposibles¡± y un cambio de lenguaje para la defensa del bien com¨²n.
Desde las p¨¢ginas de The Guardian, el economista griego Yanis Varoufakis acusa a Macron de presentar una agenda marcada por la ¡°falta de credibilidad¡±. ¡°Confiando la renovaci¨®n europea a bur¨®cratas que no est¨¢n fiscalizados por nadie, el programa de Macron solamente agravar¨¢ el descontento que ha dado pie a la ultraderecha a la que dice oponerse¡±, critica el exministro de Finanzas griego. ¡°Las elecciones al Parlamento Europeo de mayo son presentadas como un duelo entre dos campos: los eur¨®filos liberales contra los euroesc¨¦pticos iliberales: Emmanuel Macron contra Matteo Salvini, los ¡®falsos profetas¡¯ contra los ¡®patriotas europeos¡¯¡±, describe Varoufakis, que juzga este relato como ¡°enga?oso¡±. Para el economista, ¡°las figuras del establishment como Macron han perdido su credibilidad incluso entre los centristas¡± y ¡°para conseguir votantes, descansan en la amenaza que representan nacionalistas como Salvini¡±. De igual modo, ¡°hombres fuertes como el viceprimer ministro italiano necesitan desesperadamente un desafortunado establishment europeo para presentarse como rebeldes merecedores de ese t¨ªtulo.¡± El autor de El minotauro global termina su art¨ªculo llamando a apoyar el movimiento que fund¨® en 2016, Democracy In Europe Movement (DiEM25), que concurrir¨¢ como lista transnacional por primera vez a las elecciones europeas de este mayo.
Macron se ha cre¨ªdo Napole¨®n ("On s'engage et puis on voit!" [uno entra en combate y luego ya veremos]) y nadie le ha seguido.
Europa sin mapa
Preocupaciones desde luego no faltan estos d¨ªas en Europea y ensombrecen fastos que otrora habr¨ªan sido celebrados por todo lo alto, como el 20? aniversario de la entrada en la OTAN de la Rep¨²blica Checa, Polonia, Eslovaquia y Hungr¨ªa. El diario junge Welt recuerda la pol¨¦mica que acompa?¨® entonces la expansi¨®n oriental de la OTAN, contra la que advirtieron incluso el presidente de la Federaci¨®n Rusa, Bor¨ªs Yeltsin, para quien la medida corr¨ªa el riesgo de desencadenar ¡°un sentimiento de aislamiento de la sociedad rusa¡±, o su ministro de Defensa, Pavel Grachev, quien dijo en 1995 que la ampliaci¨®n de la OTAN podr¨ªa empujar a Rusia a formar un bloque propio con otros pa¨ªses de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y, quiz¨¢, con China. De aquellos barros, estos lodos.
Hoy, las capitales europeas ya no miran solamente a Washington o Mosc¨², sino tambi¨¦n a Pek¨ªn. La que m¨¢s, Roma, que esta semana firm¨® un controvertido memorando de entendimiento con China, sobre el que ha habido, en palabras del ministro de Economia, Giovanni Tria, recogidas por la agencia ANSA, ¡°una gran confusi¨®n¡±, cre¨¢ndose ¡°una tormenta en un vaso de agua¡±. ¡°?La Ruta de la Seda con China? No tenemos prejuicios, pero s¨ª mucha prudencia¡±, afirm¨® el ministro del Interior, Matteo Salvini. Los intentos del Gobierno italiano por matizar la situaci¨®n no han servido de mucho en Bruselas. El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani ¨Cque esta semana se descolg¨® con unas afirmaciones sobre Mussolini (¡°hizo cosas positivas [¡] si tenemos que ser honestos, construy¨® calles, puentes, edificios, instalaciones deportivas¡±)¨C advirti¨® que Europa no puede estar ¡°bajo el control de la industria e incluso de la inteligencia china¡±. ¡°Debemos defender nuestra libertad, no podemos convertirnos en s¨²bditos¡±, agreg¨® Tajani.
El exembajador italiano en Pek¨ªn, Alberto Bradani, cree que detr¨¢s de la respuesta de Bruselas se esconden intereses de determinados pa¨ªses. ¡°Los pa¨ªses de Europa septentrional, Alemania y sus sat¨¦lites en particular, que hoy se oponen a la firma [del memorando], quiz¨¢ porque tengan que prestar este servicio por presiones estadounidenses, hacen negocios con China en todos los campos y de todos los modos posibles, con y sin el paraguas del proyecto de la Nueva Ruta de la Seda¡±, protest¨® Bradanini en el South China Morning Post. El exembajador italiano considera el inter¨¦s en el proyecto chino ¡°l¨®gico y normal¡±. ¡°Europa ya no es un activo para Italia, sino una carga, un factor de da?o estructural a su econom¨ªa y el bienestar de sus ciudadanos¡±, sentenci¨®. Ahora Malta podr¨ªa seguir el camino de Italia. En una entrevista a la televisi¨®n estadounidense CNBC el ministro de Finanzas malt¨¦s, Edward Scicluna, llam¨® a sacudirse de encima ¡°ciertos prejuicios¡± y a no tomar determinadas decisiones ¡°porque alguien te presiona¡±. ¡°Somos soberanos, tenemos nuestros propios intereses y deber¨ªamos tenerlos en cuenta¡±, aclar¨® Scicluna. Parece que, como en aquella canci¨®n de Bob Dylan que version¨® Rage Against The Machine, algunos se est¨¢n cansando de trabajar en la granja de Maggie fregando los suelos a cambio de un penique mientras te preguntan con una sonrisa si te lo est¨¢s pasando bien y te sancionan si cierras mal la puerta. Pero qui¨¦n sabe, igual Macron se marca otro manifiesto y lo arregla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Hero¨ªna
- Nueva Ruta de la Seda China
- CDU
- Emmanuel Macron
- Pol¨ªtica comercial
- Donald Trump
- Drogas
- Rutas transporte
- China
- Comercio exterior
- Epidemia
- Asia oriental
- Asia
- Uni¨®n Europea
- Enfermedades
- Partidos pol¨ªticos
- Organizaciones internacionales
- Europa
- Comercio
- Medicina
- Transporte
- Problemas sociales
- Relaciones exteriores
- Salud
- Sociedad
- Revista de Prensa CTXT