La nueva era, ?la vieja desventura?
Macron a¨²n tiene que convencer a Merkel para su prometida refundaci¨®n de la UE
El estilo no es m¨¢s que la convicci¨®n absoluta de tener un estilo. ?Lo tiene Emmanuel Macron? En un momento de colapso de la confianza en las ¨¦lites pol¨ªticas y financieras, con populismos de toda ¨ªndole asomando los cuernos, Macron supo ganarse a los franceses a pesar de ser la quintaesencia de las ¨¦lites pol¨ªticas (fue ministro del muy olvidable Fran?ois Hollande) y financieras (se hizo millonario en la banca Rothschild, fundada por el autor de aquel inolvidable ¡°compra cuando la sangre corra por las calles¡±). En una era de desenga?o con la globalizaci¨®n y con el proyecto europeo, ha sabido nadar a contracorriente con un mensaje a favor del libre mercado ¡ªque de vez en cuando, oh, paradoja, salpimenta con propuestas proteccionistas¡ª y un discurso rabiosamente proeuropeo. Y en pleno declive del eje francoalem¨¢n por incomparecencia francesa, el joven inquilino del El¨ªseo ha pronunciado un discurso kennediano sobre la refundaci¨®n de la UE solo 48 horas despu¨¦s de las elecciones alemanas, que dejan serias dudas sobre la agenda europea de la canciller Merkel.
Macron tiene un aura rom¨¢ntica. Y ambici¨®n, y car¨¢cter. Y pulmones: este martes habl¨® por los codos, durante m¨¢s de 100 minutos. Aunque tambi¨¦n presenta zonas m¨¢s turbias: antes de llegar a la presidencia gast¨® decenas de miles de euros en cenas privadas en su ¨¢tico con vistas al Sena para regar con Borgo?a de 100 euros la botella una de las carreras pol¨ªticas m¨¢s fulgurantes de los ¨²ltimos tiempos. Ya en el El¨ªseo, en sus primeros 90 d¨ªas pag¨® 26.000 euros en maquillaje (la tentaci¨®n de la met¨¢fora, aqu¨ª, es colosal). Con o sin afeites, Macron, en fin, tiene estilo: pero en el mar de los sargazos de la pol¨ªtica europea hace falta algo m¨¢s que estilo.
En una Europa cada vez m¨¢s cargada de euroescepticismo ciudadano y en medio de un extra?o repliegue hacia lo nacional, Macron se atreve con un discurso seminal para enderezar las patas cojas de la UE, que son muchas, y protegerla contra las amenazas exteriores y las derivas populistas en el interior. Presenta un interminable paquete de reformas sobre defensa, migraci¨®n, uni¨®n fiscal, medioambiente y hasta para la maltrecha zona euro. Y anuncia, en ese tono tan rematadamente franc¨¦s, la ¡°refundaci¨®n de Europa¡±. ?Alguien se acuerda de que all¨¢ por 2008 otro presidente franc¨¦s pertrechado con un estilo inconfundible, Nicolas Sarkozy, apel¨® a la ¡°refundaci¨®n del capitalismo¡±? Las nuevas eras suelen acabar en viejas desventuras, dice S¨¢nchez Ferlosio: casi 10 a?os despu¨¦s, los problemas que nos llevaron a la Gran Recesi¨®n persisten; incluso se han intensificado. Macron debe demostrar que es capaz de hacer en casa las reformas que prometi¨®, y sobre todo que es capaz de convencer a Merkel de la necesidad de activar esa bater¨ªa de medidas que propone. Adem¨¢s de estilo, dicen que el presidente de Francia tiene mucha suerte. La va a necesitar con la canciller: si le falla, su refundaci¨®n y su carrera, y hasta los divinos ropajes de Europa, podr¨ªan quedar en manos de una tal Marine Le Pen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.