Putin impulsa la integraci¨®n de Crimea cinco a?os despu¨¦s de su anexi¨®n
El presidente ruso agota los r¨¦ditos de popularidad logrados con la adhesi¨®n de la pen¨ªnsula ucrania. All¨ª siguen las denuncias de violaciones de derechos humanos
Cinco a?os despu¨¦s de que Rusia se anexionara la pen¨ªnsula ucrania de Crimea, al presidente Vlad¨ªmir Putin se le est¨¢n acabando los r¨¦ditos de lo que muchos rusos definen como ¡°la vuelta a casa¡± de estos territorios. La adhesi¨®n, condenada internacionalmente y firmada tras un refer¨¦ndum considerado ilegal, ha desencadenado una cadena de sanciones contra Rusia, que no dud¨® en responder. Un lustro despu¨¦s de la anexi¨®n, Putin est¨¢ completando su objetivo de conectar totalmente la pen¨ªnsula con el continente ruso, reforzando el suministro energ¨¦tico y el transporte. Mientras, en Crimea, las organizaciones internacionales denuncian detenciones arbitrarias y ataques a los derechos humanos.
El 18 de marzo de 2014, el quiosco de Irina Valiulina, en Tam¨¢n, una peque?a localidad rusa en una de las bah¨ªas del estrecho de Kerch, se qued¨® sin banderas de Rusia. El fervor patri¨®tico desencadenado por la firma del decreto de anexi¨®n por el presidente Putin sac¨® a mucha gente del pueblo (donde viven unos 10.000 habitantes) a la calle para celebrar lo que, en terminolog¨ªa del Kremlin, se promociona como el ¡°regreso¡±. Hoy, Valiulina tiene banderas de sobra.
Los rusos, como esta risue?a vendedora de 53 a?os, siguen apoyando mayoritariamente la adhesi¨®n. Tambi¨¦n en Crimea las cifras son buenas: un 72% de los crimeos (un 62% de los menores de 24 a?os) cree que ha tenido un efecto positivo, aunque esas cifras provienen del Centro Ruso de Investigaci¨®n de la Opini¨®n Popular (estatal). Pero cada vez son menos los rusos que creen que esta ha logrado m¨¢s beneficios que da?o: un 39% seg¨²n una encuesta de Public Opinion Foundation, con sede en Mosc¨², publicada el viernes, frente al 67% de finales de 2014. Y al mismo ritmo, apunta Andrei Kolesnikov, del Centro Carnegie de Mosc¨², ¡°la popularidad de Putin, que en la ¨²ltima d¨¦cada ha estado vinculada a campa?as militares y a excitaci¨®n patri¨®tica¡± tambi¨¦n est¨¢ mermando. Las impopulares reformas, como el aumento de la edad de jubilaci¨®n as¨ª como la crisis econ¨®mica que vive Rusia, ya no se curan con discursos patri¨®ticos ni beligerantes.
La aprobaci¨®n del presidente ruso, que ha mostrado un apetito voraz por ganar territorios para alimentar su idea del ¡°resurgimiento de Rusia¡±, alcanz¨® un 86% tras la anexi¨®n de la pen¨ªnsula de Crimea; solo un par de meses antes estaba en un 65%, seg¨²n datos del Centro Levada (independiente). Y explotar ese discurso sobre un Occidente hostil y rus¨®fobo le llev¨® a ganar con un 76% las elecciones hace justo un a?o. Algo similar ocurri¨® con la breve guerra con Georgia en 2008, cuando Putin alcanz¨® un 88% de aprobaci¨®n y Rusia se hizo con Osetia del Sur y Abjasia en un gesto que, para John Lough, del think tank Chathan House, y otros analistas, marc¨® la pol¨ªtica exterior que se consolidar¨ªa con la anexi¨®n de Crimea.
El Kremlin, al margen de toda condena internacional, sigue impulsando sus proyectos para acelerar la integraci¨®n de la pen¨ªnsula. Ha invertido en un nuevo aeropuerto, en algunos proyectos de turismo en el sector vitivin¨ªcola y en reforzar la presencia militar. Y hace diez meses, a lomos de un cami¨®n de fabricaci¨®n rusa, el presidente ruso inaugur¨® el puente de Crimea, una pasarela de 19 kil¨®metros sobre el estrecho de Kerch, que para muchos simboliza su af¨¢n expansionista. En los primeros seis meses tras su apertura, ya lo han atravesado unos tres millones de veh¨ªculos, seg¨²n las autoridades. La pasarela, construida por la empresa del oligarca y compa?ero de yudo de Putin Arkadi Rotenberg y que ha costado por ahora unos 4.000 millones de d¨®lares, se completar¨¢ a finales de este a?o con una l¨ªnea f¨¦rrea.
Y ese enlace por tren, que tendr¨¢ un coste adicional de unos 1.700 millones de d¨®lares, supondr¨¢ un paso m¨¢s en la conexi¨®n total con Crimea, como apunt¨® el l¨ªder ruso hace unas semanas en su discurso anual sobre el estado de la naci¨®n. Hoy, cuando se cumple justo un lustro desde que firm¨® el decreto de anexi¨®n, est¨¢ previsto que Putin visite la pen¨ªnsula e inaugure una de las dos nuevas centrales t¨¦rmicas, como culminaci¨®n de una serie de eventos en distintas zonas de Rusia y en la pen¨ªnsula, que se han llamado ¡°la primavera de Crimea¡±. Todo con eventos tan vistosos como el despliegue de una gigantesca bandera rusa en Crimea por parte de los Lobos de la Noche, los motociclistas rusos ultranacionalistas y fervientes admiradores de Putin y de Stalin.
Mientras se suceden los festejos, en las localidades cercanas al puente, con carreteras parcheadas y carencia de infraestructuras, los obreros descansan poco. Se afanan por llegar a tiempo a los plazos previstos para erigir nuevas estaciones de tren.
La vendedora Valiulina, que no deja solo ni un d¨ªa su quiosco de Tam¨¢n, no ha cruzado por la kilom¨¦trica pasarela. Est¨¢ muy conforme con la anexi¨®n, pero tambi¨¦n reconoce que esperaba que derivase en un mayor desarrollo. Tanto para Crimea como para su pueblo, el ¨²ltimo antes del puente. ¡°Cre¨ªa que iban a llegar m¨¢s turistas y que habr¨ªa m¨¢s inversi¨®n", se?ala. Su hijo Alexander s¨ª suele cruzarlo una vez al mes. Cuando estuvo abierto al p¨²blico se apresur¨® a coger el coche con un par de amigos y atravesarlo. Fue m¨¢s bien una cosa simb¨®lica, asegura.?
A solo unos kil¨®metros de Tam¨¢n, un mirador vigilado por dos militares y coronado con un lanzacohetes de la Segunda Guerra Mundial transformado en monumento, muestra el progreso de la construcci¨®n. Un enorme cartel publicita que cuando termine todo el proyecto pasar¨¢n 29 pares de trenes al d¨ªa (15 de pasajeros, diez de carga y cuatro de enlace).
Hace cinco a?os, hubo pocas bajas entre la poblaci¨®n civil crimea, pese a la participaci¨®n del misterioso ej¨¦rcito de hombrecillos verdes, sin banderas ni galones ¡ªque bastante despu¨¦s Rusia confirm¨® como miembros de sus fuerzas especiales¡ª que permiti¨® y apoy¨® la s¨²bita organizaci¨®n del refer¨¦ndum de anexi¨®n a Rusia ¡ªque obtuvo un 95% de s¨ªes¡ª. Sin embargo, esa operaci¨®n, que se produc¨ªa poco despu¨¦s de que los ucranios derrocasen en Kiev a Viktor Yanukovich, aliado de Rusia, fue el preludio de un conflicto en el Este de Ucrania, donde el Kremlin apoya a los rebeldes separatistas prorrusos, que ha causado ya entre 10.000 y 13.000 muertos y 1,5 millones de desplazados.
Desde la anexi¨®n, se desconectaron en Crimea todos los canales de televisi¨®n ucrania y se prohibieron canales y medios de comunicaci¨®n, como el de los t¨¢rtaros. Adem¨¢s, organizaciones internacionales y la ONU han alertado de constantes vulneraciones de los derechos humanos, como redadas, allanamientos purgas de los servicios p¨²blicos o detenciones irregulares. Sobre todo hacia la comunidad t¨¢rtara, denuncia la Comisionada para los Derechos Humanos de Ucrania, Liudmila Denisova, que afirma que al menos 34 ciudadanos ucranios est¨¢n detenidos ilegalmente en c¨¢rceles de Crimea y otros 35 en Rusia.
Este domingo, la alta representante de Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n de la UE, Federica Mogherini, tambi¨¦n habl¨® de vulneraciones de derechos y afirm¨® que se ha producido un "deterioro significativo" en la situaci¨®n en la pen¨ªnsula de Crimea desde la anexi¨®n. "Los residentes en la pen¨ªnsula afrontan restricciones sist¨¦micas a sus libertad fundamentales: expresi¨®n, religi¨®n o creencia, asociaci¨®n y manifestaci¨®n pac¨ªfica", dijo la jefa de la diplomacia europea en un comunicado.
La maquinaria de propaganda rusa ¡®adopta¡¯ un gato
El Puente de Crimea tiene su propia moneda conmemorativa ¡ªde cinco rublos¡ª. Tambi¨¦n su propia mascota. Se llama Mostik y es un gato mofletudo, blanco y con rodales de color jengibre, adoptado por los trabajadores de la gran obra. Si la pasarela sobre el estrecho de Kerch es el s¨ªmbolo del expansionismo de Putin y su af¨¢n de recuperar lo perdido con la desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Mostik (que en ruso significa peque?o puente) busca ser el componente vivo y sentimental de la anexi¨®n.
La televisi¨®n p¨²blica ha hecho reportajes del famoso gato, ataviado con un peque?o casco naranja y un chaleco fluorescente; se le han dedicado canciones y tiene hasta su propio merchandising. Cuando Putin inaugur¨® el puente en mayo, Mostik lo hizo cuatro camiones detr¨¢s del l¨ªder ruso, tambi¨¦n sobre un Kamaz. El felino es tambi¨¦n parte de la propaganda del Kremlin, seg¨²n una investigaci¨®n del medio ruso Proekt, que desvel¨® que quien promueve su imagen en redes ¡ªtiene miles de seguidores en Instagram, por ejemplo¡ª es la hija de un alto cargo del equipo de Putin.
Mostik ha cruzado el puente de Crimea. Pero el llamado ¡®tren de los trofeos de la guerra Siria¡¯, otra de las iniciativas propagand¨ªsticas del Gobierno ruso, no lo ha logrado. El convoy ferroviario itinerante, que exhibe blindados y armas ligeras supuestamente incautados a los terroristas en la contienda siria, en la que Rusia ha apoyado al r¨¦gimen de Bachar el Assad, tiene un plan de ruta para recorrer todo el pa¨ªs. Y en este, seg¨²n el ideario del Kremlin, Crimea no pod¨ªa faltar. Sin embargo, las v¨ªas no est¨¢n acabadas y ha tenido que llegar a la pen¨ªnsula en ferri.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.