Un candidato contra la vieja pol¨ªtica en Tailandia
El joven millonario y su nuevo partido son los preferidos entre los siete millones de nuevos votantes para los comicios del domingo
¡°?Thanathorn, por supuesto!¡± Yueyi, una maestra rural de 27 a?os, tiene claro qui¨¦n es su candidato favorito en las elecciones de Tailandia de este domingo, las primeras desde el golpe de Estado de 2014 y la implantaci¨®n de una Junta Militar. Tanto que, por si surg¨ªa alg¨²n imprevisto de ¨²ltima hora, fue a las urnas ya el domingo pasado en la convocatoria anticipada, cuenta cerca de la escuela donde da clases, en el distrito de Khok Pho Chai, una planicie donde los sembrados de ca?a de az¨²car y de arroz se extienden hasta donde alcanza la vista. Como el resto del noreste tailand¨¦s, este distrito es un feudo tradicional del populista Pheu Thai del ex primer ministro Thaksin Shinawatra. Pero sus j¨®venes, como en el resto del pa¨ªs -o del mundo-, tienen ganas de romper con la pol¨ªtica de siempre.
Con un nombre de pila que suena a caballero del Se?or de los Anillos, y unos rasgos f¨ªsicos que le hacen parecerlo, el joven millonario Thanathorn Juangroongruangkit y su partido, Future Forward, es el favorito indiscutido entre los cerca de siete millones de j¨®venes que por primera vez acudir¨¢n a las urnas, una s¨¦ptima parte de los 50 millones convocados a estas elecciones y cuya opini¨®n puede resultar crucial. ¡°Tailandia no hab¨ªa tenido nunca hasta ahora un partido como este, joven y una corriente de aire fresco¡±, apunta desde Bangkok Thitinan Pongsudhirak, catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Chulalongkorn.
Desencantados por el estancamiento y el repetido ciclo pol¨ªtico que ha dominado Tailandia en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas -alternancia entre las victorias electorales del Pheu Thai y sus deposiciones por la v¨ªa judicial o militar-, los j¨®venes, y quienes comparten su hartazgo, se han volcado en este empresario de 40 a?os, magnate de los componentes de autom¨®viles a quien algunos analistas han comparado, por su juventud y su mensaje, con el primer ministro canadiense Justin Trudeau o el presidente franc¨¦s Emmanuel Macron. Aunque sus llamamientos al cambio, la esperanza que despierta o incluso su h¨¢bil uso de las redes sociales recuerdan al Barack Obama del ¡°Yes, We Can¡±.
¡°Es muy carism¨¢tico¡±, admite la candidata del Pheu Thai por Khok Pho Chai, Saratsanun Unnoporn. ¡°Ha sabido transmitir entusiasmo a la gente. A cada uno le dice lo que quiere o¨ªr¡±.
A algunos les seduce su ¨¦xito en los negocios, aunque la empresa que ha dirigido hasta entrar en pol¨ªtica le venga de familia, fundada por su padre, y su t¨ªo sea un c¨¦lebre pol¨ªtico vinculado a Thaksin; ¨¦l mismo vot¨® al Pheu Thai en comicios anteriores. A otros, su inter¨¦s en acabar con el poder de los militares. Hay tambi¨¦n a quienes atrae su estilo desenfadado, con eternas camisas blancas y pantalones caqui, y su manera directa de hablar. O el optimismo que transmite este padre de cuatro hijos.
¡°Es muy guapo y muy inteligente. Ha tenido mucho ¨¦xito en los negocios, sabr¨¢ c¨®mo tenerlo en la pol¨ªtica¡±, alega Yueyi. A 75 kil¨®metros, en la ciudad de Khon Kaen, el peque?o empresario Joe Tanpanit, de 44 a?os, lo compara con el pol¨ªtico m¨¢s popular en la regi¨®n: ¡°es como Thaksin. Pero sin la corrupci¨®n¡±, uno de los grandes problemas que ha anquilosado la vida pol¨ªtica tailandesa.
El general, la exministra y el hincha de f¨²tbol
Prayuth Chan-ocha, el general que aspira a repetir al frente del Gobierno tailand¨¦s como candidato del partido conservador Palang Pracharat, no es un hombre carism¨¢tico. Pero en estas elecciones, y quiz¨¢ arrastrado tambi¨¦n por el 'efecto Thanathorn', ha intentado parecerlo. Sus iniciativas de campa?a incluyen una serie de fotograf¨ªas oficiales que muestran su lado m¨¢s humano, sin su adorado uniforme militar, sonriendo y en poses estudiosamente relajadas. Entre sus actividades, visitas al parque para saludar a practicantes de yoga o declaraciones acerca de que cada uno de los 70 millones de tailandeses son sus hijos.
No parece que sus esfuerzos le hayan ganado muchas simpat¨ªas fuera de su base conservadora. Sus intentos de presentarse como padre de la naci¨®n generaron un torrente de pullas en internet. Y pese a la ventaja con la que parte para convertirse en primer ministro -toda la C¨¢mara Alta est¨¢ nombrada a dedo por la Junta-, su victoria no est¨¢ ni mucho menos cantada. ¡°No tenemos ni idea de qu¨¦ ocurrir¨¢ a finales de esta semana¡± cuando se celebren los comicios, apunta el historiador Baker.
La principal adversaria de Prayuth es Sudarat Keyuraphan, la l¨ªder de Pheu Thai y antigua ministra de Sanidad y de Agricultura en el Gobierno de Thaksin. De 57 a?os, tras la ca¨ªda de aquel Ejecutivo en 2006 tuvo prohibido participar en pol¨ªtica durante cinco a?os. En esta campa?a, y pese a las simpat¨ªas que despierta su partido entre las clases trabajadoras y campesinas, ella ¡ªmuy alejada del carisma de Thaksin o la hermana de ¨¦ste, la tambi¨¦n ex primera ministra Yingluck Shinawatra¡ª no ha conseguido imprimir una marca personal.
En las quinielas se baraja tambi¨¦n el nombre de Abhisit Vejjajiva, el candidato del Partido Dem¨®crata, el m¨¢s antiguo de Tailandia. Este entusiasta del f¨²tbol ingl¨¦s y del Newcastle United, educado en Oxford, es popular en el sur. Sin pronunciarse tajantemente a favor o en contra de la Junta Militar, ha asegurado que su partido aspira a convertirse en el ¡°n¨²cleo del pr¨®ximo Gobierno¡± y no apoyar¨¢ a Prayuth como primer ministro.
Su programa es, para los est¨¢ndares que han dominado la democracia tailandesa en los ¨²ltimos a?os, rompedor. ¡°Su agenda progresista de adelgazamiento de los presupuestos y del n¨²mero de efectivos de los militares, eliminaci¨®n del servicio militar obligatorio, descentralizaci¨®n del poder y remodelaci¨®n del sistema tributario suena radical para lo que acostumbran los tailandeses¡±, explica el catedr¨¢tico de ciencia pol¨ªtica de la Universidad Chulalongkorn de Bangkok Titinan Pongsundirak.
En particular, su propuesta de eliminar el servicio militar y recortar los privilegios castrenses resuena entre un electorado que ve a la Junta y sus herederos con escepticismo. Hasta hace un a?o esa propuesta hubiera sido un completo tab¨², pero Future Forward la ha normalizado. ¡°El debate sobre qu¨¦ hacer con los militares, antes casi una blasfemia, se ha convertido en algo importante¡± en la campa?a, explica el historiador Chris Baker.
El 'efecto Thanathorn', de rechazo a los candidatos y los partidos de siempre, ha hecho que incluso las formaciones pol¨ªticas m¨¢s acrisoladas hayan rebuscado entre sus juventudes para presentar caras nuevas. En Khok Pho Chai, la propia Saratsanun, de 30 a?os, es un ejemplo. El esca?o que busca esta joven pol¨ªtica hab¨ªa estado ocupado hasta ahora por su madre, que la acompa?a en los m¨ªtines. ¡°La gente est¨¢ cansada de ver siempre a los mismos¡±, reconoce.
Pese a su tir¨®n, sus posibilidades de imponerse son escasas. No solo cualquier candidato de la oposici¨®n tiene muy complicado llegar a primer ministro, dada la supermayor¨ªa ¡ªel 75% de los 500 esca?os de la c¨¢mara baja¡ª que requiere el nuevo sistema dise?ado por la Junta Militar. Ni siquiera es muy probable, salvo sorpresa, que Future Forward sea el partido m¨¢s votado entre la oposici¨®n a la Junta y sus herederos.
Como nuevo partido, no disfruta de las redes clientelares o de la implantaci¨®n de las que s¨ª gozan el Pheu Thai o el Palang Pracharat, la formaci¨®n que presenta como candidato al actual primer ministro y jefe de la Junta, el general Prayuth Chan-ocha. ¡°No cuenta con gente que vaya llamando de puerta en puerta para recabar votos, ni redes de contactos¡±, apunta el catedr¨¢tico Pongsudhirak.
Y el apoyo entusiasta que recibe entre los hijos se convierte en escepticismo entre los padres: ¡°Cuando le dije a mi madre a qui¨¦n hab¨ªa votado, se ech¨® las manos a la cabeza. No porque le parezca que las ideas de Thanathorn son malas. Es que dice que es demasiado joven¡±, se r¨ªe Yueyi.
Pongsudhirak le adjudica entre veinte y treinta esca?os. Un buen resultado para un partido primerizo. Y un n¨²mero de diputados que, si el recuento acaba siendo tan ajustado como se espera, pueden resultar vitales para una coalici¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.