El Ej¨¦rcito y la monarqu¨ªa detienen la transici¨®n democr¨¢tica en Tailandia
Cuatro a?os despu¨¦s del golpe, el nuevo rey consolida su poder y el pa¨ªs sigue sin fecha electoral
El par¨¦ntesis en Tailandia se eterniza. Despu¨¦s de un breve periodo de uni¨®n nacional provocado por el sorprendente rescate de los trece ni?os atrapados en?la cueva de Tham Luang, en el norte del pa¨ªs, la divisoria realidad ha vuelto a entrar en escena. Los militares que tomaron el poder hace cuatro a?os contin¨²an retrasando la fecha de elecciones, mientras el rey Maha Vajiralongkorn, que hered¨® la corona tras la muerte de su influyente padre, el monarca Bhumibol Adulyadej, en octubre de 2016, da pasos m¨¢s dirigidos a consolidar su poder que a favorecer la transici¨®n democr¨¢tica.
¡°El final es incierto. Es verdad que el Ej¨¦rcito ha prometido que habr¨¢ elecciones, que ahora ser¨¢n seguramente en mayo de 2019, pero la Junta Militar las ha pospuesto ya cuatro veces. As¨ª que no hay garant¨ªa de que salgan adelante¡±, asegura Pavin Chachavalpongpun, acad¨¦mico tailand¨¦s de la Universidad de Tokio. Seg¨²n la ¨²ltima hoja de ruta del Gobierno del general Prayuth Chan-ocha, los comicios podr¨ªan celebrarse entre febrero y mayo del pr¨®ximo a?o.
Prayuth, de 64 a?os, encabez¨® la asonada el 22 de mayo de 2014, despu¨¦s de seis meses de protestas callejeras contra el Gobierno democr¨¢tico de la ex primera ministra Yingluck Shinawatra. Tailandia tiene una llamativa tradici¨®n golpista: el de Prayuth fue el duod¨¦cimo pronunciamiento militar desde el establecimiento de la monarqu¨ªa constitucional en 1932. El hermano de Yingluck, Thaksin Shinawatra, tambi¨¦n fue depuesto en 2006 por los militares tras gobernar durante cinco a?os. El pa¨ªs est¨¢ profundamente dividido entre la Tailandia rural, partidaria del Pheu Thai de los Shinawatra ¡ªlos ¡°camisas rojas¡±¡ª y los urbanitas o ¡°camisas amarillas¡±, respaldados por el Ej¨¦rcito y la Casa Real. Tanto Thaksin como Yingluck huyeron de Tailandia para evitar las condenas de c¨¢rcel que pesan en su contra por corrupci¨®n y abuso de poder, en el caso del primero, y negligencia por un plan de subsidios al arroz en el de la segunda.
Llegado al poder apenas cuatro meses antes de su jubilaci¨®n, Prayuth se present¨® como salvador de la naci¨®n, sumida en unas protestas que hab¨ªan dejado una treintena de muertos y centenares de heridos. El militar dio su palabra de que dar¨ªa paso a elecciones en un a?o. Pero sus promesas cayeron en saco roto. ¡°La preferencia del Gobierno actual es continuar en el poder sin elecciones, y solo convocarlas cuando sean necesarias debido a la infranqueable presi¨®n dom¨¦stica y externa¡±, subraya Thitinan Pongsudhirak, director del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Bangkok.
Por la parte dom¨¦stica, esa presi¨®n ya se sinti¨® en mayo. Con motivo del cuarto aniversario del golpe, centenares de manifestantes salieron a las calles de Bangkok para reclamar elecciones, desafiando la represi¨®n de la Junta. Un mes despu¨¦s, Prayuth tuvo un gesto con el electorado: su Ejecutivo emiti¨® una propuesta para celebrar elecciones que tiene que ser firmada por el rey como m¨¢ximo en septiembre. La normativa entrar¨ªa en vigor tres meses despu¨¦s de la r¨²brica, y desde entonces se estipula un plazo de 150 d¨ªas para que se celebren los comicios, pudiendo aplazarse hasta mayo la cita electoral.
La pelota parece estar oficialmente ahora en el tejado palaciego. Pero el rey, que modific¨® la Constituci¨®n para que le permitiera vivir en Alemania, ha dado pocas se?ales de querer acelerar el proceso democr¨¢tico. ¡°Ha estado demasiado ocupado consolidando su poder. De hecho, ha estrechado lazos con el Ej¨¦rcito para asegurarse el disfrute de prerrogativas¡±, afirma Pavin, refugiado en Tokio tras haber sido acusado de un delito de lesa majestad en 2014. El docente afirma que el monarca, que reina como Rama X, ¡°utiliza el miedo y t¨¢cticas intimidatorias contra sus enemigos¡±. Pavin le ha acusado en el pasado de haberse valido de la draconiana ley de lesa majestad tailandesa contra exasesores o incluso su exmujer, la princesa Srirasmi, a quien dice que mantiene bajo arresto domiciliario.
Desde el pasado junio, el rey Rama X ha pasado a controlar la Oficina de Propiedades Reales, el brazo financiero de la monarqu¨ªa tailandesa ¡ªcon activos valorados en decenas de miles de millones de d¨®lares¡ª, durante d¨¦cadas gestionado de forma independiente. El traspaso fue visto como una prueba concluyente del af¨¢n del nuevo rey por consolidarse. El monarca no disfruta de la misma consideraci¨®n de semidi¨®s que rode¨® a la figura de su padre; muy al contrario, como pr¨ªncipe su vida siempre fue objeto de controversia. Casado tres veces y padre de siete hijos, est¨¢ a¨²n lejos de ser visto como el s¨ªmbolo de unidad que fue el rey Bhumibol. Casi un a?o despu¨¦s de los fastos funerarios de su padre, su ceremonia de coronaci¨®n ¡ªque en principio deber¨ªa ocurrir antes de los comicios¡ª sigue sin celebrarse.
Ni el Ej¨¦rcito ni la Casa Real parecen pues tener un inter¨¦s especial en que las elecciones se celebren pronto. ¡°Ambas partes necesitan asegurar que pueden controlar la situaci¨®n pol¨ªtica antes de llamar a las urnas¡±, subraya Pavin. La Junta Militar ha hecho lo posible para que as¨ª sea; una ley aprobada en 2016 impide que la C¨¢mara Baja sea dominada por un partido mayoritario como el Pheu Thai, y los militares se han asegurado el control del Senado. El Ejecutivo de Prayuth ha consentido en los ¨²ltimos meses la fundaci¨®n de nuevas agrupaciones pol¨ªticas, pero algunas apoyan manifiestamente al militar.
Un sombr¨ªo panorama que Brad Adams, director para Asia de Human Rights Watch, cree que requiere de la presi¨®n de la comunidad internacional. ¡°Los grupos de activistas tailandeses que piden elecciones est¨¢n llamados a ser detenidos y procesados, as¨ª que las peticiones de reforma democr¨¢tica deben venir desde fuera¡±. La organizaci¨®n denuncia el deterioro de la situaci¨®n de derechos humanos en el pa¨ªs, con al menos 1.800 civiles procesados en cortes militares.
Pero sin que Estados Unidos, aliado tradicional de Tailandia, haya mostrado especial inter¨¦s por defender los valores democr¨¢ticos en el sudeste asi¨¢tico ¡ªel presidente Donald Trump recibi¨® a Prayuth en la Casa Blanca el a?o pasado¡ª, el pa¨ªs parece poco expuesto a presiones externas. ¡°Si Tailandia no puede encontrar un nuevo equilibrio, caer¨¢ presa del autoritarismo de China¡±, advierte Thitinan. China es ya el principal socio comercial de Tailandia, por delante de EE UU.
¡°Lo m¨¢s probable ¡ªa?ade el acad¨¦mico¡ª es que las tensiones aumenten mientras el Gobierno militar contin¨²e debilitando a los partidos pol¨ªticos. Est¨¢ en juego si Tailandia halla la f¨®rmula para ser un reino y una democracia¡±.
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