La suerte est¨¢ echada para Trump: Mueller termina la investigaci¨®n de la trama rusa
El informe, del que a¨²n no se conocen las conclusiones, aborda la posible colusi¨®n entre Donald Trump y el Kremlin en las elecciones presidenciales de 2016
El fiscal especial Robert S. Mueller entreg¨® este viernes al Departamento de Justicia su esperado informe sobre la trama rusa, poniendo punto final a una investigaci¨®n de casi dos a?os sobre algo tan explosivo como la posible conspiraci¨®n entre Donald Trump y el Kremlin durante las elecciones presidenciales de 2016. La confirmaci¨®n de que el documento ya estaba en poder de la Administraci¨®n lleg¨® sobre las cinco de la tarde (hora local, diez de la noche en la Espa?a peninsular) sin m¨¢s detalles, si bien un funcionario del Departamento de Justicia adelant¨® que Mueller no recomienda la presentaci¨®n de nuevos cargos, lo que no despeja las dudas sobre Trump, ya que como presidente en ejercicio, seg¨²n la doctrinca de la justicia estadounidense, es improcesable.
Las pesquisas de Mueller trataban de esclarecer, por un lado, si Trump o su c¨ªrculo hab¨ªa colaborado con Mosc¨² en la injerencia electoral rusa con el objetivo de favorecer la victoria del republicano sobre Hillary Clinton; y por otro, si el mandatario hab¨ªa incurrido en un posible delito de obstrucci¨®n a la justicia mintiendo o torpedeando la investigaci¨®n (por ejemplo, con el despido del director del FBI, James Comey). Esta fue, por ejemplo, la infracci¨®n que supuso en el? pasado el proceso de impeachment de Bill Clinton en 1998 y de Richard Nixon en 1974 (este ¨²ltimo dimiti¨® antes). Esta vez, fruto de la investigaci¨®n de Mueller, levantando las alfombras, salieron a la luz otras presuntas irregularidades, como el presunto delito de financiaci¨®n ilegal de campa?a por parte de Trump por el pago a dos mujeres para silenciar supuestos romances.
El final del proceso se conoci¨® en una jornada extra?a en Washington. Trump decidi¨® comenzar su fin de semana en Florida bien temprano. A eso de las 9.18 de la ma?ana ya estaba abandonando los jardines de la Casa Blanca para tomar el helic¨®ptero y luego el Air Force One camino de su mansi¨®n de Mar-a-Lago. Cuando los periodistas le preguntaron por el inminente informe Mueller, respondi¨® con desinter¨¦s. Luego, ya aterrizado en su casa vacacional, provoc¨® un titular llamativo al cancelar las sanciones que el Tesoro acaba de imponer a Corea del Norte. Mientras, su abogado Rudy Giuliani, conced¨ªa entrevistas en el Hotel Trump y, entre ellas, dec¨ªa a The Washington Post que esperar el informe era como "la llegada de un beb¨¦".
El beb¨¦ lleg¨® sobre las cinco de la tarde, pero se ignora a¨²n si es ni?o o ni?a.?No se sabe nada del informe, ni si tiene 800 p¨¢ginas o 20. Si ve delito o no en Trump, si ve irregularidades o no. La carta del fiscal general, William Barr, informando al Congreso, evita cualquier detalle, pero avanza que podr¨ªa conocerse mucho m¨¢s en breve. "El fiscal especial me ha presentado hoy un 'informe confidencial explicando las decisiones de acusaci¨®n o declinaci¨®n' que ha alcanzado, como establece la [la normativa] 28 C.F.R. 600.8. Recibo este informe y anticipo que puedo estar en posici¨®n de informarles de las principales conclusiones del fiscal especial este fin de semana", se?ala.
La decisi¨®n de hacer p¨²blico todo o parte del conocido como Informe Mueller depende del fiscal Barr, aunque el jueves de la semana pasada la C¨¢mara de Representantes vot¨® por una aplastante mayor¨ªa una resoluci¨®n que instaba a Barr a compartirlo. Es dif¨ªcil que un proceso que ha creado tanta expectaci¨®n y que ha abordado asuntos de tanta gravedad se cierre sin m¨¢s explicaci¨®n que la notificaci¨®n de si se ha hallado alg¨²n delito en el presidente. S¨ª confirm¨® un portavoz de Justicia en varios medios de comunicaci¨®n que Mueller no iba a recomendar la presentaci¨®n de nuevos cargos, m¨¢s all¨¢ de los que han ido goteando hasta ahora, lo que servir¨ªa de se?al de que no ha encontrado delito en el hijo mayor de Trump, Donald junior, ni en su yerno, Jared Kushner, pero no aclara la situaci¨®n de Trump, que como presidente en ejercicio es improcesable sin un proceso de destituci¨®n, seg¨²n la tradici¨®n de la justicia estadounidense. La posible implicaci¨®n de Trump junior y Kushner en la trama tiene que ver con su reuni¨®n en verano de 2016, meses de antes de las elecciones, con una abogada rusa, que se dec¨ªa cercana a Mosc¨², y que les hab¨ªa prometido "trapos sucios" sobre Hillary Clinton.
Hasta ahora, las investigaciones han dado lugar a m¨¢s de una treintena de acusaciones por diversos delitos -entre ellos, cinco individuos del c¨ªrculo del presidente- y ya varias condenas, aunque ninguno que apunte directamente al coraz¨®n de este proceso, que es la colusi¨®n con Rusia. Ese es el aspecto al que se ha agarrado Trump todo este tiempo para desprestigiar el caso. El republicano, que ha calificado sin cesar la investigaci¨®n de "caza de brujas" desde que comenz¨®, no ha dejado de insistir en que ninguna de las acusaciones revelaba conchabanza alguna con Mosc¨².
Sin embargo, si el fiscal Mueller ha hallado otro tipo de delitos en el presidente, como la citada obstrucci¨®n a la justicia, tambi¨¦n puede traerle problemas. De su gravedad depender¨ªa que los dem¨®cratas traten de iniciar un impeachment o destituci¨®n del mandatario, ¨²nica manera de procesarle, ya que los criterios del Departamento de Justicia establecen que los presidentes no pueden ser juzgado durante su mandato.
Todo esto se podr¨¢ saber, presumiblemente, en los pr¨®ximos d¨ªas. Durante casi dos a?os, las pesquisas se han desarrollado bajo total secreto y sin apenas filtraciones. Mueller, de 74 a?os, es un exdirector del FBI, adem¨¢s de veterano jurista respectado en Washington tanto por republicanos como por dem¨®cratas. A la presi¨®n de estos 22 meses ha respondido con un silencio sepulcral.
El caso acab¨® en sus manos con una carambola muy particular: el anterior fiscal general, Jeff Sessions, se recus¨® de la investigaci¨®n en marzo de 2017 porque trascendi¨® que hab¨ªa mantenido un encuentro con el embajador ruso en Washington del que no hab¨ªa informado al Senado. As¨ª, el responsable del caso pas¨® a ser el n¨²mero dos del departamento, Rod Rosenstein. En mayo, Trump decidi¨® despedir al director del FBI, James Comey, mientras este investigaba la trama, lo que disparaba las sospechas de interferencia. Entonces, Rosenstein decidi¨® entregar el caso a un fiscal independiente: Mueller.
Estos 22 meses han dado lugar a condenas como la de Paul Manafort, el ex jefe de campa?a de Trump, por fraude fiscal y bancario, adem¨¢s de por su trabajos no declarados como lobista para Ucrania. O la de su exabogado personal Michael Cohen, por fraude, mentir al Congreso y el pago a aquellas presuntas amantes de Trump. Pero la entrega de este informe no es el final, sino el principio. Con sus conclusiones, salvo que sean muy suaves con Trump, los dem¨®cratas pueden empezar una guerra de investigaciones en la C¨¢mara de Representantes, donde tienen la mayor¨ªa.
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