La bandera de la lucha anticorrupci¨®n da r¨¦ditos a Vizcarra en su primer a?o al frente de Per¨²
El presidente frena al fujimorismo, pero sus reformas no avanzan. Varios nuevos conflictos aparecen en el horizonte
El presidente peruano, Mart¨ªn Vizcarra, cumple 12 meses en el cargo que asumi¨®, aceleradamente, tras la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski?por sus tratos con la constructora Odebrecht y los ataques continuos del fujimorismo. "Lo destacable del primer a?o ha sido su capacidad de reacci¨®n pol¨ªtica, incluido el ¨²ltimo cambio de gabinete", apunta el polit¨®logo Jorge Arag¨®n, del Instituto de Estudios Peruanos. "Vizcarra", valora "ha hecho mucho m¨¢s pol¨ªtica que Kuczynski: para sobrevivir, pero tambi¨¦n para disputarle protagonismo e iniciativa al Congreso y a los fujimoristas". Y, sobre todo, ha hecho suya la bandera anticorrupci¨®n, capitalizando parte del hartazgo popular.
El primer a?o de Vizcarra se ha caracterizado, destaca la soci¨®loga Maritza Paredes, por ¡°tratar de responder a la ciudadan¨ªa en problemas que se volvieron muy visibles como la corrupci¨®n¡±. Sin embargo, se ha quedado en la ret¨®rica en otros temas: ¡°Ha tratado de relacionarse positiva y muy ret¨®ricamente con problemas notorios como el feminicidio y el problema de [la igualdad] de g¨¦nero, pero no hemos visto una voluntad pol¨ªtica de resolver otros problemas con los pueblos ind¨ªgenas". La historiadora del arte y ex directora del Museo de Arte de Lima, Natalia Majluf, opina que el presidente entendi¨® que la poblaci¨®n quer¨ªa un cambio ¡°y ha logrado liderar reformas cruciales. Demostr¨® que era posible cambiar la pol¨ªtica¡±.
El presidente tom¨® juramento el 23 de marzo en medio de los aplausos fujimoristas, que ostentaban la mayor¨ªa absoluta en el Congreso: hab¨ªan provocado la ca¨ªda de su predecesor. Se reuni¨® dos veces, en secreto, con Keiko Fujimori,?la lideresa opositora e hija del aut¨®crata Alberto Fujimori, citas reveladas en agosto en un intento de minar la imagen p¨²blica de Vizcarra. Pero la popularidad del mandatario hab¨ªa empezado a crecer con fuerza un mes antes. El jefe de Estado enarbol¨® sin ambages la bandera de la lucha anticorrupci¨®n, una demanda social creciente que hab¨ªa cristalizado desde principios de julio en forma de movilizaciones a lo largo y ancho del pa¨ªs, en paralelo al goteo de revelaciones sobre la infiltraci¨®n de la mafia de los Cuellos blancos del puerto en el sistema de justicia. Entre los entes infiltrados estaba el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), el encargado de nombrar y destituir a jueces y fiscales.
En respuesta a ese creciente cabreo en las calles, Vizcarra propuso un refer¨¦ndum para validar cuatro reformas constitucionales: el reemplazo del CNM por un colegiado cuyos miembros ser¨¢n elegidos en un concurso de m¨¦ritos, la anulaci¨®n de la reelecci¨®n de congresistas, la transparencia de los fondos privados en campa?as electorales y la vuelta a un sistema bicameral en el Parlamento. En octubre, la consulta ciudadana se sald¨® con el visto bueno a las tres primeras reformas, pero no la cuarta, trabada por la mayor¨ªa fujimorista. Con ese impulso, Vizcarra present¨® otros seis proyectos de ley de reforma de justicia para combatir la descomposici¨®n de ese sector. Hasta la fecha, sin embargo, el Congreso solo ha aprobado uno.
En septiembre, cuando en las calles segu¨ªan las manifestaciones anticorrupci¨®n, el Congreso demoraba la remoci¨®n de los miembros del CNM que festinaban los nombramientos de jueces y fiscales con los Cuellos blancos del puerto, el presidente convoc¨® a una sesi¨®n en el Legislativo para ello, y el pleno decidi¨® suspender a los consejeros. Desde esa fecha, en Per¨² no hay quien nombre y remueva a los magistrados.
Aunque Vizcarra, ingeniero civil de 56 a?os, ha neutralizado los embates de los parlamentarios opositores, casi la mitad de los peruanos cree que no ha hecho las reformas que necesita el pa¨ªs sudamericano ¡ªeducaci¨®n, sanidad, seguridad y justicia, sobre todo¡ª, seg¨²n los ¨²ltimos sondeos, frente a un nada despreciable 42% que cree que s¨ª ha cumplido su prop¨®sito. Su objetivo hoy sigue siendo la lucha contra los tejemanejes que han salpicado a la pol¨ªtica del pa¨ªs sudamericano en las ¨²ltimas d¨¦cadas, el que m¨¢s r¨¦dito pol¨ªtico le est¨¢ dando. En un mensaje a la naci¨®n difundido este s¨¢bado, el presidente ha reiterado su motto: ¡°El enorme reto que me toc¨® enfrentar fue luchar contra la corrupci¨®n. Si queremos ser un pa¨ªs grande y pr¨®spero tenemos que encarar ese mal, para ello necesitamos una justicia igual para todos¡±.
Conflictos olvidados
Sin embargo, los analistas consultados por este diario tambi¨¦n ponen ¨¦nfasis en el descuido de otros aspectos. "Muchos conflictos en la zona amaz¨®nica y en la andina no han sido tomados en cuenta de manera seria", dice Paredes. "Hay casos lamentables como el de las comunidades de la Amazon¨ªa afectados por derrames de petr¨®leo, o por [el proyecto minero de cobre] Las Bambas, y las de Espinar (Cusco) que est¨¢n reclamando por contaminaci¨®n [a causa de miner¨ªa]". El viernes por la tarde, sin ir m¨¢s lejos, un grupo de ciudadanos exigieron p¨²blicamente el cumplimiento de los acuerdos con el Gobierno y con la empresa china que opera Las Bambas, y se manifestaron contra Vizcarra tras la detenci¨®n del presidente de la comunidad de Fuerabamba, en la regi¨®n Apur¨ªmac.?
¡°El Gobierno ha tratado de poner pa?os fr¨ªos sin plantear una estrategia clara y adecuada de c¨®mo resolver estos problemas. Ha logrado evitar una visibilidad de estos conflictos, pero cuando esto explote de forma m¨¢s p¨²blica, afectar¨¢ al Gobierno y ¨¦ste decidir¨¢ hacer algo m¨¢s importante. Es solo cuesti¨®n de tiempo¡±, plantea Paredes, experta en Desarrollo Internacional. ¡°No est¨¢ en juego solamente la redistribuci¨®n de rentas, hay elementos m¨¢s complicados en relaci¨®n a los modos de vida que han sido afectados, el da?o irreparable al medioambiente, y un sentimiento de postergaci¨®n y frustraci¨®n por parte de las comunidades¡±. ¡°Resulta incomprensible su insistencia con el aeropuerto de Chinchero, un proyecto que tiene serios problemas t¨¦cnicos y que representar¨ªa un verdadero desastre ambiental y patrimonial. Sorprende que en este caso no escuche el reclamo ciudadano¡±, critica Majluf.
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