El v¨¦rtigo de perder el Brexit divide a los euroesc¨¦pticos
El Parlamento brit¨¢nico debate este mi¨¦rcoles las alternativas al plan de May
El golpe de mano del Parlamento, que este mi¨¦rcoles se dispone a tomar el control del Brexit y votar las alternativas al plan de Theresa May, ha provocado las primeras fisuras serias en las filas de los euroesc¨¦pticos. Su l¨ªder, el carism¨¢tico Jacob Rees-Mogg, ha asegurado sobre un respaldo al acuerdo: ¡°Nos situar¨ªa legalmente fuera de la UE y restaurar¨ªa nuestra independencia¡±. Sus palabras han provocado la ira del ala m¨¢s dura de los conservadores y han devuelto la esperanza al Gobierno, que ha llegado a sugerir su intenci¨®n de ignorar lo que decidan los diputados.
El modo en que se han precipitado las cosas en las ¨²ltimas horas puede llevar a dos conclusiones contradictorias. O la crisis del Brexit lleva camino de convertirse en un laberinto imposible o las piezas del puzle han comenzado a encajar en beneficio de la primera ministra May.
?El Parlamento, en claro desaf¨ªo al Gobierno, pondr¨¢ este mi¨¦rcoles en marcha el proceso de las ¡°votaciones indicativas¡±, un mecanismo de descarte para buscar la alternativa con m¨¢s apoyos al acuerdo de la primera ministra, rechazado ya en dos ocasiones en Westminster. Las opciones abarcan desde el propio plan de May a un Brexit salvaje y sin acuerdo, pasando por un Brexit suave, un segundo refer¨¦ndum o incluso la revocaci¨®n de todo el proceso de salida de la UE.
Son estas tres ¨²ltimas opciones las que han llevado a muchos euroesc¨¦pticos al convencimiento de que el Brexit, m¨¢s que una meta, es un largo camino; y que es mejor dar un primer paso ¡ªen la esperanza de poder redirigir la ruta m¨¢s adelante¡ª a quedarse parados del todo. ¡°Siempre he pensado que un Brexit sin acuerdo era mejor que el acuerdo de Theresa May, pero su acuerdo siempre ser¨¢ mejor que renunciar a abandonar la UE¡±, anunciaba Jacob Rees-Mogg, la cabeza visible de los diputados conservadores euroesc¨¦pticos, en la p¨¢gina web ConservativeHome, referencia obligada para saber qu¨¦ se mueve en el universo tory.
Enseguida surg¨ªan duras reacciones contra Rees-Mogg desde el ala m¨¢s dura del partido, que le recordaban c¨®mo en anteriores ocasiones hab¨ªa asegurado que el plan del Gobierno iba a convertir al Reino Unido en un ¡°Estado esclavo¡± de la UE.
M¨¢s duros eran los calificativos vertidos en las redes sociales contra el exalcalde de Londres, Boris Johnson, quien este martes ha coincidido con Rees-Mogg en se?alar que hab¨ªa ¡°un riesgo apreciable¡± de quedarse sin Brexit. El ¡°momento Judas¡± de Boris, lo llamaban en tuits enfurecidos.
Con cuentagotas, los diputados euroesc¨¦pticos van expresando su posici¨®n individual y van aumentando los que indican que acabar¨¢n respaldando a May como el menor de los males. La primera ministra se reunir¨¢ este mi¨¦rcoles, a puerta cerrada, con el Comit¨¦ 1922, el grupo parlamentario que re¨²ne a los diputados conservadores sin cargo en el Gobierno. Cualquier se?al por parte de May de que su dimisi¨®n tendr¨ªa una fecha cercana, como muchos conservadores han exigido en los ¨²ltimos d¨ªas desde el anonimato, ayudar¨ªa a vencer las resistencias de los euroesc¨¦pticos.
Pero May sigue teniendo una empinada cuesta por delante. Al menos un grupo de diez diputados irredentos sigue decidido a votar en su contra. Y los socios norirlandeses del DUP, cuyos 10 esca?os sostienen la mayor¨ªa parlamentaria del Gobierno, han indicado que prefer¨ªan una pr¨®rroga de un a?o al plan de la primera ministra.
En una situaci¨®n de tanta incertidumbre, el Gobierno ha optado por plantar cara al Parlamento. Andrea Leadsom, una de las euroesc¨¦pticas m¨¢s duras en el Gabinete, suger¨ªa que no se sentir¨ªan obligados a acatar sus decisiones si las consideran ¡°impracticables¡±.
Un ensayo para comprobar si hay alternativa al plan de May
Una mayor¨ªa de diputados torci¨® el lunes el brazo al Gobierno de May, 329 votos contra 302, y se atribuy¨® la prerrogativa de establecer el orden del d¨ªa del Parlamento. Es decir, tom¨® el control del proceso del Brexit. Este mi¨¦rcoles se votar¨¢n, en contra de lo que pretend¨ªa el Ejecutivo, una serie de opciones alternativas al acuerdo de retirada alcanzado con la UE, que Westminster ha rechazado estrepitosamente en dos ocasiones.
Las votaciones no obligan legalmente al Ejecutivo, como se han encargado de advertir los ministros de May, pero desobedecer el mandato del Parlamento colocar¨ªa a la primera ministra en una delicada posici¨®n constitucional.
En teor¨ªa, al final del d¨ªa se sabr¨¢ cu¨¢l de las soluciones propuestas durante meses ¡ªBrexit suave, refer¨¦ndum, revocaci¨®n del proceso de salida de la UE...¡ª cuenta con m¨¢s apoyo. O no. Es posible que, como se ha comprobado estos meses, ninguna re¨²na suficiente consenso.
El m¨¦todo de votaci¨®n ser¨¢ distinto al habitual. Los diputados no saldr¨¢n de la C¨¢mara para repartirse entre los pasillos del s¨ª y del no, el proceso normal ante una decisi¨®n binaria. A cambio, recibir¨¢n una papeleta con todas las opciones posibles y se?alar¨¢n su aceptaci¨®n o rechazo de cada una en la casilla correspondiente. Podr¨¢n apoyar m¨¢s de una alternativa.
Conocidos los resultados, el presidente de la C¨¢mara, John Bercow, deber¨¢ decidir la prevalencia de las distintas opciones, cu¨¢les siguen adelante y cu¨¢les no, para futuros debates y votaciones.
Todo es territorio inexplorado para Westminster. Hasta el mediod¨ªa de hoy, por ejemplo, los diputados no decidir¨¢n si el voto es secreto o p¨²blico. Como tampoco se sabr¨¢ hasta entonces si el Gobierno impone disciplina de voto a sus ministros o les deja votar libremente.
Solo una cosa es cierta. Por primera vez en todo este proceso, Theresa May ha perdido la iniciativa y queda en manos del Parlamento, a no ser que se diera casi un milagro: que fuera capaz de reunir una mayor¨ªa suficiente para detener la rebeli¨®n.
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