Condenada a tres a?os de prisi¨®n la vietnamita acusada de matar al hermano de Kim Jong-un

Doan Thi Huong, la joven vietnamita acusada por la muerte del hermano de Kim Jong-un en el aeropuerto de Kuala Lumpur, ha salido este lunes con una gran sonrisa de su juicio en Shah Alam, en las cercan¨ªas de la capital malasia. Tras dos a?os en prisi¨®n preventiva y con la perspectiva de ser condenada a muerte, finalmente su sentencia ha sido de tres a?os y cuatro meses de c¨¢rcel y, si se acepta su alegato de buena conducta, podr¨¢ quedar en libertad a principios de mayo (ya que la pena se le contabiliza a partir de su arresto en 2017), seg¨²n ha explicado uno de sus abogados.

Doan estaba inicialmente acusada de asesinato con premeditaci¨®n por la muerte de Kim Jong-nam, un cargo castigado con la muerte. Este lunes, la?acusada ha aceptado declararse culpable de cargos menores por provocar da?os con sustancias peligrosas. La autopsia determin¨® que a Kim Jong-nam se le hab¨ªa suministrado gas nervioso VX. Los fiscales han aceptado sustituir el cargo de asesinato con premeditaci¨®n por el de da?o voluntario con arma peligrosa, que acarreaba una pena m¨¢xima de 10 a?os de prisi¨®n.

La joven vietnamita hab¨ªa quedado como ¨²nica acusada de la muerte del hermano mayor del l¨ªder norcoreano despu¨¦s de que en febrero el tribunal malasio encargado del caso hubiera puesto en libertad por falta de pruebas a Siri Aisyah, otra nacionalidad indonesia.

La extra?a muerte de Kim Jong-nam

Las c¨¢maras del aeropuerto de Kuala Lumpur hab¨ªan captado la imagen de ambas mientras impregnaban con un l¨ªquido la cara de Kim en el aeropuerto de la capital malasia el 13 de febrero de 2017. El hermano del l¨ªder norcoreano, que llevaba un pasaporte que le identificaba como Kim Chol y que planeaba tomar un avi¨®n de regreso a su hogar en Macao, muri¨® pocos minutos despu¨¦s.?Kim Jong-nam viv¨ªa exiliado en esta ciudad china tras haber huido de su pa¨ªs cuando su hermano por parte de padre lleg¨® al poder, en 2011, tras el fallecimiento del padre de ambos, Kim Jong-il.?La autopsia determin¨® que se le hab¨ªa suministrado gas nervioso VX, considerado un arma qu¨ªmica.

Las dos mujeres se declararon inocentes y aseguraron que un grupo de hombres las hab¨ªa contratado para que llevaran a cabo lo que cre¨ªan que era una inocentada para un programa de telerrealidad. En ning¨²n momento, aseguraban, tuvieron ninguna intenci¨®n de matar a nadie.

Pero si los tribunales dejaron en libertad a Siti Aisyah ¡ªtras la mediaci¨®n personal a su favor del propio presidente indonesio, Joko Widodo, seg¨²n los medios locales¡ª, con Doan no ocurri¨® lo mismo. Las c¨¢maras la captaron yendo al lavabo para limpiarse las manos despu¨¦s de tocar a Kim Yong-nam, una prueba ¡ªseg¨²n los fiscales¡ª de que sab¨ªa que esa sustancia era letal.

Ni rastro de los sospechosos fugados

Ni Siti Aisyah ni Doan Thi Huong llegaron nunca a declarar ante el tribunal que las juzgaba. Tampoco se lleg¨® nunca a sentar en el banquillo a ninguno de los cuatro norcoreanos que contrataron a las dos mujeres y que, seg¨²n la Policia malasia, fueron los cerebros del asesinato. Esos cuatro sospechosos lograron abandonar Kuala Lumpur en avi¨®n horas despu¨¦s de la muerte de Kim.

Aquel caso que parec¨ªa sacado de una novela de esp¨ªas, en plena crisis entre Corea del Norte y Estados Unidos por la aceleraci¨®n durante 2017 del programa de armamento norcoreano, caus¨® un fuerte deterioro en las relaciones, hasta entonces cordiales, entre Pyongyang y Kuala Lumpur. Las dos capitales expulsaron a los embajadores y retuvieron durante varios d¨ªas a ciudadanos del otro pa¨ªs, adem¨¢s de romper varios acuerdos bilaterales.

Corea del Norte niega que Kim, al que solo reconoce por su identidad de Kim Chol, fuera asesinado y asegura que muri¨® de un ataque al coraz¨®n. Seg¨²n Pyongyang, las acusaciones de asesinato eran fruto de una conspiraci¨®n entre Estados Unidos, Corea del Sur y Malasia.