El jefe del Ej¨¦rcito en Argelia se aferra al r¨¦gimen heredado de Buteflika
Las presidenciales ser¨¢n el 4 de julio, pero la calle no cree en la limpieza de un proceso que conducir¨¢n las mismas personas que durante 20 a?os validaron las elecciones que han mantenido a Buteflika en el poder
Se acabaron las ambig¨¹edades. Si alguna vez hubo un atisbo de duda sobre en qu¨¦ lado de la historia pretende situarse el jefe del Estado Mayor de Argelia, el general Ahmed Gaid Salah su discurso de este mi¨¦rcoles 10 de abril lo deja claro. Gaid Salah avala el mismo r¨¦gimen que ha sostenido al presidente Abdelaziz Buteflika hasta que fue forzado a dimitir el 2 de abril. Gaid Salah se?ala que es ¡°irrazonable¡± gestionar el periodo de transici¨®n sin las instituciones actuales, que la calle viene rechazando desde el 22 de febrero.
Horas despu¨¦s del discurso de Gaid Salah, el presidente provisional, Albdelk¨¢der Bensal¨¢, firm¨® el decreto por el que fija la fecha de las pr¨®ximas elecciones presidenciales para el 4 de julio. Estos comicios estaban previstos para el 18 de abril. Tras postularse Buteflika para un quinto mandato, millones de argelinos protestaron de forma pac¨ªfica y las elecciones fueron aplazadas. Una vez fijado el 4 de julio, todo sigue igual, pero sin Buteflika. Tanto el discurso de Gaid Salah como el anuncio de la fecha de las elecciones fueron rechazados el mismo d¨ªa por decenas de miles de personas que se manifestaron en ciudades como Argel, Bouira o Tlemcen. La calle no cree ni en el presidente provisional Bensal¨¢, ni en la limpieza de un proceso que conducir¨¢n las mismas personas que durante 20 a?os validaron las cuatro presidenciales que han mantenido a Buteflika en el poder. Tampoco conf¨ªa ya en las intenciones de Gaid Salah.
El jefe del Ej¨¦rcito acus¨® en su discurso veladamente a Francia de inmiscuirse en el proceso de transici¨®n: ¡°Deploramos la aparici¨®n de tentativas de ciertas partes extranjeras que tienen antecedentes hist¨®ricos en nuestro pa¨ªs, propulsando a ciertos individuos delante de la escena actual e imponi¨¦ndolos como representantes del pueblo para conducir la transici¨®n¡±.
Las palabras de Gaid Salah llegan un d¨ªa despu¨¦s de que fuera expulsado del pa¨ªs el director de la delegaci¨®n de la Agencia France Presse en Argel, Aymeric Vincenot, despu¨¦s de que no le renovasen su acreditaci¨®n de 2019. El r¨¦gimen argelino sigue sin conceder visados a decenas de medios extranjeros.
En cuanto a los ¡°individuos¡± que supuestamente pretenden propulsar ¡°ciertas partes extranjeras¡±, el general no ofreci¨® ning¨²n nombre. No obstante, muchos observadores interpretan que entre esos ¡°individuos¡± puede encontrarse el abogado de derechos humanos Mutafa Bouchachi, quien es saludado por miles de manifestantes como una figura que podr¨ªa pilotar junto a otras el proceso de transici¨®n.
Gaid Salah se?al¨® que esas ¡°partes extranjeras¡± intentan ¡°desestabilizar el pa¨ªs y sembrar la discordia entre los hijos del pueblo¡± a trav¨¦s de ¡°lemas irrealizables¡±. Entre los c¨¢nticos que m¨¢s se han o¨ªdo en las manifestaciones destaca el que dice: ¡°R¨¦gimen, l¨¢rgate¡±. Muchos otros piden que se vaya tambi¨¦n el propio Gaid Salah. Esos lemas, seg¨²n el general, ¡°intentan lleva al pa¨ªs hacia un vac¨ªo constitucional y destruir las instituciones del Estado, incluso provocar una declaraci¨®n de estado de excepci¨®n¡±.
El polit¨®logo de la universidad parisina de la Sorbona Adlene Mohammedi indic¨® a este diario: ¡°El discurso de Gaid Salah es un discurso de propaganda y de intimidaci¨®n. ?l est¨¢ politizando peligrosamente el Ej¨¦rcito argelino, cuyo balance pol¨ªtico es catastr¨®fico, e intimidando a los manifestantes. Alude a una 'mano extranjera' con fines de pura y grosera propaganda. Sabemos que Francia ha manifestado una cierta prudencia, incluso benevolencia, respecto al poder argelino. Pero incluso si hubiera una manipulaci¨®n extranjera, la responsablidad ser¨ªa del Ej¨¦rcito. Por tanto, estar¨ªa asumiendo un fracaso personal¡±.
¡°Adem¨¢s¡±, contin¨²a Mohammedi, ¡°este discurso es peligroso. Igual que al principio del movimiento de protestas, ¨¦l amenaza a los manifestantes e impone su ¡®transici¨®n¡¯. Y esa no es ninguna transici¨®n. El poder argelino se ha limitado a hacer lo que tendr¨ªa que haber hecho en 2013 cuando Buteflika sufri¨® el infarto cerebral [forzar la dimisi¨®n del presidente]. Y ahora quiere que los argelinos reaccionen como si no hubiesen transcurrido seis a?os. Gaid Salah est¨¢ haciendo del Ej¨¦rcito una instancia de supervisi¨®n de las elecciones. Es loco y peligroso. Este hombre es el ¨²ltimo adversario de los manifestantes argelinos¡±.
El humorista Kamed Abdat tuite¨®: "Esos que cre¨ªan que Gaid Salah era un se?or gentil que nos iba a librar de la ¡®Mafia¡¯ y a traernos una democracia, ?despierten! El mismo r¨¦gimen est¨¢ aqu¨ª, pero no en silla de ruedas [como Buteflika]. Es un sistema de pie, violento y al¨¦rgico a todo cambio¡±.
Gaid Salah apoy¨® la candidatura de Buteflika para un quinto mandato. Incluso lleg¨® a criticar el 5 de marzo a quienes pretend¨ªan llevar al pa¨ªs ¡°a los a?os del dolor¡±, en referencia a la guerra civil de los noventa. La presi¨®n de la calle provoc¨® que el general pasara de las amenazas a los elogios sobre el ¡°civismo¡± de un pueblo que se manifiesta pac¨ªficamente. As¨ª, hasta que el martes 26 de marzo Gaid Salah se pronunci¨® a favor de inhabilitar al presidente a trav¨¦s del art¨ªculo 102 de la Constituci¨®n. La calle se opuso siempre a esa v¨ªa, ya que implicar¨ªa un periodo de transici¨®n de tres meses pilotado por el mismo r¨¦gimen.
Con sus palabras de este mi¨¦rcoles 10 de abril, Gaid Salah valida el nombramiento como presidente provisional de Abdelk¨¢der Bensal¨¢, quien ha sido hasta esta semana presidente del Senado durante los ¨²ltimos 17 a?os, un hombre del clan Buteflika al que la calle ve como un cacique obediente del r¨¦gimen.
Miles de estudiantes argelinos se manifestaron ayer en Argel contra el nombramiento de Bensal¨¢ y fueron dispersados de forma violenta por la polic¨ªa. Para este viernes se espera otra gran manifestaci¨®n multitudinaria en las principales ciudades. El poder sigue su agenda heredada del r¨¦gimen de Buteflika. Pero la calle tambi¨¦n sigue la suya.
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