El nombramiento de un general al frente de la Guardia Nacional evidencia el poder del Ej¨¦rcito en M¨¦xico
L¨®pez Obrador encarga la direcci¨®n del nuevo cuerpo de seguridad a un militar en activo, Luis Rodr¨ªguez Bucio, y obvia el acuerdo de los partidos en el Congreso
Un militar en activo ser¨¢ el jefe operativo de la Guardia Nacional, el nuevo cuerpo de seguridad de M¨¦xico, auspiciado por el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. As¨ª lo anunci¨® este jueves el mandatario en su habitual rueda de prensa matutina. En una imagen para el recuerdo, L¨®pez Obrador compareci¨® acompa?ado del futuro comandante de la guardia, el general Luis Rodr¨ªguez Bucio, adem¨¢s de los secretarios de Defensa y Marina y otros militares. Tambi¨¦n estuvo el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, y una comisaria de la Polic¨ªa Federal. En todo caso, los civiles eran minor¨ªa.
Se acent¨²a as¨ª el desequilibrio entre lo civil y lo militar, esp¨ªritu del acuerdo alcanzado hace mes y medio en el Congreso, que subordinaba la Guardia Nacional a la secretar¨ªa de Seguridad Ciudadana.? Ernesto L¨®pez Portillo, coordinador del Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana, dice: "La Guardia Nacional de la Constituci¨®n es civil, la del presidente es militar. Bucio no tiene en su historia formaci¨®n alguna sobre seguridad ciudadana, reforma policial democr¨¢tica, polic¨ªa comunitaria, modelos de prevenci¨®n de la violencia. Su perfil no tiene que ver con el mandato constitucional que obliga a la Guardia Nacional a crear una doctrina de servicio policial. La pregunta es, ?cu¨¢l es el perfil de Bucio? Estrictamente militar. Y tenemos que entender que es el perfil que quiere el presidente. No es el perfil que marca la constituci¨®n. ?D¨®nde est¨¢ el perfil civil?".
Desde que L¨®pez Obrador asumi¨® la presidencia en diciembre, la composici¨®n, la adscripci¨®n y el mismo esp¨ªritu de la Guardia Nacional han sido motivos de debate. El presidente plante¨® desde el principio que la guardia fuera una emanaci¨®n del propio Ej¨¦rcito, que desde hace a?os sustituye a la polic¨ªa en buena parte del pa¨ªs. La oposici¨®n pol¨ªtica y organizaciones de la sociedad civil criticaron las intenciones del mandatario y llevaron el debate al Congreso. Fueron meses de discusiones sobre la pertinencia de crear un nuevo cuerpo de seguridad; si ese cuerpo deb¨ªa colocarse bajo el paraguas de la secretar¨ªa de la Defensa o de la de Seguridad; si el jefe deb¨ªa ser civil o militar; si la capacitaci¨®n deb¨ªa quedar en manos del Ej¨¦rcito, etc¨¦tera.
Al fondo de las discusiones ha figurado el papel policial del Ej¨¦rcito durante los ¨²ltimos dos Gobiernos, el de Felipe Calder¨®n, de 2006 a 2012 y el de Enrique Pe?a Nieto, de 2012 a 2018. Con Calder¨®n, el papel de los militares cambi¨®, abandonando su car¨¢cter auxiliar en desastres naturales, asumiendo tareas que hab¨ªan correspondido a polic¨ªas. Incapaces en algunos casos, corrompidas en otros, las polic¨ªas, zanj¨® Calder¨®n, no pod¨ªan con el crimen organizado. Pe?a Nieto adopt¨® una postura continuista, el Ej¨¦rcito sigui¨® encarg¨¢ndose de la seguridad. Al final de su Gobierno el desgaste era evidente. A lo largo de los a?os los militares hab¨ªan sido se?alados en decenas de ocasiones por uso excesivo de la fuerza y violaciones a derechos humanos. Por no hablar de su escaso gusto por la rendici¨®n de cuentas. Valga como ejemplo su resistencia a facilitar las pesquisas de los investigadores civiles del caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Durante la campa?a, L¨®pez Obrador amag¨® con la vuelta del Ej¨¦rcito a los cuarteles en caso de victoria. Lo que pocos esperaban es que su repliegue concluir¨ªa en la fundaci¨®n de una nueva corporaci¨®n de car¨¢cter castrense. La pelea en el Congreso ha sido un tira y afloja entre Morena, el partido del presidente, y la minoritaria oposici¨®n, apoyada por organizaciones no gubernamental que exigen la desmilitarizaci¨®n de la seguridad p¨²blica.
En febrero ambas partes llegaron a un acuerdo. La guardia nacional ser¨ªa una polic¨ªa de car¨¢cter civil, con mando civil. Ej¨¦rcito y Armada ceder¨ªan temporalmente efectivos hasta que los reclutas del nuevo cuerpo acabaran su capacitaci¨®n. El Congreso discutir¨ªa las llamadas leyes secundarias, que regir¨¢n el actuar de la guardia.
Pero hace unas semanas, L¨®pez Obrador dijo que el mando de la guardia ser¨ªa un militar en activo. L¨®pez Portillo, que particip¨® en las discusiones en el Congreso estos meses dice: "Al ser un mando militar, el control pol¨ªtico se debilita. Porque la disciplina militar del mando lo llevar¨¢ a reproducir sus ense?anzas en cadena de mando militar. Cuesta trabajo pensar que pueda haber una subordinaci¨®n al control pol¨ªtico civil".
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