Finlandia alerta del auge de la derecha radical ante las elecciones europeas
El inesperado resultado, con los euroesc¨¦pticos a dos d¨¦cimas de la victoria, se ha transformado en un amargo aldabonazo para las instituciones europeas
Las elecciones generales del domingo en Finlandia eran poco m¨¢s que un aperitivo antes de los comicios europeos que se celebrar¨¢n del 23 al 26 de mayo en todo el continente. Pero el inesperado resultado finland¨¦s, donde ning¨²n partido ha llegado al 20% de los votos y los euroesc¨¦pticos se han quedado a dos d¨¦cimas de la victoria, se ha transformado en un amargo aldabonazo para unas instituciones europeas aferradas a los sondeos que indican la popularidad del proyecto europeo en los turbulentos tiempos del Brexit. El primer susto electoral de Bruselas en 2019 indica que ese supuesto apego no impide el ascenso de fuerzas ultraderechistas y euroesc¨¦pticas.
Bruselas lleva semanas automasaje¨¢ndose con dos mantras tranquilizadores de cara a las elecciones al Parlamento Europeo. El primero proclama que el Brexit ha pasado de ser un temido virus a convertirse en la mejor vacuna contra el euroescepticismo. La segunda consigna martillea que el caos pol¨ªtico del sentencia que los populistas ya no se atreven a proclamar su eurofobia por miedo a perder votos. La bals¨¢mica letan¨ªa resonaba bien en los pasillos comunitarios. Hasta la noche del 14 de abril.
Ese domingo, las elecciones en Finlandia provocaron el hundimiento de los liberales, que encabezaban un Gobierno partidario de aplicar a rajatabla las recetas de austeridad y reformas de Bruselas. En cambio,?el partido de ultraderecha y euroesc¨¦ptico Verdaderos Finlandeses doblaba esca?os y se ha quedaba a 6.813 votos del partido m¨¢s votado, unos socialdem¨®cratas que ganan por primera vez en 20 a?os, pero con el segundo peor resultado de toda su historia. El partido de gobierno se hunde, el de oposici¨®n apenas mejora y la ultraderecha, en cambio, recupera m¨¢s de 300.000 votos respecto a las municipales de 2017, en las que pag¨® su paso por el Ejecutivo y su posterior fractura. Todo ello en medio del Brexit ca¨®tico llamado a servir de anticuerpo para las derivas euroesc¨¦pticas.
En otro momento, las vicisitudes electorales de un pa¨ªs de poco m¨¢s de cinco millones de habitantes como Finlandia apenas hubieran llamado la atenci¨®n en Bruselas. Pero la fragmentaci¨®n y polarizaci¨®n del panorama pol¨ªtico finland¨¦s llega a mes y medio de las elecciones al Parlamento Europeo y ambos factores son un amargo aperitivo para los partidos europe¨ªstas, que dominan desde hace 40 a?os el hemiciclo comunitario con un mensaje centrista y centrado.
"El resurgir [de Verdaderos Finlandeses] podr¨ªa tomarse como un augurio del resultado de otros partidos euroesc¨¦pticos en las pr¨®ximas elecciones europeas", se?ala el an¨¢lisis de Bert Colijn, economista senior para la Eurozona del banco ING. Colijn apunta que los sondeos todav¨ªa indican una victoria de los partidos m¨¢s o menos de centro, y que tendr¨ªa que producirse un giro muy dr¨¢stico del electorado en gran parte del continente para que llegue a formarse a nivel europeo "un gran bloque nacionalista que cambie las pol¨ªticas de la UE".
Pero el caso finland¨¦s muestra que los sondeos tienen dificultades en captar los vaivenes de la opini¨®n p¨²blica en una situaci¨®n tan fluida (o l¨ªquida, dir¨ªan los fil¨®sofos) como la actual. Los Verdaderos Finlandeses parec¨ªan una fuerza euroesc¨¦ptica amortizada, con apenas un 10% de intenci¨®n de voto. Las proyecciones de voto del Parlamento Europeo (en base a sondeos nacionales), actualizadas dos semanas antes de las elecciones del domingo, solo le otorgaban dos esca?os en el pr¨®ximo hemiciclo comunitario, con un 11,1% de votos.
En cuesti¨®n de d¨ªas, el partido ultra ha llegado al 17% y ha rozado el empate con los socialdem¨®cratas, a quienes se pronosticaba una holgada victoria con m¨¢s del 20%. Y el primer susto euroesc¨¦ptico de Bruselas en 2019 podr¨ªa no ser el ¨²ltimo porque el caldo de cultivo finland¨¦s se repite en otros pa¨ªses, desde Dinamarca y Suecia a Austria o Alemania. Incluso pa¨ªses presuntamente inmunes al fen¨®meno como Espa?a o Portugal ya cuentan con formaciones como Vox o Chega, respectivamente, cuyo discurso est¨¢ te?ido de mensajes contra Bruselas.
En casi todos los pa¨ªses se dan las mismas circunstancias que han facilitado el salto de Verdaderos Finlandeses hasta el segundo puesto de unas elecciones generales. Por un lado, la extrema derecha ha logrado endurecer el discurso sobre la inmigraci¨®n de casi todas las formaciones por lo que sus mensajes xen¨®fobos resultan algo menos estridentes. Por otro, los partidos conservadores han suprimido en varios pa¨ªses el cord¨®n sanitario que aislaba a las formaciones extremistas y les imped¨ªa el acceso al poder, lo que ha contribuido a hacerles m¨¢s digeribles para una parte creciente del electorado.
Austria fue el primer pa¨ªs donde la ultraderecha entr¨® en el Gobierno en el a?o 2000, para gran esc¨¢ndalo del resto de socios comunitarios. Ahora, se sienta en el Ejecutivo del popular Sebastian Kurz y los ministros del partido ultra FP? han dirigido con normalidad los consejos de ministros europeos durante la reciente presidencia semestral de Viena en la UE.
Los liberales y conservadores finlandeses tambi¨¦n incorporaron a la ultraderecha al ejecutivo, bajo la premisa de que el ejercicio del poder les desgastar¨ªa y limar¨ªa sus asperezas. La lecci¨®n en Helsinki ha sido parad¨®jica. Las funciones ejecutivas resquebrajaron a Verdaderos Finlandeses, pero ha sido el ala m¨¢s dura y euroesc¨¦ptica la que ha salido reforzada y ha recuperado el apoyo electoral perdido por los moderados.
El endurecimiento de la derecha y la normalizaci¨®n de la ultraderecha se unen a la evidente dificultad de las dos familias pol¨ªticas tradicionales (democracia-cristiana y socialdemocracia) para dar respuesta al gran dilema electoral de las ¨²ltimas d¨¦cadas: c¨®mo despejar al mismo tiempo el temor a que se hunda el sistema de protecci¨®n social y el temor a una inmigraci¨®n que parece ser imprescindible para el mantenimiento de ese sistema.
El debate sobre derechos sociales e inmigraci¨®n, seg¨²n coinciden los analistas, dominar¨¢ mucho m¨¢s la campa?a electoral europea que las proclamas de Emmanuel Macron o Viktor Orb¨¢n a favor o en contra de Bruselas. Para las instituciones comunitarias ambos debates son dos caras de la misma moneda, porque la resoluci¨®n de los problemas cotidianos como la gesti¨®n de fronteras pasa por decidir el nivel de soberan¨ªa compartida que acepta cada pa¨ªs. Pero las batallas electorales no se prestan a matices y la recta final hacia las elecciones de mayo puede derivar en una trifulca de trazo grueso que favorezca al bando de los Salvini y los Orban mucho m¨¢s de lo que apuntan los sondeos actuales.
Janis Emmanouilidis, director de estudios en el think tank EPC de Bruselas, ya preve¨ªa antes de las elecciones en Finlandia que la campa?a europea se convertir¨¢ en un choque entre el bando liberal y europe¨ªsta y el iliberal y antieuropeo. Pero a?ad¨ªa que ambos bandos tambi¨¦n presentan profundas divisiones internas que pueden derivar en una estruendosa cacofon¨ªa que paralice el proyecto europeo. Emmanouilidis advierte en un informe reci¨¦n publicado del EPC sobre la pr¨®xima legislatura europea que "hay muchas posibilidades de que este [choque] amplificar¨¢ el nivel de fragmentaci¨®n y de desconfianza y se limitar¨¢ as¨ª la capacidad de la Uni¨®n durante los pr¨®ximos a?os de dar respuestas pol¨ªticas a los numerosos desaf¨ªos internos y externos".
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