El ¡°m¨¢rtir¡± gobierna
Quien asegura que la antipresidencia de Bolsonaro est¨¢ ¡°paralizada¡± est¨¢ ciego ¡ªo se hace el ciego¡ª ante la velocidad asombrosa con la que implanta su proyecto autoritario
Olavo de Carvalho, el gur¨² del antipresidente Jair Bolsonaro, sigue apostando por la estrategia de falsificar la realidad para crear realidades. Desde que su m¨¢s famoso olavito fue investido presidente, el escritor ha intentado plantar la mentira de que a Bolsonaro le impiden gobernar. Son varias las afirmaciones en este sentido a lo largo de los m¨¢s de 100 d¨ªas de Gobierno. En un v¨ªdeo difundido en el canal de Bolsonaro en YouTube, el pasado fin de semana, el gur¨² repiti¨® de nuevo su manido mantra: ¡°Bolsonaro es un m¨¢rtir¡±.
Explic¨®: ¡°Obviamente tiene buenas intenciones, est¨¢ limpio, quiere hacer las cosas bien, ?pero con quienes le rodean es imposible!¡±. Despu¨¦s atac¨® a los militares y a los nuevos pol¨ªticos, despu¨¦s borraron el v¨ªdeo del canal ¡°por presi¨®n del ala militar¡±, despu¨¦s el portavoz de Bolsonaro hizo una declaraci¨®n halagando a su gur¨² por un lado, critic¨¢ndolo por el otro, despu¨¦s el hijo cerodos, que obviamente es la voz de su padre en las redes sociales, dijo lo contrario... Y todo Brasil discutiendo sobre la divisi¨®n en el gobierno, el ala militar, supuestamente la menos ideol¨®gica, y el ala ¡°olavista¡±, supuestamente la m¨¢s ideol¨®gica, poniendo especial atenci¨®n al t¨®rrido romance entre el vicepresidente Hamilton Mour?o y el hijo cerodos, que hasta ahora cuenta con muchos roces y ning¨²n beso.
El general en activo Ot¨¢vio Santana do R¨ºgo Barros, pobre, parece cada vez menos un portavoz del presidente y cada vez m¨¢s un mu?eco de ventr¨ªlocuo. A los 58, y con una carrera militar de ¨¦xito, tiene que decir cosas como: ¡°De una vez por todas, al presidente le gustar¨ªa dejar claro que, con relaci¨®n a sus hijos, particularmente a Carlos, siempre estar¨¢ a su lado. Su hijo fue uno de los grandes responsables de su victoria en las urnas, contra todo y contra todos¡±. En serio. Mientras el culebr¨®n se va enredando, captando y desviando la atenci¨®n del pa¨ªs, el ¡°m¨¢rtir¡± gobierna. Y c¨®mo gobierna. El proyecto autoritario que Bolsonaro representa avanza cada d¨ªa sobre Brasil con una velocidad asombrosa.
A los miles de ind¨ªgenas que desde el 2004 ocupan Brasilia en abril con el Campamento Tierra Libre, una tradici¨®n que Bolsonaro ha denominado ¡°encontronazo de indios¡±, este a?o los ¡°recibe¡± la Fuerza Nacional. El M¨¢rtir lo ha decidido junto con su general favorito, Augusto Heleno. Su ministro de compa?¨ªa, Sergio Moro, firm¨® la orden. Durante 33 d¨ªas, una fuerza especial defender¨¢ la Plaza de los Tres Poderes y la Explanada de los Ministerios del pueblo. Pero Brasil sigue siendo una democracia.
El M¨¢rtir quiere permitir que se utilicen las tierras ind¨ªgenas para la producci¨®n de soja, ganado, la extracci¨®n mineral y la realizaci¨®n de grandes obras. En lugar de la selva amaz¨®nica, bonitos pastos, plantaciones de soja hasta donde la vista alcance, un ferrocarril gigante, un cr¨¢ter minero todav¨ªa m¨¢s fabuloso, con art¨ªsticas monta?as de residuos t¨®xicos como legado para la posteridad. El planeta lo agradece y se fr¨ªe como respuesta, pero el calentamiento global, seg¨²n el canciller del M¨¢rtir, es ¡°un complot marxista¡±. Para los sabios del gobierno del M¨¢rtir, cualquier persona sensata se da cuenta de que el clima est¨¢ como siempre, en R¨ªo de Janeiro lo saben bien. Por eso, Ricardo Salles, el que atiende por el nombre de ministro de Medio Ambiente, nada m¨¢s entrar elimin¨® la Secretar¨ªa de Cambios del Clima y Selvas. No hace falta, ?no? Tambi¨¦n dijo prontamente que ¡°la discusi¨®n sobre el calentamiento global es secundaria¡±. Y eso que los cient¨ªficos m¨¢s importantes del mundo afirman que tenemos solo 11 a?os para intentar impedir que el planeta se caliente m¨¢s de 1,5 grados cent¨ªgrados. Pero Brasil sigue siendo una democracia.
Como es muy magn¨¢nimo, el M¨¢rtir ha asegurado a los ind¨ªgenas que son humanos como ¨¦l
La semana pasada, el M¨¢rtir organiz¨® un encuentro transmitido en directo por las redes sociales con ind¨ªgenas seleccionados a dedo, donde asegur¨®, de nuevo, que son humanos como ¨¦l. ¡°Con todo el respeto, algunos quieren que os qued¨¦is en la tierra ind¨ªgena como si fuerais animales prehist¨®ricos. No sois prehist¨®ricos, sois seres humanos. En mi cabeza hay exactamente lo mismo que en la tuya, tu coraz¨®n es igual que mi coraz¨®n¡±, garantiz¨®. Aparentemente, los ind¨ªgenas ten¨ªan dudas sobre si eran humanos o no, hasta que el M¨¢rtir, magn¨¢nimo como todo m¨¢rtir, se lo aclar¨®.
Antes del inicio de la retransmisi¨®n, se instruy¨® a los ind¨ªgenas a ¡°evitar el uso de la palabra garimpo (busca informal de minerales) y utilizar extracci¨®n¡±, una palabra mucho m¨¢s aceptable para los prop¨®sitos de derribar la selva y explotar el subsuelo. A los seleccionados se les present¨® como l¨ªderes, pero el pueblo yanomami public¨® una carta avisando que el ind¨ªgena que apareci¨® no representa a ninguna comunidad. El M¨¢rtir solo solt¨® perlas. Como esta: ¡°Por ejemplo. Hay una tierra ind¨ªgena donde se puede hacer una central el¨¦ctrica. Si est¨¢is de acuerdo, ?se hace r¨¢pido! La decisi¨®n tiene que ser vuestra, sin intermediarios. (...) Sin problema. Decid¨ªs el negocio, el precio y todo de forma segura. Y segu¨ªs adelante. (...) Ten¨¦is mucha tierra. Vamos a utilizarla. (...) Queremos que se¨¢is libres¡±. En medio de la conversaci¨®n, record¨®: ¡°Hay que cambiar las leyes, claro, depender¨¢ del parlamento, vamos a buscar las leyes para cambiar eso¡±. ¡°Eso¡± es la Constituci¨®n. Pero Brasil sigue siendo una democracia.
De un plumazo, el M¨¢rtir decidi¨® eliminar cientos de consejos sociales con participaci¨®n popular. Estos consejos ¡ªformados por representantes del Gobierno y representantes de la sociedad civil, gente con experiencia en sus respectivas ¨¢reas, entidades con actuaci¨®n reconocida¡ª segu¨ªan, debat¨ªan e influ¨ªan en las pol¨ªticas p¨²blicas. Son especialmente importantes en ¨¢reas invisibilizadas, como las de los sintechos, los ind¨ªgenas y la comunidad LGTBI. Los consejeros solo recib¨ªan dietas, no cobraban un sueldo. Eran la voz de la sociedad en el Gobierno. Y la voz de la sociedad se ha silenciado. Pero Brasil sigue siendo una democracia.?
La reforma del sistema de pensiones se presenta como la salvaci¨®n del pa¨ªs. Todo indica que el Armaged¨®n puede anticiparse si no se aprueba. Pero cuando se le exige al Gobierno que presente los datos t¨¦cnicos en los que se bas¨® para construir la propuesta que llev¨® al Legislativo, el M¨¢rtir, por mano del superministro Paulo Guedes, decreta secreto el material hasta que se apruebe la reforma. La ley alterar¨¢ la vida de todos los brasile?os, pero a los brasile?os se les niega el derecho a conocer la informaci¨®n que podr¨ªa justificar la ley. Es informaci¨®n p¨²blica, obtenida por funcionarios con dinero p¨²blico, pero el M¨¢rtir ha determinado que ni los legisladores ni el pueblo tienen derecho a verla. Aprueba primero, prueba despu¨¦s. Pero Brasil sigue siendo una democracia.
La industria de la pesca ha despachado centenas de animales acu¨¢ticos a la lista de los amenazados de extinci¨®n. Pero la lista interfiere en las ganancias de las empresas pesqueras, que no pueden destruir libremente. ?C¨®mo se puede resolver el problema? Tereza Cristina, la ministra de Agricultura del M¨¢rtir, le pide a su chico de los recados, Ricardo Salles, el que atiende por el nombre de ministro de Medio Ambiente, que ponga fin a la lista. As¨ª de simple. De este modo, los animales podr¨¢n extinguirse sin ninguna ¡°traba burocr¨¢tica¡± que moleste al ¡°sector productivo¡±. Pero no podemos olvidar que la agroindustria brasile?a es ¡°moderna¡± y est¨¢ preocupada por la p¨¦rdida de biodiversidad y la crisis clim¨¢tica. Ni podemos olvidar que Brasil sigue siendo una democracia.
Como se preocupa mucho por la Amazonia, el M¨¢rtir prefiere castigar a los funcionarios del ¨®rgano de control ambiental antes que a los criminales que deforestan la selva
En un v¨ªdeo, el M¨¢rtir desautoriz¨® la operaci¨®n del IBAMA, el Instituto Brasile?o del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, que quem¨® los camiones y tractores de unos criminales que deforestaban la selva amaz¨®nica en una unidad de conservaci¨®n del estado de Rond?nia. Con su precisi¨®n habitual, afirm¨® que ¡°ese no es el procedimiento, esas no son las directrices¡±. Tambi¨¦n avis¨® que el chico de los recados de Tereza Cristina ya hab¨ªa abierto un ¡°proceso administrativo¡± para identificar a los responsables. Ojo, a los responsables de haber cumplido la ley, no a los responsables de haber destruido la selva, ya que, para el M¨¢rtir, los tractores son m¨¢s importantes que los ¨¢rboles. La ley permite que se destruyan equipos, maquinaria y veh¨ªculos en casos espec¨ªficos y si resulta imposible sacarlos del lugar durante la inspecci¨®n ambiental. Pero como el M¨¢rtir cree que ¨¦l es la ley, puso en riesgo la vida de los funcionarios del IBAMA al exponerlos en un ¨¢rea de alta tensi¨®n. Pero Brasil sigue siendo una democracia.
Antes de ser investido presidente, el M¨¢rtir quiso eliminar el Ministerio de Medio Ambiente, pero el anuncio tuvo una repercusi¨®n muy negativa dentro y fuera del pa¨ªs. R¨¢pidamente el M¨¢rtir descubri¨® que, para abrir las ¨¢reas protegidas a la agroindustria y la extracci¨®n, era mejor poner un hombre de la cala?a de Ricardo Salles al frente del ministerio que eliminarlo. Salles ten¨ªa el curr¨ªculo perfecto para el Gobierno. Cuando era secretario de Medio Ambiente del estado de S?o Paulo, fue condenado por falta de probidad administrativa por favorecer, entre otras, a las empresas mineras. Tambi¨¦n hab¨ªa intentado presentarse al congreso financiado por la industria armament¨ªstica y la agroindustria. Con este historial de servicios prestados a la desprotecci¨®n ambiental, era el chico de los recados ideal para Tereza Cristina, la ministra de Agricultura. Salles no decepcion¨®. Le fue de utilidad al M¨¢rtir incluso antes de que el Gobierno cumpliera 100 d¨ªas: destituy¨® a Jos¨¦ Augusto Morelli, el inspector del IBAMA que, en 2012, mult¨® a Bolsonaro, entonces diputado, por pescar en un lugar prohibido. Una foto muestra a un M¨¢rtir sonriente, con ba?ador blanco, pescando en una estaci¨®n ecol¨®gica, pero ¨¦l jura que estaba en el aeropuerto en ese momento. Recientemente, Ricardo Salles decidi¨® castigar tambi¨¦n a los funcionarios del Instituto Chico Mendes de Biodiversidad que no se presentaron a una reuni¨®n que hizo con parlamentarios relacionados a la agroindustria, una arbitrariedad que hizo que el presidente del Instituto presentara su dimisi¨®n. Pero Brasil sigue siendo una democracia.
Brasil sigue siendo una democracia especialmente porque tiene ¡°instituciones fuertes¡±, capaces de mantener ese famoso sistema de ¡°pesos y contrapesos¡±. Es lo que ha demostrado el presidente del Supremo Tribunal Federal, Dias Toffoli. Dispuesto a superar al magistrado Gilmar Mendes en la misi¨®n de ridiculizar al m¨¢s alto tribunal del pa¨ªs ¡ªtarea en la que se ha mostrado competente¡ª, Toffoli decidi¨® pedir a su colega Alexandre Moraes, otra eminencia, que censurara la revista Cruso¨¦ y la p¨¢gina web O Antagonista, prohibiendo la publicaci¨®n de reportajes y notas que mencionaban un documento en que un contratista condenado por la Operaci¨®n Lava Jato, Marcelo Odebrecht, se refer¨ªa a Toffoli como el ¡°amigo del amigo de mi padre¡±. Debido a la reacci¨®n, Moraes se volvi¨® atr¨¢s d¨ªas despu¨¦s. Sin embargo, gracias a su sa?a autoritaria, Toffoli ha conseguido convertirse en el ¡°amigo del amigo de mi padre¡± para siempre, corroyendo todav¨ªa m¨¢s la imagen del Supremo. Hecho que alegr¨® mucho al M¨¢rtir, cuyo hijo cerotres ya hab¨ªa manifestado en 2018 que, para ¡°cerrar el Supremo¡±, no hac¨ªa falta ¡°ni un jeep¡±, solo ¡°un soldado y un cabo¡±. Se puso tan contento que hasta defendi¨® a la prensa, a la que suele atacar todos los d¨ªas, poniendo en riesgo a los periodistas al azuzar a sus seguidores contra ellos. El M¨¢rtir puede creer que ahora ni siquiera le hacen falta un soldado y un cabo, solo el ¡°amigo del amigo de mi padre¡±. Pero Brasil sigue siendo una democracia.
Y como Brasil sigue siendo una democracia, ¡°el amigo del amigo de mi padre¡± Dias Toffoli sigue con una investigaci¨®n abierta por ¨¦l mismo, a petici¨®n de s¨ª mismo, en una relaci¨®n de s¨ª a s¨ª, que indaga la publicaci¨®n de ofensas y noticias falsas contra magistrados del Supremo, permitiendo el bloqueo de redes sociales, la invasi¨®n de casas de personas y confiscaci¨®n de ordenadores de otros. Toffoli ha consumado la haza?a de convertir el Supremo en v¨ªctima, investigador y juez, todo a la vez, como explican los juristas. Y todo con el m¨¢s estricto respeto a la ley y a las libertades democr¨¢ticas, porque Brasil, como se sabe, sigue siendo una democracia.
Como el M¨¢rtir siente mucho aprecio a la democracia, env¨ªa al cerotres para que aprenda con el presidente m¨¢s autoritario de Europa
Al hijo cerotres, que tambi¨¦n es diputado federal, no le gusta solo amenazar con cerrar el Supremo. Como dice el M¨¢rtir, padre orgulloso de sus ¡°chicos¡±, tambi¨¦n ¡°le gusta mucho viajar¡±. Por eso estuvo en Italia y Hungr¨ªa la semana pasada. Cont¨® en una red social que aprendi¨® mucho con el presidente de extrema derecha Viktor Orb¨¢n, especialmente sobre ¡°el trato con la prensa sin el pol¨ªticamente correcto¡±. Orb¨¢n construy¨® una prensa formada principalmente por aliados, transformando gran parte de los medios independientes en portavoces del Gobierno. Es decir: la libertad de prensa en Hungr¨ªa es una ficci¨®n y el gobierno autoritario controla la divulgaci¨®n de la informaci¨®n. Orb¨¢n tambi¨¦n cre¨® un tribunal paralelo, controlado por su ministro de Justicia, que, mira t¨² qu¨¦ conveniente, trata de cuestiones como elecciones, corrupci¨®n y derecho a manifestarse. El gobierno del M¨¢rtir tiene dos cancilleres: uno de ellos es el cerotres, sin oficialidad en el cargo pero con mucha efectividad en la pr¨¢ctica, un chico al que le gusta mucho viajar para conocer la democracia de pa¨ªses como Hungr¨ªa.
Como Brasil es una democracia, los electores del M¨¢rtir tienen toda la libertad para afirmar que ¡°les han enga?ado¡±, como muchos, cada vez m¨¢s, afirman. Esta semana, sin ir m¨¢s lejos, he o¨ªdo decir a un evang¨¦lico: ¡°?Minti¨®! Enga?¨® al pastor. Nadie sab¨ªa que har¨ªa eso¡±. Y quien aprecia los hechos se ve en la tesitura de defender incluso al M¨¢rtir. ?l no minti¨®. Bolsonaro no cometi¨® fraude electoral. Est¨¢ siendo exactamente lo que siempre ha sido, est¨¢ haciendo exactamente lo que dijo que har¨ªa. Con m¨¦todo y con velocidad.
En la ¡°par¨¢lisis¡± que afecta al gobierno por las ¡°crisis¡± provocadas por Bolsonaro y su corte, como sugieren algunos analistas, no cuenta ni la rapidez de la destrucci¨®n de las pol¨ªticas p¨²blicas ni el retraso intencional de los compromisos asumidos anteriormente que el gobierno actual no quiere cumplir. Olavo, el gur¨², es todo lo que ya hemos visto que es, pero burro, no. Escogi¨® la palabra ¡°m¨¢rtir¡± con mucha intenci¨®n. M¨¢rtir es el que se sacrifica por la causa. Tenemos ah¨ª otra perversi¨®n. Bolsonaro no se sacrifica por la causa: ¨¦l sacrifica la causa en su nombre.
En la cuenta atr¨¢s, quedan 1346 d¨ªas. Si termina. El tama?o y la profundidad del martirio depender¨¢n de nuestra capacidad de salir de delante de la retransmisi¨®n del culebr¨®n y empezar a ser protagonistas del Brasil real.
Eliane Brum es escritora, reportera y documentalista. Autora de los libros de no ficci¨®n Coluna Prestes ¨C o Avesso da Lenda, A Vida Que Ningu¨¦m v¨º, O Olho da Rua, A Menina Quebrada, Meus Desacontecimentos, y de la novela Uma Duas. Sitio web: desacontecimentos.com. E-mail: elianebrum.coluna@gmail.com. Twitter: @brumelianebrum/ Facebook: @brumelianebrum
Traducci¨®n de Meritxell Almarza.
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