Cristina, o ese fuego que no se apaga
Macri estaba seguro de ser reelecto porque el rechazo a Kirchner era tan sostenido y mayoritario que cre¨ªa que los argentinos lo preferir¨ªan a ¨¦l. Pero eso ha empezado a cambiar
El mercado del libro argentino est¨¢ conmovido por la llegada del que, probablemente, sea el fen¨®meno editorial de la d¨¦cada. El libro estrella se llama Sinceramente y su autora es Cristina Kirchner, la expresidenta de Argentina. Las librer¨ªas ya han recibido reservas que superan ampliamente la enorme edici¨®n prevista por Random House. Kirchner lo presentar¨¢ en la prestigiosa feria del libro de Buenos Aires, lo que ser¨¢ un acto pol¨ªtico que desbordar¨¢ la exposici¨®n. Luego recorrer¨¢ el pa¨ªs con Sinceramente a cuestas, y a cada parada, le hablar¨¢ a miles de argentinos que la escuchar¨¢n fascinados, el pecho henchido de emoci¨®n, los ojos llenos de l¨¢grimas.
Esa gira coincidir¨¢ con la campa?a presidencial de este a?o, que ya la tiene como favorita. Hasta aqu¨ª Macri estaba seguro de ser reelecto porque el rechazo a Kirchner era sostenido y mayoritario y ese dato bastaba para asegurar su triunfo, aun con la econom¨ªa tan maltrecha y los precios de los alimentos por las nubes. Pero eso ha empezado a cambiar. La semana pasada un trabajo de una encuestadora vinculada al Gobierno reflej¨® que en la segunda vuelta, que se realizar¨¢ en noviembre, Kirchner le ganar¨ªa a Macri por la holgada diferencia de nueve puntos.
Todo esto ha generado un frenes¨ª. El dato de que Kirchner est¨¢ ganado la presidencial gener¨® una ca¨ªda fuerte de las acciones argentinas en el mundo, una huida de los bonos del estado nacional y una presi¨®n sobre el valor del d¨®lar: los inversores financieros temen que Kirchner incumpla con los pagos de la deuda e imponga de nuevo un r¨ªgido control de capitales. Es de pensar que esa inestabilidad fortalecer¨¢ a¨²n m¨¢s a Kirchner y as¨ª hasta su regreso al poder.
No todo, sin embargo, ser¨¢ tan sencillo. El 21 de mayo, en medio de la campa?a, Kirchner deber¨¢ sentarse por primera vez frente a un tribunal, que la juzgar¨¢ por hechos de corrupci¨®n. Kirchner es propietaria de una fortuna formidable, cuyo origen nunca ha podido, sabido o querido explicar y gran parte de sus colaboradores est¨¢n entre rejas por haber robado. Ante la posibilidad de que su hija fuera detenida, Kirchner decidi¨® enviarla a Cuba, donde reside hace semanas, con el argumento de que su estado de salud le impide volver.
As¨ª las cosas, el drama crece.
En pocos meses, si las encuestas se confirman, Kirchner ser¨¢ presidenta.
De lo contrario, terminar¨¢ presa.
En el medio, su libro bate r¨¦cords de ventas.
Y el pa¨ªs se acude al ritmo de la inflaci¨®n, el precio de los bonos, el exasperante subibaja del d¨®lar.
Los escollos que aun debe sortear Cristina Kirchner para volver a la presidencia no se agotan en las causas por corrupci¨®n. Hay una paradoja que se ha repetido en los ¨²ltimos a?os. Siempre parece que va a ganar. Pero al final, pierde. As¨ª ha sucedido desde que lleg¨® al poder en 2007: su partido perdi¨® cuatro de las cinco elecciones en las que se present¨®. Eso sucede porque la porci¨®n de la sociedad que la sigue es muy estridente y, por momentos, agresiva. Eso ahuyenta a una mayor¨ªa silenciosa que, al final del proceso electoral, la ha rechazado una y otra vez.
La ventaja que tiene Kirchner hoy obedece a que la sociedad est¨¢ fastidiada, y con tanta raz¨®n, con el Ejecutivo de Macri. Pero su irrupci¨®n como favorita reactivar¨¢ los debates sobre lo que ocurri¨® en su Gobierno. Hasta aqu¨ª la mayor¨ªa le ha recriminado la falta de inversi¨®n en infraestructura -que deriv¨® en choques de trenes, inundaciones evitables y en cortes habituales de luz el¨¦ctrica-, la inflaci¨®n, la ostensible corrupci¨®n, el aumento de la pobreza, la perdida de la autonom¨ªa energ¨¦tica. Kirchner le entreg¨® a Macri un pa¨ªs peor que el que recibi¨®. Macri empeor¨® las cosas. En el primer dato, radica la fortaleza del presidente. En el segundo, la de su antecesora. En el medio, un pa¨ªs muy herido.
En Am¨¦rica Latina suceden varias historias que superan a la ficci¨®n. Un expresidente peruano se pega un tiro para no ir preso en el pa¨ªs donde todos los expresidentes est¨¢n presos o pr¨®fugos; millones de venezolanos huyen del hambre y del autoritarismo de Nicol¨¢s Maduro; un militar que odia a los homosexuales y al comunismo gobierna el poderoso Brasil, donde su principal opositor est¨¢ detenido; M¨¦xico sigue estremecido por las matanzas del narco.
A tanto color y dramatismo, la Argentina le suma la historia del pa¨ªs de las crisis recurrentes, la inflaci¨®n galopante, el d¨®lar loco, los inversores que llegan, hacen su veranito, dejan un tendal y huyen, y en el que Cristina Kirchner define su futuro entre el poder y la c¨¢rcel. En la contratapa de su libro, advierte: "Creyeron que terminar¨ªan bati¨¦ndome. Es claro que no me conocen". Tiene raz¨®n. Cristina Kirchner es un fuego que no se apaga. Seguir¨¢ ardiendo, en una celda, como lo desean sus enemigos, o en la Casa Rosada, como lo desea ella. Nadie serio podr¨ªa asegurar cual de los dos destinos es m¨¢s tenebroso.
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