Macron ensaya m¨¦todo: m¨¢s poder para el primer ministro y el Gobierno
El Ejecutivo franc¨¦s pone en marcha las medidas para responder al malestar de los 'chalecos amarillos'
¡°Ir r¨¢pido y hacerlo bien¡±. Con este objetivo, el primer ministro franc¨¦s, ?douard Philippe, convoc¨® este lunes a sus ministros y a los responsables de la mayor¨ªa parlamentaria para poner en marcha la bater¨ªa de medidas que la semana pasada el presidente, Emmanuel Macron, anunci¨® en respuesta a la crisis de los chalecos amarillos. Entre estas, figura una reducci¨®n del impuesto sobre la renta, lo que obliga al Gobierno franc¨¦s a buscar c¨®mo compensar la ca¨ªda de ingresos. A partir de ahora Macron, acusado de acaparar poder, quiere delegar m¨¢s en su primer ministro. La reuni¨®n era un primer ensayo.
Macron ha dado a menudo la impresi¨®n, durante los primeros a?os en el poder, de ser un presidente que quer¨ªa estar en todos los sitios a la vez y hacerlo todo. Ejerc¨ªa de jefe de Estado y de Gobierno. Y tambi¨¦n de ministro. Y de legislador. Nadie deb¨ªa hacerle sombra; solo ¨¦l daba la cara. Nadie m¨¢s.
El inconveniente fue que, cuando las cosas empezaron a torcerse, careci¨® de un pararrayos, un ministro o un primer ministro que recibiese los golpes en su lugar y le protegiese. Un elemento com¨²n en la revuelta de los chalecos amarillos ¡ªlos franceses de la clase media empobrecida que ya llevan casi medio a?o manifest¨¢ndose¡ª era el odio al presidente de la Rep¨²blica.
Los chalecos amarillos ¡ªahora unos pocos cada fin de semana, con espor¨¢dicos estallidos de violencia¡ª y el llamado gran debate nacional, que congreg¨® a decenas de miles de ciudadanos por todo Francia, han obligado a Macron a cambiar. Quiz¨¢ no de pol¨ªticas, pues, sobre el papel su agenda reformista, con acentos social-liberales, sigue en pie. Pero s¨ª en el estilo.
La impostaci¨®n mon¨¢rquica ¡ªesa voluntad, que el propio presidente ha teorizado, de ocupar el espacio que dej¨® vac¨ªo el rey al ser decapitado en 1793¡ª deja paso a las proclamaciones de humildad. El nuevo m¨¦todo implica ceder poder a su primer ministro, a sus ministros y a los diputados.
En la rueda de prensa de m¨¢s de dos horas en el Palacio del El¨ªseo, el jueves pasado, Macron fue expresamente vago en muchas de sus propuestas. Anunci¨® una subida de las pensiones m¨¢s bajas, una descentralizaci¨®n de los servicios del Estado o una bajada de impuestos para las clases medias valorada en 5.000 millones de euros.
Lo que el presidente present¨® este d¨ªa eran las grandes l¨ªneas, la visi¨®n. Pero eludi¨® explicar los detalles: las cifras, el calendario, los responsables de ponerlo en pr¨¢ctica. De esto empezaron a ocuparse Philippe y los participantes en el seminario gubernamental Matignon, el palacio que alberga la oficina del jefe de Gobierno en Par¨ªs. El plazo: en los pr¨®ximos seis meses deber¨¢n haberse presentado todas las medidas en detalle.
Que funcionen es otra cuesti¨®n. Las protestas han perdido fuerza, aunque las autoridades temen que este 1 de mayo sirva para visualizar la uni¨®n de todos los descontentos con las pol¨ªticas de Macron y su gesti¨®n de la crisis. Tambi¨¦n temen disturbios. Pero las medidas del Gobierno miran m¨¢s all¨¢ de los chalecos amarillos: a los franceses que no se han movilizado pero tambi¨¦n ven con inquietud el futuro. Y al electorado conservador que el presidente corteja para las elecciones europeas del 26 de mayo.
¡°Es una jornada de trabajo para fijar qui¨¦n hace qu¨¦ y cu¨¢ndo¡±, explic¨® Philippe a primera hora de ma?ana. El formato era in¨¦dito en esta legislatura: presidentes de grupo y comisiones en la Asamblea y el Senado, adem¨¢s de ministros, encerrados durante un d¨ªa en Matignon.
A la vez, el ejercicio responde a las pr¨¢cticas tradicionales de la V Rep¨²blica, fundada por el general De Gaulle en 1958: el presidente ofreciendo las grandes orientaciones y los poderes ejecutivo y legislativo aplic¨¢ndolas. Demasiadas veces en estos a?os los ministros, y a¨²n m¨¢s los diputados de la mayor¨ªa presidencial, se sintieron como comparsas de las decisiones tomadas de antemano en c¨ªrculo reducido del El¨ªseo.
Macron no cree que la revuelta de los chalecos amarillos estallase porque sus pol¨ªticas fuesen err¨®neas. Tampoco se aferra a la excusa tradicional de muchos pol¨ªticos sobre los errores de comunicaci¨®n.
El argumento es m¨¢s bien que los fallos han estado en la ejecuci¨®n. Es decir, las leyes son adecuadas pero su efectividad se diluye en la burocracia y no llegan a los franceses, o llegan tarde y mal. Por eso en Matignon no se habl¨® solo del cu¨¢ndo y el qu¨¦: la financiaci¨®n de rebaja de impuestos, el pol¨¦mico l¨ªmite de los 80 kil¨®metros por hora en las carreteras o el contenido de la reforma constitucional. Tambi¨¦n se habl¨® del c¨®mo.
Lo dice la Constituci¨®n: "El Gobierno determina y conduce la pol¨ªtica de la naci¨®n", y "el primer ministro dirige la acci¨®n del Gobierno". Las tensiones entre el El¨ªseo y Matignon forman parte, por definici¨®n, de la V Rep¨²blica. Pero el protagonismo de ?douard Philippe ¡ªun hombre de la derecha moderada, exalcalde de Le Havre, el leal y a veces desdibujado colaborador de Macron¡ª tambi¨¦n es un regreso a la normalidad.
La factura de los 'chalecos amarillos'
La factura de los chalecos amarillos -un movimiento que nunca ha convocado m¨¢s de 300.000 manifestantes en toda Francia y ahora congrega a unos miles, pero persiste seis meses despu¨¦s de comenzar- ya se eleva a como m¨ªnimo a 15.000 millones de euros. En diciembre de 2018, tras las primeras manifestaciones multitudinarias y violentas, con carreteras y rotondas bloqueadas por toda Francia, el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, adopt¨® un plan para aumentar el poder adquisitivo de las clases medias empobrecidas valorado en unos 10.000 millones de euros. En paralelo, Macron convoc¨® el gran debate nacional: miles de reuniones donde los ciudadanos pod¨ªan expresar sus quejas y peticiones. El debate se prolong¨® entre mediados de enero y mediados de abril. El propio Macron particip¨® en 14 reuniones durante un centenar de horas. De este experimento de democracia directa sali¨® una lista de propuestas que deben definir la segunda mitad del quinquenio presidencial. Entre estas, destaca la rebaja del impuesto sobre la renta, cuantificada en 5.000 millones de euros. El Gobierno franc¨¦s busca c¨®mo compensar esta p¨¦rdida de ingresos. Macron ha mencionado la necesidad de reducir el gasto p¨²blico y de que los franceses trabajen m¨¢s, pero la opci¨®n m¨¢s inmediata parece ser eliminar ventajas fiscales para las empresas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.