La cuenta de Andorra que cerc¨® a Alan Garc¨ªa
La revelaci¨®n de que un alto cargo del expresidente peruano ocult¨® un mill¨®n en el Principado acorral¨® al fallecido exmandatario
Se llama 0081200289077. Fue abierta el 16 de octubre de 2007. Y acumul¨® un saldo de 1,3 millones de d¨®lares (1,1 millones de euros). Una enigm¨¢tica cuenta bancaria en Andorra ha resultado clave para entender la conexi¨®n entre el gigante brasile?o de la construcci¨®n Odebrecht, protagonista de la mayor trama de sobornos de Am¨¦rica, y el expresidente peruano Alan Garc¨ªa.
El exmandatario, que se suicid¨® de un disparo el pasado mes antes de ser arrestado en su casa de Lima por su v¨ªnculo con Odebrecht, aterriz¨® en el radar de los investigadores en 2017. Fue entonces cuando EL PA?S desvel¨® que un alto cargo de su segundo gobierno (2006-2011), el exvicepresidente de la compa?¨ªa estatal Petr¨®leos del Per¨² Faresh Miguel Atala Herrera, manej¨® un dep¨®sito en la Banca Privada d¡¯Andorra (BPA). Y que lo hizo a trav¨¦s de una misteriosa sociedad creada en Panam¨¢, Ammarin Investment.
Para entender la historia hay que viajar a 10.000 kil¨®metros de Lima. Flanqueado por monta?as, Andorra es un pa¨ªs de 77.000 habitantes que goza de un singular atractivo para las fortunas internacionales: La garant¨ªa de un Estado al suroeste de Europa y el secreto bancario que blind¨® sus cuentas hasta 2015.
Los due?os de la BPA, los hermanos Higini y Ram¨®n Cierco, conocen esta circunstancia. Y deciden exprimirla. El banco se fija como objetivo engrosar su cartera de clientes en Latinoam¨¦rica. Dise?a un plan y teje una extensa red comercial donde desempe?a un papel capital el uruguayo Andr¨¦s Norberto Sanguinetti Barros, alias Betingo.
Es precisamente Betingo ¨Cseg¨²n los investigadores- el empleado de la BPA que consigue que Odebrecht, la mayor constructora de Am¨¦rica -168.000 empleados y tent¨¢culos en 28 pa¨ªses- desembarque como cliente en el banco andorrano. La compa?¨ªa decide usar la instituci¨®n financiera para los manejos de su Departamento de Operaciones, una oscura unidad de negocios especializada en comprar voluntades. La BPA se convierte as¨ª en pieza de un mecanismo off shore por donde circulan sobornos millonarios que acaban en el bolsillo de pol¨ªticos, presidentes y altos funcionarios de 12 pa¨ªses de Latinoam¨¦rica. El entramado se conecta con una mara?a de testaferros y bancos con China, Alemania, Bahamas y Suiza.
Entre los responsables a los que Odebrecht agasaja a trav¨¦s de Andorra figura Miguel Atala Herrera. La relaci¨®n entre el que fuera n¨²mero dos de Petr¨®leos del Per¨² entre 2008 y 2011 y el banco arranca 15 meses despu¨¦s de que el expresidente inicie su segundo mandato.
Las tretas del 'n¨²mero dos' de Petr¨®leos del Per¨²
En el Know Your Customer (conozca a su cliente, en ingl¨¦s), una suerte de tercer grado donde los aspirantes a abrir una cuenta deben explicar el origen de los fondos, Atala Herrera se presenta como un empresario inmobiliario con intereses en los sectores agr¨ªcola y textil. Anuncia un primer ingreso de un mill¨®n de d¨®lares (900.000 euros) y comunica que prev¨¦ colocar hasta 10 (8,6 millones de euros) en los meses sucesivos. Justifica sin entrar en detalles que el dinero procede de ¡°una operaci¨®n de inversores brasile?os¡±.
La BPA abre la cuenta al alto cargo de Garc¨ªa. Alala Herrera aparece en el dep¨®sito con su hijo Samir Atala Nemi, de 41 a?os. Poco importa la vaguedad de sus justificaciones. Tampoco parece pesar demasiado que Atala Herrera aparezca en las bases que maneja la entidad como una Persona Pol¨ªticamente Expuesta (PEP). Una etiqueta para identificar a cargos p¨²blicos o exdirigentes susceptibles de recibir fondos manchados por corrupci¨®n.
La caja de los truenos estalla en marzo de 2015. Ocurre entonces un hecho inesperado: la intervenci¨®n de la BPA. Las autoridades andorranas se hacen con el control del banco por un presunto caso de blanqueo de capitales. La circunstancia aflora centenares de actas internas y confidenciales del departamento de compliance (prevenci¨®n de riesgos), el diario secreto del banco donde un comit¨¦ de expertos debate sobre la entrada de los clientes m¨¢s problem¨¢ticos. Afloran entonces decenas de nombres de dirigentes latinoamericanos sobornados en el pa¨ªs pirenaico por Odebrecht. Las coimas (cohechos) llegan a trav¨¦s de sociedades instrumentales como Klienfeld. Y bajo la ficci¨®n de supuestos trabajos de asesor¨ªa que no existen.
El nombre de Atala Herrera suena como una bomba en Per¨². La publicaci¨®n de este peri¨®dico de su cuenta en Andorra desata un tsunami. Su abogada andorrana env¨ªa una carta a EL PA?S para arremeter contra la informaci¨®n.
Pero ya es tarde. La revelaci¨®n planea en los cen¨¢culos pol¨ªticos. Y vira el foco de los investigadores hacia Alan Garc¨ªa, que desde 2017 estaba siendo investigado por la Fiscal¨ªa peruana por un presunto caso de tr¨¢fico de influencias relacionado con la adjudicaci¨®n de la obra de la L¨ªnea 1 del Metro de Lima, donde particip¨® Odebrecht.
El siguiente cap¨ªtulo es la confesi¨®n. Tras ser arrestado el pasado abril, Atala Herrera admite a los investigadores que sus fondos en Andorra pertenecen a Garc¨ªa, como revel¨® IDL Reporteros. Una acusaci¨®n, la de testaferro, que mantiene tambi¨¦n el exdirectivo de Odebrecht en Per¨² Jorge Barata. Sostuvo este ¨²ltimo que la constructora destin¨® fondos a la campa?a de Garc¨ªa de 2006. Un hito conectado supuestamente con una misteriosa cuenta en un pa¨ªs al suroeste de Europa.
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