Israel y Ham¨¢s mantienen las espadas en alto en Gaza mientras observan una fr¨¢gil tregua
Netanyahu avisa de que la campa?a militar a¨²n no ha terminado tras la mayor escalada en cinco a?os
¡°En los dos ¨²ltimos d¨ªas hemos golpeado a Ham¨¢s y a la Yihad Isl¨¢mica con gran fuerza¡±, sali¨® Benjam¨ªn Netanyahu al paso de quienes cuestionaban en Israel el alto el fuego vigente en Gaza desde la madrugada del lunes. ¡°La campa?a no ha terminado: requiere paciencia, sangre fr¨ªa y reflexi¨®n¡±, advirti¨® el primer ministro tras la mayor escalada b¨¦lica registrada desde 2014 en la Franja mediterr¨¢nea palestina. El sangriento estallido se ha saldado con la muerte de 25 palestinos bajo los bombardeos y de cuatro civiles israel¨ªes alcanzados por cohetes.
A apenas 10 kil¨®metros de la frontera de Gaza, la vida cotidiana rebrotaba este lunes en las calles de Ashkelon tras la lluvia de proyectiles que durante el fin de semana sembr¨® el p¨¢nico en esta ciudad costera de 135.000 habitantes. Las im¨¢genes de las familias que hu¨ªan a la carrera hacia los refugios parec¨ªan olvidadas tras el regreso de los alumnos a las escuelas.
En la casa de Moshe Agadi, la metralla del cohete Qasam que le seg¨® la vida ha dejado cicatrices abiertas en la fachada. Este jud¨ªo de origen iran¨ª de 58 a?os se convirti¨® en la primera v¨ªctima mortal israel¨ª de un misil palestino desde?la devastadora guerra de 2014. En menos de dos d¨ªas se dispararon 690 proyectiles hacia Israel y fueron bombardeados 350 objetivos en la Franja palestina: razones de sobra para una deflagraci¨®n armada.
¡°La brigada de infanter¨ªa Golani, la s¨¦ptima brigada acorazada y los refuerzos de artiller¨ªa siguen desplegados junto las tropas de la Divisi¨®n de Gaza en la frontera¡±, detallaba en Ashkelon el teniente coronel Jonathan Conricus. ¡°Seguimos con atenci¨®n los acontecimientos; tenemos ¨®rdenes de mantener la movilizaci¨®n¡±, reconoci¨® el portavoz internacional del Ej¨¦rcito.
La mediaci¨®n de Egipto, respaldada por Naciones Unidas y Qatar, favoreci¨® el cese de hostilidades declarado oficiosamente por Ham¨¢s. La defensa civil levant¨® despu¨¦s las restricciones militares al tr¨¢fico, en un mensaje sobrentendido de que Israel suscrib¨ªa la tregua.
No es un buen momento para la guerra. Precisamente ayer se inici¨® al amanecer el ayuno del mes sagrado musulm¨¢n de Ramad¨¢n. Ma?ana arrancan los actos de la fiesta nacional de Israel. Y la semana pr¨®xima se celebra en Tel Aviv el festival de?Eurovisi¨®n con la ambici¨®n de proyectar una imagen de modernidad del pa¨ªs.
Los portavoces castrenses sostienen que los bombardeos de precisi¨®n sobre Gaza han evitado v¨ªctimas colaterales, pero la mitad de los palestinos fallecidos en los ataques son civiles. Es es el caso del matrimonio localizado ayer entre los escombros de su casa en el norte del enclave. Dos mujeres embarazadas, un beb¨¦ y un menor han perdido tambi¨¦n la vida en las operaciones del fin de semana. M¨¢s de 75 casas han sido destruidas en los bombardeos y 420 han resultado da?adas.
El Ej¨¦rcito se felicita tambi¨¦n de haber interceptado, gracias al escudo antimisiles C¨²pula de Hierro, el 85% de los cohetes palestinos disparados hacia zonas pobladas. Dado que tres cuartas partes de los proyectiles cayeron en descampados, m¨¢s de dos decenas de Qasam impactaron finalmente en ¨¢reas densamente habitadas.
Este margen de error le parece insoportable a Alon Davidi, alcalde de Sderot, localidad de 28.000 habitantes situada a solo tres kil¨®metros de la l¨ªnea divisoria con Gaza. ¡°La tregua no va a cambiar nada¡±, sostiene el regidor. ¡°Si el Ej¨¦rcito no lanza una contundente operaci¨®n terrestre, Israel nunca podr¨¢ acabar con la amenaza de los cohetes¡±. Los vecinos de Sderot solo disponen de unos segundos para acudir a los refugios antia¨¦reos cuando ululan las sirenas de alarma, por ello la mayor¨ªa de las viviendas cuentan con una zona segura para resguardar a sus moradores.
Escuela perforada por la metralla
La escuela infantil de educaci¨®n especial Ella, situada en el barrio de Neve Skoll de Sderot, no ten¨ªa refugio. Ahora se encuentra perforada por la metralla de un cohete que revent¨® el domingo en su patio. Los alumnos, de entre tres y seis a?os, estaban ocultos en sus casas. ¡°Vamos a reconstruirla como un b¨²nker¡±, anunciaba el vicealcalde Elad Kanimi en medio de los trabajos de reparaci¨®n.
Israel no parece estar dispuesto a asumir la muerte de cuatro civiles sin castigar a las milicias palestinas que han disparado andanadas de cohetes contra zonas residenciales. Los analistas de la prensa israel¨ª interpretan que el mensaje lanzado por Netanyahu para mantener en pie la ofensiva, a pesar de la tregua, augura un nuevo conflicto en Gaza.
Reimponer la disuasi¨®n armada sin debilitar por completo al gobierno de facto islamista instalado desde hace 12 a?os. Es la f¨®rmula que apunta Amos Harel, analista militar de Haaretz. Ham¨¢s ¡ªque reclama ayudas econ¨®micas para paliar la miseria (y la contestaci¨®n social que le acecha) a cambio del alto el fuego¡ª puede representar un mal menor frente a alternativas de poder de grupos salafistas o yihadistas que fueron laminados en el pasado por sus milicianos.
La cadena de incidentes que desat¨® el conflicto
Una cadena de incidentes violentos en la frontera desencaden¨® el viernes la escalada de enfrentamientos. Dos militares israel¨ªes resultaron heridos de bala en un ataque atribuido a las brigadas Al Quds, ala militar de la Yihad Isl¨¢mica. En represalia, dos milicianos de las brigadas Ezedin Al Qasam, brazo armado de Ham¨¢s, murieron poco despu¨¦s en un ataque de la aviaci¨®n militar israel¨ª. En la madrugada del s¨¢bado se dispararon los primeros cohetes hacia Israel, que replic¨® con bombardeos a¨¦reos masivos. El domingo, la espiral de violencia parec¨ªa estar fuera de control.
El nuevo l¨ªder de la oposici¨®n israel¨ª, el exgeneral Benny Gantz, ha calificado de ¡°capitulaci¨®n ante la extorsi¨®n de las organizaciones terroristas¡± el cese de hostilidades. El centrista Gantz, que fue el jefe de las Fuerzas Armadas que dirigi¨® la guerra de 2014 en Gaza, trata de sacar partido de las protestas en el sur del pa¨ªs contra la gesti¨®n de la crisis.
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