La Uni¨®n Europea ser¨¢ social o no ser¨¢
Es necesario completar y ampliar el giro social iniciado con timidez en la legislatura que ahora acaba
Aunque ¨²ltimamente a menor ritmo, la econom¨ªa europea tira. Pero muchos no lo notan.
Esos muchos son los m¨¢s d¨¦biles y vulnerables. Y hasta que no se les rescate de su mala fortuna, podr¨¢n ser v¨ªctimas de la demagogia populista, antidemocr¨¢tica y antieuropea. Y el modelo social continental basado en el Estado del bienestar seguir¨¢ funcionando a medio gas.
Por eso hay que completar y ampliar el giro social iniciado con timidez en la legislatura que ahora acaba, con la Garant¨ªa juvenil de empleo para los menores de 25 a?os y la proclamaci¨®n del Pilar europeo de derechos sociales, a¨²n no vinculante.
La econom¨ªa tira, y la Gran Recesi¨®n es, en cifras globales, solo historia. Llevamos 24 trimestres (seis a?os) de crecimiento econ¨®mico ininterrumpido.
Las finanzas p¨²blicas se han enderezado, de modo que el d¨¦ficit presupuestario de los Veintiocho se ha reducido, desde la crisis, a la d¨¦cima parte: del 6,6% del PIB en 2009 al 0,6% en 2018. Y se ha dejado atr¨¢s la penosa pol¨ªtica de austeridad excesiva.
La inversi¨®n vuelve a sus niveles precrisis, ayudada por los 400.000 millones levantados por el Plan Juncker. Y se ha reiniciado la convergencia territorial, tras a?os de verse sustituida por la divergencia.
El desempleo ha bajado del 11% en 2013 al 6,4% en marzo de 2019: aproximadamente a la mitad, pero a¨²n cerca de los 16 millones de parados. Y desde 2014 se han creado 15 millones de puestos de trabajo.
Todo eso es cierto, pero no es toda la verdad. Porque las cifras brillantes suelen tapar los rincones sucios, justo los susceptibles de mantener o aumentar la indignaci¨®n. Que es el r¨ªo revuelto donde pescan siempre los extremismos populistas.
As¨ª ocurre con los j¨®venes, que siguen duplicando la tasa media del paro (del 6,4%), con el 14,6%. Y con algunos territorios: Espa?a la reduplica, con el 32,4%. O con los parados de larga duraci¨®n.
Al malestar social contribuye la mayor lentitud de los salarios en recuperarse, que los beneficios o la econom¨ªa en general. Entre 2010 y 2017 han crecido un 1,7%, cuando en el septenio previo a la crisis (2000 a 2007) lo hicieron al 2,5%. Y si en 2010 supon¨ªan el 57% de la tarta del PIB, ahora estamos en el 55% y vamos abajo.
Los salarios tienen tambi¨¦n m¨¢s zonas oscuras: el precariado, el exceso de trabajo temporal o a tiempo parcial indeseado. Como de esos rincones sale la sombra, hay que iluminarlos.
Para ello, del programa social de la Comisi¨®n (muy bien seleccionado y enfatizado en la contribuci¨®n de Espa?a a la cumbre del pasado jueves en Sibiu), habr¨ªa que acelerar en especial en tres proyectos:
¡ª Salario m¨ªnimo. Solo rige, todav¨ªa, en 22 de los 28 Estados miembros.
¡ª Pol¨ªticas activas de empleo: sobre todo, reforzar la Garant¨ªa juvenil y condicionar las ayudas a los ¨¦xitos cosechados (nuestro pa¨ªs ha sido un mal ejemplo).
¡ª Seguro de desempleo europeo, ligado al presupuesto de la eurozona. Se sudar¨¢ para lograrlo, pero no es inalcanzable.
Porque Europa ser¨¢ social. O no ser¨¢.
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