El discurso antinmigraci¨®n de los radicales arraiga en Sajonia
Alternativa para Alemania (AfD) es la tercera fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs y en Sajonia aspira a ganar en breve las elecciones al Parlamento regional
Principios de mayo, en la plaza de Viena, en pleno centro de Dresde. Cerca de la estaci¨®n de tren, una muchedumbre de unas 2.000 personas, en su mayor¨ªa se?ores de edad avanzada. Siegfried D?britz habla desde el escenario. Afirma que Merkel quer¨ªa destruir Alemania cuando acept¨® la entrada de refugiados e inmigrantes en 2015. Como todos los lunes, su discurso inaugura la manifestaci¨®n de los Patriotas Europeos contra la Islamizaci¨®n de Occidente (Pegida, por sus siglas en alem¨¢n), una asociaci¨®n cuyas banderas llevan una inscripci¨®n en contra de la ¡°islamizaci¨®n de Alemania¡±.
La organizaci¨®n suscita una gran controversia en Alemania debido a las opiniones de su directiva, marcada por su pasado en asociaciones y partidos simpatizantes del fascismo y que en m¨¢s de una ocasi¨®n ha glorificado los tiempos del Tercer Reich. D?britz proviene del ambiente racista de los hooligans del f¨²tbol. Resultaba demasiado radical incluso para AfD (Alternativa para Alemania), cuyas autoridades sajonas no aprobaron que se le incluyese en las listas de las elecciones al Bundestag (Parlamento del pa¨ªs) hace dos a?os. No obstante, cae muy bien a los participantes asiduos de la manifestaci¨®n liderada por Pegida, que le llaman Zigi.
¡°Y vosotros, ?qui¨¦nes sois?¡±, pregunta recelosamente un se?or mayor que se presenta como Ewald cuando filmamos la manifestaci¨®n desde lejos. Solo se calma cuando le explicamos que somos unos periodistas de Polonia. ¡°Ah, vale, entonces est¨¢ bien. Pens¨¦ que erais de esos izquierdistas que graban nuestras caras, las suben a Internet y luego nos describen como fascistas¡±.
Ewald y sus dos compa?eros, que son de una edad similar, aseguran que asisten a las marchas de Pegida casi desde su creaci¨®n, es decir, desde 2014, y acuden a ellas regularmente.
¡°?Por qu¨¦? ?Es que no sabes nada? Todos los que vienen aqu¨ª, vienen a por algo suyo. Ninguno de los que llegaron despu¨¦s de 2015 quiere estudiar o trabajar. Solo buscan dinero. Y se supone que nosotros debemos permanecer en silencio, porque de lo contrario se nos considera extremistas¡±, interviene el amigo de Ewald.
¡°?Hay que echarlos a todos!¡±, dice agitando la mano uno de sus amigos que lleva una chaqueta que imita cuero.
Ewald hace una mueca al escuchar lo que dicen los otros dos. ¡°Esto no es del todo as¨ª...¡±, prosigue cuando nos apartamos. ¡°Ellos tienen un punto de vista diferente al m¨ªo. Tengo un hijo que vive en Baviera. Y si le pregunto cu¨¢ntos extranjeros tienen all¨ª cuando nos cruzamos en la calle con alguien de un color de piel diferente, se enoja conmigo. Me dice que puede ser que alguien que tiene un color de piel diferente lleve viviendo en Alemania desde hace generaciones, pague los impuestos y viva como un ciudadano ejemplar. Entonces pienso que es posible que tenga raz¨®n¡±.
Buenas relaciones con Polonia
Ewald vive en Niesky, a varios kil¨®metros en l¨ªnea recta desde la frontera con Polonia. Se queja que desde que desaparecieron las fronteras, ha aumentado la criminalidad. Han robado a los vecinos varias veces y la polic¨ªa nunca es capaz de atrapar a los delincuentes porque huyen al otro lado cruzando el puente sobre el r¨ªo. Y luego es como buscar una aguja en un pajar. La Uni¨®n Europea (la Euroc¨¢mara ha financiado este reportaje) no le ha dado nada, y no vive mejor desde la reunificaci¨®n de Alemania.
Muchos en Alta Lusacia (regi¨®n hist¨®rica con zonas en Sajonia, Brandeburgo y Polonia) piensan de manera similar. AfD bate r¨¦cords de popularidad, y durante las ¨²ltimas elecciones al Bundestag, en las regiones cercanas a Polonia y a la Rep¨²blica Checa, ganaba incluso a la conservadora CDU, que ha gobernado varias veces en este Estado federal. El alcalde de ese partido gobierna tambi¨¦n desde hace muchos a?os en la ciudad fronteriza de G?rlitz.
AfD ha lanzado un reto a los cristianodem¨®cratas en G?rlitz. Su candidato, Sebastian Wippel, es un expolic¨ªa. El punto clave de su programa es la restauraci¨®n de la seguridad en la ciudad. Coment¨® al peri¨®dico local Sachsische Zeitung que estaba a favor de la creaci¨®n de una valla a lo largo de la frontera. Inmediatamente estall¨® un peque?o esc¨¢ndalo porque en la fronteriza G?rlitz no se ve con buenos ojos el hablar mal sobre la colaboraci¨®n con la ciudad vecina de Zgorzelec e irritar al vecino polaco.
Wippel ha explicado que fue un malentendido. Se supon¨ªa que lo de la valla era solo una met¨¢fora; se refer¨ªa a poder atrapar a los delincuentes, v¨¢ndalos y borrachos. ¡°En el lado polaco, las autoridades no permiten beber en los espacios p¨²blicos. Los que ensucian y hacen ruido se vienen a nuestro lado¡±, afirma Wippel.
Admite que tiene las manos atadas. No puede prohibir que se beba dado que est¨¢ permitido en Alemania. Tampoco puede introducir los tan deseados controles fronterizos porque no est¨¢ dentro del ¨¢mbito de sus competencias. Por eso promete reforzar el cuerpo de polic¨ªa municipal y llevar a cabo inspecciones m¨¢s frecuentes en la zona de la frontera.
En la reuni¨®n que mantuvo con nosotros nos present¨® a dos candidatos de su partido al Ayuntamiento que cuentan con ra¨ªces polacas, y que se supone que han de demostrar que, a pesar de todo, es un candidato a la alcald¨ªa que tiene en cuenta las buenas relaciones con Polonia.
Traducci¨®n: News Clips.
Este art¨ªculo se publica en el marco de la alianza de medios LENA.