¡°El partido de Kaczynski est¨¢ destruyendo Polonia¡±
Contra el discurso del odio, Aleksandra Dulkiewicz defiende la herencia de Pawel Adamowicz, el regidor de la ciudad asesinado en enero, y la idea de una pol¨ªtica de acogida e inclusi¨®n
Aleksandra Dulkiewicz no ten¨ªa que ser alcaldesa. No ahora, por lo menos. Pero cuando el pasado 13 de enero, un joven apu?al¨® a muerte a Pawel Adamowicz, desde hac¨ªa 20 a?os alcalde de Gdansk y que hab¨ªa sido reelegido hac¨ªa tan solo unos meses, su vida ¨Cy la de toda la ciudad¨C cambi¨®. La conmoci¨®n llen¨® la calle de esta urbe a orillas del mar B¨¢ltico, donde empez¨® la Segunda Guerra Mundial y donde surgi¨® el movimiento Solidaridad que acabar¨ªa con el r¨¦gimen comunista en el pa¨ªs. Dulkiewicz (Gdansk, 1979) que hab¨ªa trabajado durante m¨¢s de una d¨¦cada en la administraci¨®n del regidor y era su n¨²mero dos, fue catapultada hacia la gesti¨®n de una situaci¨®n tr¨¢gica que pod¨ªa haber ahondado a¨²n m¨¢s las divisiones que atraviesan Polonia. Pero no pas¨®. En las elecciones que se celebraron a principios de marzo, los ciudadanos se unieron alrededor de la candidatura de esta mujer de gesto y discurso decidido y le permitieron recoger, con m¨¢s del 82% de los votos, el testigo de su mentor pol¨ªtico en la alcald¨ªa de Gdansk.?
En su despacho, austero pero lleno de luz en una ma?ana de finales de abril extraordinariamente c¨¢lida, en una estanter¨ªa, entre un vaso de tulipanes rojos y un bons¨¢i, destaca la foto de un Adamowicz sonriente, as¨ª como se le ve¨ªa en el acto ben¨¦fico al que participaba cuando fue asesinado y en el que sus ¨²ltimas palabras fueron: ¡°Gdansk es generosa, Gdansk comparte el bien, Gdansk quiere ser una ciudad de solidaridad¡±. Una frase que gu¨ªa ahora el mandato de Dulkiewicz. ¡°Nadie quer¨ªa que las elecciones se celebraran en esta situaci¨®n horrible. Ha sido dif¨ªcil, pero la gente necesitaba un l¨ªder, alguien que continuara su misi¨®n. Ahora soy la alcaldesa, la primera mujer en una ciudad con mil a?os de historia¡±, dice Dulkiewicz, y por un momento sus vivaces ojos azules se ensombrecen. ¡°No queremos olvidar. La huella de Adamowicz est¨¢ en todos los rincones de esta ciudad. Pero esta situaci¨®n nos ha unido. Es una experiencia ¨²nica en Polonia. Esta muerte p¨²blica pod¨ªa habernos puesto los unos contra los otros, pero no ha pasado¡±, asegura la alcaldesa. ¡°No soy ingenua, s¨¦ que esto no durar¨¢ para siempre, tenemos un a?o electoral complicado¡±, dice Dulkiewicz. Tras las europeas, Polonia celebrar¨¢ elecciones generales en oto?o.?
Gdansk, con sus 460.000 habitantes y el mayor puerto del pa¨ªs, era y es el ejemplo de la otra Polonia, la parte del pa¨ªs m¨¢s abierta y proeuropea que recela del ultranacionalismo del Partido Ley y Justicia?(PiS, por sus siglas en polaco), que lidera el ex primer ministro Jaroslaw Kaczynski. Aqu¨ª, en las elecciones europeas del 26 de mayo, en las que a nivel nacional gan¨® el PiS con el 46% de los votos, Coalici¨®n Europea,?un cartel formado por varios partidos y liderados por Plataforma C¨ªvica (PO), obtuvo m¨¢s del 60% y la viuda del alcalde, Magdalena Adamowicz, logr¨® un esca?o. Adamowicz, que hasta 2015 hab¨ªa sido miembro de PO, ahora el principal partido de oposici¨®n, fue objeto de una dura campa?a en las redes sociales y en los medios afines al Gobierno por sus posiciones a favor de la acogida de refugiados y de los derechos de las personas LGTBI. Hasta ahora no han emergido motivaciones pol¨ªticas detr¨¢s de su asesinado, tratado como el gesto aislado de un joven desequilibrado pero hay quien piensa que el clima de odio hacia el alcalde ha sido el caldo de cultivo de la tragedia. ¡°Los ataques contra ¨¦l en los medios p¨²blicos ¨Ccomenta su sucesora¨C fueron masivos. ?l cre¨ªa que la comunidad, la ciudad, el pa¨ªs tienen que ser abiertos al otro, sin importar su procedencia, la religi¨®n, si es viejo o joven, su orientaci¨®n sexual¡±.
La alcaldesa recibi¨® correos electr¨®nicos o comentarios en las redes sociales con amenazas que denunci¨® a la polic¨ªa. Su vida y la de su familia ¨Ces madre soltera de una ni?a de 11 a?os¨C tambi¨¦n ha cambiado, y unos guardaespaldas la siguen todo el d¨ªa. Sin embargo, las cr¨ªticas pol¨ªticas y en los medios del que fue objeto Adamowicz no se han trasladado de momento hacia Dulkiewicz. La alcaldesa cree que es porque para el Gobierno ser¨ªa contraproducente pero su juicio sobre el Ejecutivo es tajante: ¡°Ley y Justicia est¨¢ destruyendo el pa¨ªs. No digo que Polonia fuera perfecta y que todo fuera bien. Pero ellos est¨¢n demoliendo nuestro pa¨ªs: los tribunales, la constituci¨®n, nuestra posici¨®n en la UE...¡±.
Dulkiewicz ¨Cque se present¨® como independiente pero en las elecciones de este domingo a Coalici¨®n Europea??¨C tambi¨¦n recuerda que la muerte de Adamowicz no se ha utilizado para dividir a la sociedad, ¡°como s¨ª se hizo en 2010 con la cat¨¢strofe de Smolensk¡±, el accidente de avi¨®n en el que muri¨® el entonces presidente Lech Kaczynski, hermano del actual l¨ªder del PiS. La regidora defiende la necesidad de una nueva pol¨ªtica. ¡°Es algo que empieza en casa, en la familia y en la escuela que tienen que mostrar respeto hacia todas las personas. Mi abuela me dec¨ªa siempre: los pol¨ªticos son personas que salen de nuestra sociedad, no vienen de otro planeta. Es nuestro privilegio y nuestro deber tener una papeleta y decidir qu¨¦ hacer con ella. Tenemos que cambiar a los pol¨ªticos y cambiar a nosotros mismos¡±.
La responsabilidad de votar, la alcaldesa la aprendi¨® desde muy peque?a. Hija de una familia opositora, recuerda cuando, el 4 de junio de 1989, acompa?¨® a sus padres al colegio electoral, en las primeras elecciones libres de Polonia, de las que este a?o se cumple el 30 aniversario. La ciudad de Gdansk se prepara para celebrarlo por todo lo alto, tambi¨¦n para contrarrestar la ret¨®rica del partido en el Gobierno, que tacha los Acuerdos de la Mesa Redonda, que llevaron a aquellas elecciones, de ¡°traici¨®n¡±. La misma acusaci¨®n que dirige hacia el l¨ªder de Solidaridad y primer presidente de la Polonia postcomunista, Lech Walesa. ¡°Hay un intento de reescribir la historia. Ley y Justicia no puede aceptar que, por ejemplo, para m¨ª Walesa es un h¨¦roe. Como ser humano que es, tiene sus pros y sus contras, pero no le podemos borrar de la Historia, porque sin Walesa este pa¨ªs ser¨ªa completamente distinto¡±, afirma Dulkiewicz. Del taller de la sastrer¨ªa de sus abuelos sali¨® la camisa que Walesa llevaba el d¨ªa de su toma de posesi¨®n como presidente.?
Consciente de que el cambio se nutre de gestos cotidianos, cuando asumi¨® el mandato, Dulkiewicz, licenciada en derecho y cat¨®lica practicante, pidi¨® a sus conciudadanos que hicieran donaciones a ONG y dio su primer discurso cerca del monumento que recuerda a los ni?os jud¨ªos que se salvaron del Holocausto gracias a los Kindertransport, los trenes que les llevaron a Reino Unido¡ En Semana Santa mand¨® un obsequio a la madre del asesino de Adamowicz, con la que tiene intenci¨®n de reunirse: ¡°Soy madre, pienso en c¨®mo me sentir¨ªa yo si mi hijo fuera el autor de algo tan terrible¡±.?
Emp¨¢tica pero firme, a Dulkiewicz en su c¨ªrculo m¨¢s cercano la llaman ¡°primera ministra¡±. Es el apodo que le pusieron por su admiraci¨®n juvenil por Margareth Thatcher, cuya biograf¨ªa se la prest¨® precisamente Adamowicz. ?Y si fuera una profec¨ªa sobre su futuro pol¨ªtico? La alcaldesa suelta una carcajada. ¡°No lo s¨¦. De momento, soy alcaldesa de Gdansk y lo ser¨¦ hasta 2023¡±.
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