La socialdemocracia sufre una ca¨ªda hist¨®rica en su feudo de Bremen

Las malas noticias no cesan para una socialdemocracia en horas bajas. Bremen es el land m¨¢s peque?o de Alemania, pero de importancia capital este 26 de mayo. Al noroeste del pa¨ªs se ha librado este domingo una?batalla electoral regional, cuyas repercusiones trascienden con creces las fronteras del estado federado. Porque el partido socialdem¨®crata (SPD) gobierna en Bremen desde hace 73 a?os y perder este estado supondr¨ªa un golpe psicol¨®gico monumental. Los peores presagios podr¨ªan haberse cumplido, seg¨²n los primeros sondeos, que apuntan a un avance del centroderecha (CDU), con un 25,5% frente al 24,5% que habr¨ªa obtenido el SPD, seg¨²n los datos preliminares de la cadena de televisi¨®n p¨²blica ARD, que ir¨¢n ajust¨¢ndose a lo largo de la noche. Los Verdes habr¨ªan logrado una subida, alcanzando un 18% de los votos.

A partir de ahora comienza la complicada tarea de forjar coaliciones de Gobierno. Pero al margen de la f¨®rmula elegida, el resultado de Bremen detonar¨¢ con seguridad en Berl¨ªn, con una potencia de consecuencias impredecibles.

Fuentes socialdem¨®cratas auguraban recientemente que la p¨¦rdida de Bremen y/o un resultado por debajo del 20% en las europeas abrir¨ªa con certeza la caja de los truenos en el partido. Es decir, dar¨ªa pie a un intenso debate interno en el SPD, un partido que ya en las elecciones generales de 2017 cosech¨® una derrota hist¨®rica (20,5%) y que desde entonces no ha dejado de perder apoyos en las encuestas. El debate interno gira en torno a dos elementos fundamentales: la permanencia o no en el Gobierno de coalici¨®n con el bloque conservador de la canciller, Angela Merkel, y el cuestionado liderazgo de la jefa del partido, Andrea Nahles. Las semanas pr¨®ximas resultar¨¢n claves para determinar el grado de malestar y el deseo de cambio que anidan en el partido.

Declive

Con una poblaci¨®n de unos 680.000, Bremen es un diminuto Estado portuario en el que parte de los votantes han sido golpeados a lo largo de los a?os por el declive de sus astilleros y donde las empresas tecnol¨®gicas crean cada vez m¨¢s puestos de trabajo. Registra, sin embargo, un 9,7% de paro, el m¨¢s alto de toda Alemania, el pa¨ªs con menor desempleo de la Uni¨®n Europea desde principios de los noventa.

La CDU est¨¢ representada en Bremen por un empresario del mundo de la tecnolog¨ªa, Carsten Meyer-Heder, dispuesto desde hace semanas a desalojar al Gobierno rojiverde. Es un reci¨¦n llegado a la CDU que compet¨ªa con Carsten Sieling, un veterano con reputaci¨®n de competente. Pero m¨¢s all¨¢ de la coyuntura local, los analistas coinciden en que en Bremen tambi¨¦n permea el calamitoso estado del partido en el resto del pa¨ªs.

El SPD ha gobernado diez de los ¨²ltimos 14 a?os en coalici¨®n con los conservadores. La actual alianza de gobierno se forj¨® el a?o pasado a la fuerza por falta de alternativas aritm¨¦ticas y cont¨® con la oposici¨®n del ala izquierda del SPD. A pesar del roce, m¨¢s de un a?o despu¨¦s, no ha acabado de surgir el amor en este matrimonio forzado que tampoco acaba de convencer a los votantes. A finales de a?o, el SPD y la CDU deber¨¢n evaluar su permanencia en el Gobierno, seg¨²n contempla el contrato de gran coalici¨®n. Lo sucedido en la ciudad hanse¨¢tica el domingo amenaza con convertirse en un argumento crucial para quienes dentro del SPD buscan una renovaci¨®n en la oposici¨®n, lejos del centroderecha.