La herencia envenenada del Brexit
El sucesor o sucesora de Theresa May deber¨¢ lanzar a las bases conservadoras un mensaje euroesc¨¦ptico firme, pero tendr¨¢ dif¨ªcil llevarlo a la pr¨¢ctica
Unos minutos antes de que Theresa May saliera de su residencia oficial para pronunciar entre l¨¢grimas el discurso de despedida, Larry, el gato callejero que ostenta el cargo oficial de ¡°ratonero¡± del edificio, disfrutaba del sol de mayo a las puertas del n¨²mero 10 de Downing Street, ajeno a la tensi¨®n del momento. Un polic¨ªa sali¨® poco despu¨¦s y se lo llev¨® en brazos. Larry The Cat, herencia de David Cameron y con fama de perezoso y poco eficaz en su tarea, seguir¨¢ all¨ª cuando el pr¨®ximo inquilino asuma las riendas del Gobierno del Reino Unido. Igual que el Brexit.
Al menos una decena de contendientes se han lanzado a la batalla por el liderazgo del Partido Conservador. Comienza un juego en dos fases en el que lo menos relevante, durante las pr¨®ximas semanas, ser¨¢ demostrar que se tiene un plan armado y coherente para abandonar la UE antes del 31 de octubre, la ¨²ltima fecha l¨ªmite fijada por Bruselas. En primer lugar, los candidatos deber¨¢n convencer a los diputados conservadores de que son los m¨¢s adecuados para frenar la sangr¨ªa de votos que se ha escapado al Partido del Brexit del ultranacionalista Nigel Farage, el gran vencedor de las elecciones al Parlamento Europeo, seg¨²n todos los sondeos. A continuaci¨®n, deber¨¢n persuadir a m¨¢s de 100.000 afiliados con un colmillo euroesc¨¦ptico m¨¢s afilado que el del votante medio conservador de que, esta vez, no les traicionar¨¢n.
Con ese planteamiento, todas las apuestas sugieren que el vencedor de la carrera ser¨¢ el popular Boris Johnson, exalcalde de Londres. Ya ha prometido mano dura con Bruselas y ha aireado la posibilidad de renunciar a llegar a un acuerdo y salir a las bravas de las instituciones comunitarias. ¡°Hace dos semanas habl¨¦ con Boris y entend¨ª que me estaba asegurando que nunca impulsar¨ªa un Brexit sin acuerdo. Fueron 20 o 25 minutos de conversaci¨®n y sal¨ª convencido de lo que dec¨ªa. Ahora parece que est¨¢ a favor de un Brexit a las bravas. Por eso no estar¨ªa nunca en un Gobierno de Boris Johnson¡±, dijo este s¨¢bado Rory Stewart, secretario de Estado para el Desarrollo Internacional, extutor de los pr¨ªncipes Guillermo y Enrique y uno de los pol¨ªticos que m¨¢s lealtad ha expresado a Theresa May hasta su ¨²ltimo d¨ªa.
Stewart ha sido el primero en se?alar que el emperador est¨¢ desnudo, pero quiz¨¢ de un modo inconsciente ha puesto sobre la mesa la principal virtud en potencia de Johnson.
Sea quien sea el sucesor o sucesora de May, se encontrar¨¢ con la misi¨®n imposible de renegociar un Brexit al que Londres y Bruselas han dedicado tres a?os hasta el agotamiento. Y la UE ya ha advertido de que no tiene intenci¨®n de modificar una sola coma del texto. As¨ª que las opciones sobre la mesa se reducen a cuatro. En el ambiente de pesimismo posterior a la renuncia de May, la m¨¢s amenazante resulta la de tirar adelante con un Brexit salvaje. Legalmente, el nuevo inquilino de Downing Street podr¨ªa imponer su criterio, aunque la mayor¨ªa del Parlamento haya mostrado ya su rechazo a esa opci¨®n.
¡°Es una tarea casi imposible que los diputados puedan detener a un primer ministro decidido a salir de la UE sin acuerdo. Las reglas parlamentarias no ofrecen ninguna ruta y el ¨²nico modo de bloquearlo ser¨ªa con una moci¨®n de censura, una apuesta demasiado arriesgada para los conservadores¡±, ha escrito Maddy Thimont, investigadora en el equipo del Brexit del Instituto para el Gobierno, uno de los principales centros de pensamiento brit¨¢nicos. Pero la crisis constitucional que abrir¨ªa un enfrentamiento de ese calado entre el Gobierno y el legislativo la convierte en una opci¨®n impensable.
Un segundo refer¨¦ndum
Podr¨ªa cobrar fuerza la alternativa de un segundo refer¨¦ndum, pero su impopularidad entre los conservadores es de tal calado que su mera sugerencia fue el detonante que acab¨® con la carrera pol¨ªtica de May.
Quedan dos opciones, productos a¨²n de la imaginaci¨®n y la creatividad pol¨ªtica con la que se juega estos d¨ªas inciertos en Westminster. Pero en absoluto descartables por imposibles. Podr¨ªa salir adelante el fallido Acuerdo de Retirada de May ¡ªya lo apoy¨® en una ocasi¨®n el propio Johnson¡ª, disfraz¨¢ndolo de victoria con alg¨²n a?adido en la declaraci¨®n pol¨ªtica no vinculante. El comisario europeo, Michel Barnier, ha mostrado en alguna ocasi¨®n su voluntad de explorar esta v¨ªa. O podr¨ªa revocarse el art¨ªculo 50 del Tratado de Lisboa, volver a la casilla de salida, y empezar de cero.
¡°Solo Boris es capaz de impregnar una retirada humillante del esp¨ªritu de la batalla de Dunkerque y, bajo un duro fuego enemigo, hacer que regresen de orillas extranjeras las peque?as embarcaciones del equipo negociador brit¨¢nico¡±, escrib¨ªa estos d¨ªas en la revista The Spectator, con una iron¨ªa muy celebrada en los medios, el escritor y exdiputado conservador Matthew Perris.
Los laboristas y la moci¨®n de censura
El n¨²mero dos Partido Laborista y cerebro de la estrategia de Jeremy Corbyn, John McDonnell, anunci¨® el s¨¢bado que el principal partido de la oposici¨®n intentar¨¢ sacar adelante una moci¨®n de censura contra el futuro sucesor o sucesora de Theresa May. "Creemos que cualquier nuevo primer ministro entrante, en estas circunstancias, debe dirigirse de inmediato al pa¨ªs y buscar un nuevo mandato", dijo este s¨¢bado en la BBC.
El ¨²ltimo sondeo electoral de Opinium otorga una ventaja de siete puntos a los laboristas sobre los conservadores en unas hipot¨¦ticas elecciones generales. Ninguno de los candidatos que se han postulado para el liderazgo de los tories ha sugerido la posibilidad de un adelanto electoral, que se adivinar¨ªa catastr¨®fico para la derecha brit¨¢nica. Todo apunta a que el sucesor de May intentar¨¢ mantenerse en Downing Street hasta el final del mandato.
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