La lucha por salvar el bosque primitivo de Bialowieza

Unos 250 kil¨®metros separan el bosque de Bialowieza, en la frontera nororiental de Polonia con Bielorrusia, de la capital, Varsovia. El recorrido, de unas tres horas y media en coche, transcurre en su mayor¨ªa por carreteras secundarias de largas rectas que atraviesan extensas llanuras verdes y despobladas. Jo?o Ferro lleg¨® por primera vez a Bialowieza hace 11 a?os y se enamor¨®. Del bosque, que enlaza los dos pa¨ªses, y de una artista local. Este gu¨ªa lisboeta, de cabello largo y plateado, volvi¨® unos a?os despu¨¦s para instalarse cerca del parque nacional. En el interior de este enclave, declarado Reserva de la Biosfera en 1977 y Patrimonio Mundial de la Unesco en 1979, se encuentra uno de los ¨²ltimos bosques primordiales del continente. Hogar del bisonte europeo, en este espacio virgen el tiempo se detiene para ofrecer una estampa similar a lo que era Europa hace 9.000 a?os. ¡°Este paisaje es la evidencia de un equilibrio total entre los elementos de la naturaleza¡±, explica Ferro. Sin embargo, el anuncio reciente de nuevos planes para explotar el bosque en los alrededores del parque, una zona tambi¨¦n protegida por la Unesco, y la construcci¨®n de una carretera de asfalto que lo atraviesa, han puesto en alerta a la sociedad civil.

En 2016 el Gobierno polaco del ultraconservador Ley y Justicia (PiS) llev¨® a cabo una tala masiva de ¨¢rboles en varias zonas de la reserva ¨Clim¨ªtrofes con el parque nacional¨C justificada en la necesidad de hacer frente a una plaga de escarabajos que estaba matando las p¨ªceas, una clase de con¨ªfera que abunda en el bosque. Tras las cr¨ªticas de cient¨ªficos, asociaciones ecologistas y la Comisi¨®n Europea, el Tribunal de Justicia de la UE orden¨® a Polonia en 2017 que suspendiese de forma inmediata la explotaci¨®n de la floresta, pero no fue hasta 2018 que el Gobierno del PiS, amenazado con una multa de 100.000 euros por cada d¨ªa que incumpliese la sentencia, detuvo la tala y acat¨® las normas para esta reserva, inscrita tambi¨¦n en la red europea de espacios Natura 2000. Entre Polonia y Bielorrusia el bosque abarca 150.000 hect¨¢reas, de las cuales 10.000 forman el parque nacional y solo 6.000 el bosque primitivo, donde la intervenci¨®n humana es m¨ªnima.

¡°Pseudoecologistas, alejad vuestras sucias manos del bosque¡±, reza un cartel ubicado a escasos kil¨®metros del parque. Slawomir Kropiwnicki regenta un bar en la zona y defiende la tala: ¡°Hace 12 a?os ten¨ªamos cuatro hect¨¢reas afectadas por el escarabajo y los guardas forestales quer¨ªan cortar y quemar los ¨¢rboles para detener la plaga, pero los ecologistas se opusieron y ahora son 9.000 las hect¨¢reas da?adas¡±, afirma. De la misma forma que el Gobierno en 2016, Kropiwnicki sostiene que ¡°los ¨¢rboles secos suponen un peligro para la poblaci¨®n¡± porque pueden caerse y provocar accidentes.

¡°En esos casos el Ejecutivo puede talar, pero los ¨¢rboles siempre se quedan en el bosque¡±, afirma Ferro. ¡°La intervenci¨®n del Ejecutivo fue ilegal¡±, sostiene, porque extrajo y vendi¨® la madera. ¡°Los cortes tambi¨¦n est¨¢n permitidos para abastecer el mercado local para consumo en invierno¡±.

¡°No existe una forma de detener la plaga de escarabajos, es parte de un proceso natural¡±, defiende Tomasz Pezold Kne?evi?, especialista en conservaci¨®n de la biodiversidad de WWF, mientras camina por una de las zonas afectadas por la acci¨®n del Ejecutivo. Fueron ellos, junto con otras ONG, los que llamaron la atenci¨®n de la Uni¨®n Europea sobre lo que estaba ocurriendo en Bialowieza. ¡°Los insectos crecen cada tanto y en este lugar atacaron sobre todo parcelas en las que las p¨ªceas fueron plantadas de forma artificial en el pasado. Los silvicultores quer¨ªan incrementar la densidad de esta especie, con una madera que tiene un buen precio en el mercado, pero ahora este ¨¢rbol es muy sensible al cambio clim¨¢tico. El ¨¢rea se ha vuelto m¨¢s seca y las p¨ªceas son m¨¢s propensas al ataque del escarabajo¡±, explica.

¡°La UE, junto con los activistas, ha sido clave para detener la tala dentro de este bosque ¨²nico¡±, afirma el eurodiputado neerland¨¦s Bas Eickhout, del grupo de los Verdes. ¡°El Parlamento Europeo¡±, instituci¨®n que ha financiado este reportaje, ¡°ejerci¨® una gran presi¨®n sobre la Comisi¨®n, que tras varias advertencias, llev¨® a Polonia a los tribunales. El bosque est¨¢ da?ado, pero no de forma irreparable. La UE ha servido como una ¨²ltima salvaguardia. Sin ella no habr¨ªa existido ninguna instituci¨®n para detener al Gobierno polaco¡±, declara.

Ahora el ¨¢rea se enfrenta a nuevas amenazas. El a?o pasado comenzaron los trabajos para convertir una senda forestal estrecha en una carretera de asfalto de unos 20 kil¨®metros de longitud que conecta los pueblos de Bialowieza y Narewka. ¡°Las instituciones reaccionaron y paralizaron las obras. Se ha solicitado al inversor que realice una evaluaci¨®n de impacto ambiental que permitir¨¢ tomar una decisi¨®n sobre si se contin¨²a o no con su ampliaci¨®n¡±, explica Pezold.

Hace unas semanas, el nuevo ministro polaco de Medio Ambiente (el anterior dej¨® el departamento tras la crisis en Bialowieza), junto con la administraci¨®n estatal forestal, anunci¨® que han preparado nuevos planes de gesti¨®n del bosque. WWF se?ala que el proyecto fuerza de nuevo la tala en esta ¨¢rea. Hace unos d¨ªas los documentos se encontraban en consulta p¨²blica y los ecologistas ten¨ªan planeado enviar sus comentarios al Gobierno, pero habr¨¢ que esperar un tiempo para comprobar si alguno de ellos es tomado en consideraci¨®n.

En la reserva integral del parque, donde ning¨²n elemento puede ser extra¨ªdo, ¡°el 40% del bosque est¨¢ muerto¡±, comenta Ferro. ¡°M¨¢s del 60% de los organismos que existen en Bialowieza est¨¢n relacionados con la descomposici¨®n. Todos vuelven al sistema un d¨ªa, todos se acabar¨¢n descomponiendo para formar parte del suelo. Y lo que consumimos es el producto directo o indirecto del suelo¡±, relata para explicar que la no intervenci¨®n es la mejor forma de gesti¨®n del bosque y lo que hace de este enclave un lugar excepcional en el mundo.