La seguridad territorial en Colombia
Tres grandes batallas entre organizaciones ilegales se desarrollan en el pa¨ªs
En el a?o 2019 tres grandes batallas entre organizaciones ilegales se desarrollan en Colombia. Luego de a?os de descenso de la tasa de homicidios en el pa¨ªs, esta ca¨ªda se detuvo en el 2018 y para 2019, en varias regiones, amenaza con aumentar nuevamente. La batalla m¨¢s devastadora se vive en el departamento de Antioquia, all¨ª municipios como C¨¢ceres o Taraz¨¢ se est¨¢n quedando vac¨ªos, se est¨¢n convirtiendo en pueblos fantasmas. Algo que no ocurr¨ªa desde la violenta expansi¨®n paramilitar entre 1997 y 2001. Esta vez, la guerra comenz¨® a principios del 2018. El Clan del Golfo, el principal c¨¢rtel del narcotr¨¢fico en Colombia y sus antiguos aliados de los Caparrapos est¨¢n en medio de una violenta batalla. El control de rutas, la repartici¨®n de territorios y la ca¨ªda de varios mandos son la causa de esta guerra. All¨ª, todo el mundo debe tomar partido, hasta las fuerzas de seguridad del Estado colombiano. Se cree que en las pr¨®ximas semanas los niveles de violencia aumentar¨¢n ya que los Caparrapos han establecido alianzas con la guerrilla del ELN, una disidencia de la exguerrilla de las FARC y otras organizaciones criminales locales para detener el avance del Clan del Golfo.
La otra guerra se vive en la frontera entre Colombia y Venezuela. Dos hechos permitieron ver la verdadera batalla que se vive en la l¨ªnea fronteriza. Hace unos d¨ªas, un supuesto comandante del ELN fue descuartizado en el municipio de Ure?a ubicado en Venezuela. Su cabeza fue arrojada a un comando de la Guardia Nacional y el resto de su cuerpo distribuido en lugares p¨²blicos del municipio. Desde el a?o 2018, la guerrilla del ELN comenz¨® a expandirse desde la regi¨®n del Catatumbo, all¨ª hab¨ªa ganado una guerra a una organizaci¨®n criminal conocida como el EPL. Una vez consolid¨® este territorio, el ELN comenz¨® a bajar por la parte plana del departamento colombiano de Norte de Santander y su vecino estado venezolano del T¨¢chira. Logr¨® consolidar presencia en toda la l¨ªnea fronteriza y derrot¨® varias organizaciones criminales de car¨¢cter local.
De hecho, el ELN estableci¨® alianzas con varios colectivos violentos para sacar del territorio a lo que ellos llaman organizaciones paramilitares. As¨ª las cosas, desde el 2019 el Clan del Golfo agrup¨® lo que quedaba de las peque?as organizaciones criminales y dos c¨¢rteles venezolanos, comenzando una nueva etapa de la batalla. Es incierto el n¨²mero de homicidios, se cree que en los ¨²ltimos a?os han sido m¨¢s de 10.000, pero nadie sabe las cifras reales. Es de tal nivel el control criminal en la frontera que cada vez que se cierra, se le cobra a cada venezolano 15.000 pesos por permitirle el paso por una de las trochas ilegales, lo cual equivale a 5 d¨®lares. Antes costaba un d¨®lar.
El otro de los hechos que comprueba la guerra en la frontera se produjo el viernes pasado, cuando a plena luz del d¨ªa se desat¨® una balacera en el puente internacional. La s¨¦ptima en el a?o, donde organizaciones criminales y el ELN se disputan metro a metro ese paso fronterizo.
La ¨²ltima de las guerras, la m¨¢s silenciosa, se vive en el pac¨ªfico colombiano. Confinamientos, extorsi¨®n masiva y una violencia invisible se han tomado esta regi¨®n del pa¨ªs. En Guapi, un municipio del departamento del Cauca, los narcotraficantes han llegado a un acuerdo y se han distribuido las playas sobre el mar Pac¨ªfico bajo la modalidad de franquicia: cada narco tiene un pedazo de playa disponible para sacar la droga por lanchas r¨¢pidas. En el sur del departamento del Choco, igualmente, el ELN se ha tranzado en una guerra contra el Clan del Golfo y la disputa se basa en los corredores de salida de droga. En fin, todo el Pac¨ªfico est¨¢ incendiado.
El Gobierno colombiano y particularmente el Ministerio de Defensa no han logrado controlar la situaci¨®n, las estrategias territoriales no han dado los resultados esperados y la Pol¨ªtica de Defensa y Seguridad lanzada a principios de a?o con bombos y platillos no ha logrado dar grandes golpes a las organizaciones criminales.
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