Condenado el alto funcionario kirchnerista que ocult¨® millones de d¨®lares en un convento
La captura, hace tres a?os, de Jos¨¦ L¨®pez marc¨® el inicio de decenas de causas por corrupci¨®n contra el anterior Gobierno argentino
La escena, registrada hace tres a?os por una c¨¢mara de seguridad, fue tan burda como escandalosa: Jos¨¦ L¨®pez, un hombre clave del kirchnerismo como secretario de Obra P¨²blica, ca¨ªa preso de madrugada cuando intentaba esconder nueve millones de d¨®lares en siete bolsas en un convento de las afueras de Buenos Aires. Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner llevaba solo seis meses fuera del poder y el dinero de L¨®pez fue la evidencia emp¨ªrica de la corrupci¨®n de, al menos, un hombre cercano a su c¨ªrculo de poder. Un tribunal conden¨® este mi¨¦rcoles a L¨®pez a seis a?os de prisi¨®n por enriquecimiento il¨ªcito. Absolvi¨®, en el mismo fallo, a Celia Aparicio, la monja que ayud¨® a L¨®pez a guardar los bolsas cargadas de billetes.
La captura in fraganti de L¨®pez fue un golpe muy duro para el kirchnerismo. Como secretario de Obras P¨²blicas, el funcionario manej¨® fondos por unos 11.000 millones de d¨®lares en diversos proyectos. Fue, adem¨¢s, la mano derecha de Julio De Vido, el ministro que control¨® todas las obras financiadas con dinero p¨²blico. Cuando fue detenido frente al convento, L¨®pez dijo que los millones no eran suyos, sino ¡°de la pol¨ªtica¡±. El tribunal no le crey¨®. Adem¨¢s de los a?os de c¨¢rcel, los jueces decidieron que el exfuncionario deber¨¢ entregar a dos hospitales infantiles p¨²blicos los millones incautados y someter al Estado una casa valuada en 500.000 d¨®lares que el condenado ocult¨® tras testaferros.
En el banquillo se sentaron junto a L¨®pez su exesposa, tres empresarios y un abogado, acusados de prestanombres. Y la monja Aparicio. El v¨ªdeo del esc¨¢ndalo mostr¨® c¨®mo la religiosa abri¨® la puerta del convento y ayud¨® a L¨®pez a entrar con su carga al edificio. "Me declaro inocente y conf¨ªo en que Dios har¨¢ justicia", dijo la mujer en alegato final. Los jueces consideraron que Aparicio no encubri¨® a L¨®pez porque nunca supo qu¨¦ ocultaban las bolsas que recibi¨® de madrugada y la declararon inocente.
L¨®pez carga con el peso de una foto ic¨®nica, erigida como emblema de la corrupci¨®n kirchnerista. Hace tres a?os, sus excompa?eros lo abandonaron r¨¢pidamente, mientras las causas contra otros altos funcionarios se suced¨ªan. Hoy, est¨¢ preso el exministro De Vido y Cristina Kirchner enfrenta siete pedidos de prisi¨®n preventiva. No ha ido presa porque la protegen los fueros que tiene como senadora, pero su frente judicial es complicado. L¨®pez puede tener mucho que ver con eso.
El exsecretario declar¨® como testigo protegido en la llamada ¡°causa de los cuadernos¡±, una investigaci¨®n por corrupci¨®n basada en las anotaciones que un ch¨®fer del poder hizo durante a?os con detalles de presuntos viajes con dinero negro. Lo que pueda contar L¨®pez contra Kirchner ser¨¢ clave en el avance de las investigaciones contra la expresidenta.
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