¡°No negamos ser chinos, pero lo somos de forma diferente¡±
La catedr¨¢tica Petula Ho, en huelga de hambre contra el proyecto de ley de extradici¨®n, explica por qu¨¦ esa medida ha sacudido tanto a Hong Kong
¡°Ser un pueblo obediente, un pueblo manso, no es una buena estrategia. ?Crees que un Gobierno se va a preocupar de ti si sabe que eres d¨¦bil? Hay que ser una sociedad fuerte si quieres tener un futuro. Pap¨¢ Estado no ser¨¢ bueno contigo si le haces caso en todo. Si te crees eso, est¨¢s siendo est¨²pido¡±. Petula Ho, catedr¨¢tica de Trabajo Social en la Universidad de Hong Kong, participa en la huelga de hambre de un grupo de intelectuales contra el proyecto de ley de extradici¨®n que el Ejecutivo aut¨®nomo ha aparcado ante las protestas ciudadanas. Y con esta rotundidad explica sus razones para apoyar el pulso que los hongkoneses mantienen contra su Gobierno y, tambi¨¦n, contra Pek¨ªn. Un pulso que va m¨¢s all¨¢ de los tecnicismos legales sobre extradici¨®n, y en el que, seg¨²n los opositores, est¨¢ en juego el futuro rumbo de la excolonia.
Para los hongkoneses que esta semana se han lanzado a la calle, esa ley que por primera vez permitir¨ªa entregar sospechosos a China pondr¨ªa en riesgo libertades de que disfruta el territorio pero inexistentes al otro lado de la frontera, como las de prensa o expresi¨®n. Tambi¨¦n acercar¨ªa a Hong Kong a un sistema judicial chino opaco y carente de garant¨ªas. Un paso m¨¢s en lo que perciben como una absorci¨®n inexorable por parte de la China continental, cuya presencia sienten cada vez m¨¢s en la vida diaria del territorio. Un territorio en el que, seg¨²n una encuesta de la Universidad de Hong Kong en 2018, el 41% de la poblaci¨®n se identifica como hongkonesa, el 39% como mixta, y solo un 18% se siente ¨²nicamente chino.
Para tener futuro hay que tener una sociedad fuerte Petula Ho, catedr¨¢tica de Trabajo Social en la Universidad de Hong Kong
El sentimiento de identidad hongkon¨¦s separado del resto de China nace de la ¨¦poca de la colonia brit¨¢nica, hasta 1997. ¡°No ten¨ªamos democracia, pero ten¨ªamos libertad. Libertad de expresi¨®n. De prensa. Que a¨²n tenemos y apreciamos¡±, cuenta Ho.
Cuando volvi¨® a soberan¨ªa china, Hong Kong representaba el 20% del PIB de China, y estaba mucho m¨¢s desarrollada que el resto del pa¨ªs. Muchos de sus residentes no hab¨ªan nacido all¨ª; eran emigrantes del otro lado de la frontera. ¡°La generaci¨®n de nuestros padres ven¨ªa de China. Quienes han nacido aqu¨ª han ido olvidando esa conexi¨®n. Lentamente, hemos visto que tenemos una cultura propia, una manera muy nuestra de ver el mundo¡±, explica la catedr¨¢tica. ¡°En las generaciones m¨¢s j¨®venes, esa tendencia es a¨²n m¨¢s marcada¡±.
Para los opositores est¨¢n en juego
las libertades de la antigua colonia
La primera se?al de descontento llegaba, quiz¨¢, con las masivas manifestaciones contra un proyecto de ley de seguridad en 2003, que prohib¨ªa actos de subversi¨®n contra China, y que fue r¨¢pidamente archivado. En 2007 ¡ªya con una China en auge¡ª, el Gobierno central decid¨ªa que no podr¨ªa haber sufragio universal en la antigua colonia hasta 2017. En 2010 se pon¨ªan en marcha los primeros cambios apoyados por Pek¨ªn en el sistema electoral.
¡°No negamos que seamos chinos, claro que lo somos, pero un tipo diferente de chinos, y por eso tendr¨ªamos que tener un cierto tipo de autonom¨ªa¡±, explica Ho. ¡°La Ley B¨¢sica [la Constituci¨®n hongkonesa] habla de una persona, un voto. Cuando no lo conseguimos, pensamos que ten¨ªamos que distanciarnos de China¡±.
Como consencuencia, en 2014 lleg¨® el Movimiento de los paraguas, las sentadas estudiantiles que ocuparon el centro de Hong Kong durante tres meses para reclamar m¨¢s democracia. Unas protestas que, aunque no lograron su objetivo ¡ªy han llevado a sus l¨ªderes a la c¨¢rcel¡ª, marcaron un antes y un despu¨¦s para la juventud. ¡°Creo que ese movimiento logr¨® cosas, en lo que respecta a despertar la concienciaci¨®n social, la percepci¨®n de la justicia¡±, opina Ho. ¡°Ha inculcado a los j¨®venes un sentimiento de esperanza. A veces de manera ingenua, pero quieren hacer cosas. Y eso es mejor que una sociedad dominada por la apat¨ªa¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.