Canad¨¢ confirma la pol¨¦mica expansi¨®n de un oleoducto un d¨ªa despu¨¦s de declarar la emergencia clim¨¢tica
La aparente contradicci¨®n, negada por los liberales, despierta las cr¨ªticas de oposici¨®n y ambientalistas
En menos de 24 horas, el Gobierno de Justin Trudeau ha hecho dos movimientos que muchos han interpretado como contradictorios. Sin embargo, el partido del primer ministro canadiense, el Liberal, afirma que son prueba del equilibrio entre el crecimiento econ¨®mico -en gran medida a trav¨¦s de la venta de combustibles- y el cuidado medioambiental. El Parlamento del pa¨ªs norteamericano aprob¨® este lunes una moci¨®n para declarar formalmente el estado de emergencia clim¨¢tica por el calentamiento global. Apenas 24 horas despu¨¦s, Trudeau confirm¨® en cambio la decisi¨®n de construir una segunda l¨ªnea del oleoducto Trans Mountain, un proyecto que ha levantado una fuerte pol¨¦mica desde hace a?os. Las cr¨ªticas no se han hecho esperar, aunque por distintas razones. A su vez, aparece en el horizonte la jornada electoral del 21 de octubre, en las que el primer ministro se juega la reelecci¨®n.
Canad¨¢ es el tercer pa¨ªs del mundo, tras el Reino Unido y el Vaticano, en declarar el estado de emergencia clim¨¢tica. La ministra de Medio Ambiente,?Catherine McKenna, fue la encargada de presentar la moci¨®n ante el Legislativo. Se trata, dijo, de ¡°una crisis real y urgente, provocada por la actividad humana, que afecta el medioambiente, la biodiversidad, la salud y la econom¨ªa de los canadienses. Es un problema de seguridad nacional. Y es tiempo de que comencemos a tratarlo como tal¡±.
La moci¨®n subrayaba que Canad¨¢ reitera su compromiso de cumplir con lo establecido en el Acuerdo de Par¨ªs contra el cambio clim¨¢tico y de realizar otras reducciones que contribuyan a luchar contra el calentamiento global. Los liberales contaron con el voto del resto de formaciones del arco parlamentario con una excepci¨®n: el Partido Conservador, que ya puso el grito en el cielo cuando el Ejecutivo de Trudeau puso en marcha su plan de grav¨¢menes al carbono, una de sus mayores apuestas ambientales, bajo el argumento de que ser¨ªa un freno para la econom¨ªa.
Este martes, Trudeau confirm¨® la decisi¨®n de construir una segunda l¨ªnea del oleoducto Trans Mountain, cuyos trabajos arrancar¨¢n este verano. El Gobierno ha indicado que la factura rondar¨¢ los 7.400 millones de d¨®lares canadienses (unos 4.940 millones de euros). Trans Mountain opera desde 1953 y transporta hoy unos 300.000 barriles diarios de petr¨®leo desde Edmonton (Alberta) a Burnaby (Columbia Brit¨¢nica). En su mayor¨ªa, este crudo es extra¨ªdo de arenas bituminosas, conocidas por su alto impacto ambiental. Seg¨²n los c¨¢lculos gubernamentales, la segunda l¨ªnea permitir¨¢ alcanzar los 890.000 barriles por d¨ªa. Trudeau subray¨® que la obra busca reducir la dependencia exportadora de EE UU: abrir¨¢ posibilidades en Asia en un momento en el que el 99% de los recursos energ¨¦ticos canadienses exportados se hacen al vecino del sur.
Los liberales de Trudeau hab¨ªan aprobado en noviembre de 2016 la expansi¨®n de Trans Mountain a cargo de la due?a del oleoducto, la compa?¨ªa estadounidense Kinder Morgan. Sin embargo, el Gobierno de la Columbia Brit¨¢nica y diversos grupos de ambientalistas mostraron su oposici¨®n. Entre ellos, varias comunidades ind¨ªgenas de la regi¨®n presentaron un recurso legal y forzaron a Kinder Morgan a dejar caer que abandonar¨ªa el proyecto si no exist¨ªa un acuerdo entre todas las partes antes del 31 de mayo del a?o pasado. Dos d¨ªas antes de esa fecha, el Gobierno canadiense nacionaliz¨® el oleoducto en una transacci¨®n valorada en 4.500 millones de d¨®lares canadienses (3.005 millones de euros).?La nacionalizaci¨®n de Trans Mountain dio una clara se?al de que la administraci¨®n Trudeau respaldaba con fuerza el proyecto de expansi¨®n.
En agosto del a?o pasado, una Corte federal dictamin¨® que no se hab¨ªan estudiado de forma detallada las consecuencias medioambientales de la obra y que las consultas a los grupos ind¨ªgenas hab¨ªan sido insuficientes. Finalmente, tras nuevos ex¨¢menes a cargo de la Oficina Nacional de la Energ¨ªa, los liberales han anunciado que la segunda l¨ªnea se construir¨¢. ¡°Hemos escuchado tambi¨¦n a los canadienses que quieren un futuro m¨¢s verde. Es por ello que hemos decidido invertir cada d¨®lar generado por este proyecto en la transici¨®n ecol¨®gica de Canad¨¢¡±, manifest¨® Trudeau.
"Es igual de l¨®gico que apagar un incendio con un lanzallamas"
Las reacciones al anuncio no han demorado. Jason Kenney, primer ministro de Alberta, escribi¨® en Twitter que su Gobierno aprecia la aprobaci¨®n de las autoridades federales. ¡°Pero aprobaci¨®n no es lo mismo que construcci¨®n. Ahora, ?a construir!¡±, a?adi¨®. Andrew Scheer, l¨ªder del Partido Conservador, dijo por su parte que los liberales carecen de un plan de construcci¨®n de la segunda l¨ªnea y aprovech¨® para criticar de nueva cuenta el programa de impuestos al carbono.
Jagmeet Singh, l¨ªder del Nuevo Partido Democr¨¢tico, se?al¨® que un solo derrame en las costas de la Columbia Brit¨¢nica ser¨ªa desastroso para la biodiversidad y para miles de empleos en actividades pesqueras. Elizabeth May, dirigente de los verdes, denunci¨® ¡°el cinismo y la hipocres¨ªa¡± del anuncio, en referencia a la moci¨®n aprobada por el Parlamento el d¨ªa anterior. ¡°La aprobaci¨®n del proyecto por parte del Gobierno de Trudeau, luego de haber declarado que estamos en estado de emergencia clim¨¢tica, es igual de l¨®gica que tratar de apagar un incendio con un lanzallamas¡±, declar¨® Patrick Bonin, portavoz del cap¨ªtulo canadiense de Greenpeace a Radio-Canad¨¢. Asimismo, Leah George Wilson, jefa de la comunidad ind¨ªgena Tsleil-Waututh, anunci¨® en Vancouver que buscar¨¢ llegar a los tribunales para frenar el proyecto.
La conciliaci¨®n entre el desarrollo econ¨®mico y el cuidado medioambiental, defendida por los liberales, es presa de se?alamientos desde varios frentes. La pregunta es hasta qu¨¦ punto ser¨¢ beneficiosa o perjudicial para Trudeau de cara a las elecciones que tendr¨¢n lugar en poco m¨¢s de cuatro meses.
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