La discoteca que proh¨ªbe beber y bailar
La primera discoteca de Arabia Saud¨ª choca con los l¨ªmites de lo permitido
Un gran luminoso con la palabra White y la caracter¨ªstica W del club ¡°m¨¢s pijo de Beirut¡± son todo lo que anuncia la discoteca en el Paseo Mar¨ªtimo de Yedda, la segunda ciudad de Arabia Saud¨ª. Suficiente para los j¨®venes urbanitas saud¨ªes, acostumbrados a viajar para divertirse a la vecina Dub¨¢i, donde la mayor¨ªa ha conocido la franquicia y desde donde ha llegado el equipo que ha montado esta inusitada versi¨®n temporal, la primera del pa¨ªs. Incluso muchos que no han visitado el local, han o¨ªdo hablar de ¨¦l y se acercan curiosos a las vallas que desde varios metros antes cierran el acceso.
Antes de franquear la entrada, hay que cruzar un control de seguridad tan exhaustivo como el de los aeropuertos. Con ayuda de varios arcos detectores de metales y m¨¢quinas de rayos X, el personal se asegura de que no se cuele ning¨²n m¨®vil. Discreci¨®n ante todo. Dentro, el p¨²blico es previsiblemente joven y enrollado. Hay parejas, grupos de amigas¡ Pocos hombres llevan t¨²nica. Entre las mujeres, la mayor¨ªa sin velo, predominan las abayas abiertas que dejan ver pantalones y camisetas ajustados.
La inauguraci¨®n, el pasado d¨ªa 13, congreg¨® a unas dos mil personas, seg¨²n uno de los responsables. Al DJ de la casa, venido expresamente de Dub¨¢i, se le sumaron los saud¨ªes DISH DASH, dos hermanos cuyo ¨¦xito al frente de la mesa de mezclas hace que tengan su propio luminoso a la entrada de la carpa que acoge el White Jeddah, durante el festival de verano. Para comprender la expectaci¨®n suscitada, hace falta recordar que, bajo la excusa del islam, Arabia Saud¨ª prohib¨ªa hasta ahora no solo las discotecas, sino incluso la m¨²sica, bailar y cualquier forma de entretenimiento en la que hombres y mujeres tuvieran el m¨ªnimo contacto.
¡°No sabes qu¨¦ animaci¨®n hab¨ªa¡±, conf¨ªa un extranjero que estuvo entre los invitados. Tanta que trascendi¨® m¨¢s all¨¢ de las vallas y a la una de la ma?ana la polic¨ªa se present¨® exigiendo que cerraran. La Direcci¨®n General de Entretenimiento tuite¨® que se hab¨ªan violado las normas. No est¨¢ claro qu¨¦ sucedi¨®. ¡°Alguien retir¨® err¨®neamente la cinta que imped¨ªa el acceso y la gente subi¨® al escenario; fue un error¡±, cuenta uno de los DJ. ¡°No hubo gente bailando, los saud¨ªes saben que no est¨¢ permitido, como mucho segu¨ªan el ritmo, pero no se contoneaban o levantaban las manos¡±, asegura uno de los organizadores que insiste en que ten¨ªan todos los permisos y siguieron las directrices a rajatabla.
Sea como fuere, White se convirti¨® en la comidilla de las redes sociales y ah¨ª apareci¨® la fisura que divide a esta sociedad ante los bruscos cambios que est¨¢ sufriendo tras a?os ensimismada. Mientras una mitad mostraba su apoyo a los organizadores y aplaud¨ªa la iniciativa, la otra ve¨ªa en ella el advenimiento de Sodoma y Gomorra. Al d¨ªa siguiente, el local reabri¨® con nuevas directrices.
La decoraci¨®n calca la de la casa madre con mobiliario blanco, luces de colores, una gran barra central y escenario al fondo; en este segundo intento han desaparecido las mesas altas con taburetes que rodeaban la barra. Ahora todo son sof¨¢s y pufs con el objeto de que el p¨²blico permanezca sentado y evitar que se deje llevar por la m¨²sica techno y house que pinchan los hermanos Ghazzawi. El local se ha convertido en una lounge, admiten los responsables.
¡°Me da la impresi¨®n de que hemos sido v¨ªctimas de la fama de White Dubai porque hemos visto gente bailando en conciertos sin que se genere tanta pol¨¦mica. La gente asocia nuestro club con chicas y alcohol, pero aqu¨ª no es as¨ª; nosotros cumplimos con todas las normas¡±, subraya uno de los cinco organizadores que han viajado desde Emiratos ?rabes para entrenar al equipo de medio centenar de personas que se ocupa de mantener los est¨¢ndares y el estilo de la marca. Su objetivo es abrir un local permanente, lo que va a depender de c¨®mo funcione esta experiencia temporal que cerrara sus puertas con el fin del festival, el 18 de julio.
Consumici¨®n m¨ªnima de 125 euros
De momento, planean ofrecer actuaciones para mantener la atenci¨®n de los asistentes y justificar los 500 riales (125 euros, la mitad en el caso de las mujeres) de consumici¨®n m¨ªnima. ¡°Nos dirigimos a un sector con alto poder adquisitivo. En nuestro local de Dub¨¢i los clientes fijos, que vienen una vez por semana, gastan de media entre 1.800 y 2.000 d¨®lares [entre 1.600 y 1.750 euros] por mesa¡±, conf¨ªa la misma fuente. Esa factura la alimentan las bebidas alcoh¨®licas, que siguen prohibidas en Arabia Saud¨ª. La breve carta del White Jeddah con pipas de agua a 250 riales, c¨®cteles sin alcohol a 60, Red Bull a 50 y refrescos a 30, no da para tanto.
Como muchos cambios en Arabia Saud¨ª, a pesar de suponer un avance, la discoteca de Yedda es a¨²n m¨¢s en un deseo que una realidad. Por ahora no cumple con la definici¨®n del diccionario ¡°local p¨²blico donde sirven bebidas y se baila al son de m¨²sica de discos¡±.
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