Boris Johnson se pone a la defensiva y reh¨²ye responder sobre sus planes para el Brexit y su vida privada
El favorito para suceder a May intenta enderezar un torpe inicio de campa?a
Han bastado unos pocos d¨ªas de campa?a para que Boris Johnson cometa todos los errores que pretend¨ªa evitar. Primer error: sus intentos de poner orden a una complicada vida personal y presentar a la opini¨®n p¨²blica un candidato redimido reventaron el pasado fin de semana, cuando todos los medios llevaron a sus portadas la violenta discusi¨®n, de madrugada, en el apartamento de su actual pareja, la exasesora del Partido Conservador, Carry Symonds. Johnson se ha negado hasta ahora explicar el episodio, incapaz de entender que lo que est¨¢ en cuesti¨®n no es su privacidad sino si su car¨¢cter es el que se espera de un primer ministro. Hasta John Griffin, el multimillonario fundador de la compa?¨ªa Addison Lee, un ardiente defensor del Brexit que ha donado m¨¢s de cuatro millones de euros a los conservadores, ha expresado sus dudas sobre la templanza del candidato y le ha exigido una respuesta.
Segundo error: si la principal baza del exalcalde de Londres era la de concitar el entusiasmo de los euroesc¨¦pticos con su firme defensa del Brexit, su principal debilidad a evitar era tener que entrar en detalles. Johnson no tiene un plan definido ni articulado sobre la salida del Reino Unido de la UE, m¨¢s all¨¢ de su constante promesa de que el 31 de octubre los brit¨¢nicos abandonar¨¢n las instituciones comunitarias. En la noche del lunes, acept¨® someterse a las preguntas de Laura Kenssberg, la incisiva corresponsal pol¨ªtica de la BBC. Y qued¨® claro que el histrionismo balbuceante de Johnson, que tan eficaz resulta cuando se trata de arrancar una sonrisa del auditorio, se convierte en la clara expresi¨®n de su despiste respecto a la complejidad t¨¦cnica del asunto. "Me asegurar¨¦ de que tengamos un plan que convenza a nuestros socios europeos de que vamos absolutamente en serio con el Brexit, y la clave est¨¢ en rescatar aquellos trozos ¨²tiles del Acuerdo de Retirada de May, que est¨¢ legislativamente muerto, y llevarlos a la pr¨¢ctica", intentaba explicar Johnson mientras la periodista le acribillaba con sus dudas.
"Nos est¨¢ usted diciendo b¨¢sicamente que crucemos los dedos, porque como las cosas han cambiado ser¨¢ posible ahora lograr un buen acuerdo de la UE. Pero no nos est¨¢ aportando ning¨²n detalle concreto que nos sugiera que eso es posible", dec¨ªa Kenssberg.
Tercer error: un candidato que se crece en el contacto con la gente ha decidido, aconsejado por el equipo de asesores que le rodea, llevar a cabo una campa?a plana y discreta que le lleve suavemente a la victoria que todo el mundo da por descontada. "Los dos rivales deben hacer campa?a como si su vida dependiera de ello. Desde el primer minuto en que uno de ellos se haga con la victoria, pedir¨¢ al resto del pa¨ªs energ¨ªa, entusiasmo, claridad y firmeza. No se habr¨¢n ganado el derecho a reclamar ese esfuerzo a los ciudadanos a no ser que comiencen ellos mismos a desplegar esas cualidades", ha reprochado el veterano conservador William Hague a Johnson en las p¨¢ginas de The Daily Telegraph.
Porque el rival de Johnson, el ministro de Exteriores Jeremy Hunt, se ha convertido en un candidato ubicuo que invade todas las radios, televisiones y peri¨®dicos. Y que se muestra dispuesto a explotar al m¨¢ximo las debilidades del favorito. "No seas cobarde, Boris", le ha espetado en una de sus intervenciones. Se refer¨ªa Hunt a la negativa de Johnson a debatir con ¨¦l cara a cara, pero el adjetivo es un ataque directo a la principal debilidad del exalcalde de Londres, su personalidad evasiva y, en ocasiones, fr¨ªvola.
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