Espa?a dio el ¨²ltimo aceler¨®n al acuerdo con Mercosur
El Gobierno espa?ol promovi¨® una carta colectiva para que Bruselas firmara el pacto comercial
El hist¨®rico acuerdo comercial de la Uni¨®n Europea y Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) alcanzado este viernes atraves¨® la semana pasada su en¨¦simo momento cr¨ªtico que estuvo a punto de desbaratar, otra vez, casi 20 a?os de contactos diplom¨¢ticos y regateos econ¨®micos. El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, lanzaba una ofensiva para evitar que Bruselas rematase el acuerdo, aduciendo su potencial impacto en el sector agr¨ªcola.
La misiva de Macron al presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker llegaba en un momento muy delicado. Brasil, con un Bolsonaro reacio al multilateralismo al frente, hab¨ªa advertido que si las negociaciones descarrilaban de nuevo ser¨ªa el fin definitivo del ambicioso acuerdo transatl¨¢ntico. Las alarmas rojas se encendieron en Bruselas y, sobre todo, en Madrid.
La carta de Francia y otros tres pa¨ªses para intentar frenar el acuerdo fue la espoleta que provoc¨® la reacci¨®n de Espa?a. En cuesti¨®n de horas, y aprovechando que los 28 presidentes de gobierno estaban reunidos en Bruselas para la cumbre de la semana pasada, el equipo del presidente del Gobierno en funciones, Pedro S¨¢nchez, organiz¨® la contraofensiva. En tiempo r¨¦cord se organiz¨® una carta a favor de un acuerdo que, m¨¢s all¨¢ del posible impacto en ciertos sectores, supone la apertura para las empresas europeas de un mercado de 260 millones de consumidores
¡°El presidente del Gobierno estaba dispuesto incluso a firmar la carta en solitario para no perder la oportunidad hist¨®rica de cerrar el acuerdo con Mercosur¡±, recuerda Jos¨¦ Manuel Albares, secretario general de Asuntos Internacionales, UE, G-20 y Seguridad Global. Pero los contactos con otras delegaciones dieron r¨¢pidamente su fruto. La incorporaci¨®n de la canciller Angela Merkel, y del primer ministro holand¨¦s, Mark Rutte, y el primer ministro sueco, Stefan L?fven, a?ad¨ªa un gran peso pol¨ªtico y econ¨®mico a la misiva. La firma del primer ministro portugu¨¦s, Ant¨®nio Costa, completaba el eje ib¨¦rico imprescindible para un acuerdo que involucra a Argentina y Brasil. Y la incorporaci¨®n de pa¨ªses del Este, como Lituania o Rep¨²blica Checa, mostraba la dimensi¨®n continental del acuerdo comercial.
Tras el ¨¦xito de la carta, con firma manuscrita incluida sobre la marcha de los siete l¨ªderes europeos que la suscribieron, S¨¢nchez asumi¨® el liderazgo del ¨²ltimo impulso pol¨ªtico a las negociaciones, gestionado en Osaka (Jap¨®n) durante la cumbre del G-20 de este viernes. ¡°La gran noticia del acuerdo nos ha llegado a las dos de la ma?ana de aqu¨ª¡±, relata por tel¨¦fono Albares desde la ciudad japonesa.
En la recta final en el pa¨ªs nip¨®n, Espa?a esgrim¨ªa ante el resto de l¨ªderes europeos dos argumentos para rematar el acuerdo, se?ala Albares. ¡°Un argumento pol¨ªtico, a favor de enviar una clara y rotunda se?al favorable al multilateralismo y el libre comercio en un momento en que se cuestiona a nivel mundial¡±. Y el otro, econ¨®mico. ¡°Hemos insistido en la necesidad de analizar las consecuencias beneficiosas del acuerdo desde un punto de vista global, no por el posible impacto muy concreto en alg¨²n tipo de producto¡±, a?ade el Secretario General de Asuntos Internacionales y mano derecha de S¨¢nchez en negociaciones como las de la UE y el G-20.
Albares recuerda que el acuerdo supondr¨¢ para las empresas europeas un ahorro de 4.000 millones de euros en aranceles al a?o. ¡°Y por cada 1.000 millones de m¨¢s en exportaciones se calcula que se crear¨¢n 14.000 puestos de trabajo¡±, remata Albares.
El protagonismo espa?ol en la recta final ha permitido al Gobierno reivindicarse ante los l¨ªderes latinoamericanos presentes en Osaka como la referencia para los contactos con Europa. Y a nivel interno del club europeo, ha enviado una se?al que no ha pasado desapercibida en casi ninguna capital europea. Espa?a, en algunos asuntos, se alinea con Macron. Pero en otros, no duda en alinearse con Merkel. Una forma de relacionarse con la pareja franco-alemana que se adapta a los tiempos de una Uni¨®n Europea donde las geometr¨ªas son m¨¢s variables que nunca. En este caso, el resultado ha sido un acuerdo comercial perseguido sin ¨¦xito durante 20 a?os.
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