Un sector cocalero boliviano agudiza su choque con Evo Morales
Los campesinos de los Yungas cortan durante una semana los caminos que comunican la regi¨®n con el resto del pa¨ªs
Los campesinos cocaleros de los Yungas, territorio del norte de Bolivia, bloquean los caminos que los vinculan con el resto del pa¨ªs desde hace seis d¨ªas. Los distintos cortes han sido fuertemente reprimidos por la polic¨ªa en diversas ocasiones, pero reaparecen horas despu¨¦s de haber sido dispersados. Las protestas buscan que el Gobierno respete la organizaci¨®n sindical tradicional de la regi¨®n, que es cuestionada por las autoridades con el argumento de que ha sido penetrada por delincuentes.
El conflicto entre los campesinos de la coca de los Yungas y el Gobierno liderado por Evo Morales, que tambi¨¦n fue cocalero y que contin¨²a dirigiendo los sindicatos de productores de la hoja en otra regi¨®n, el Chapare, es relativamente reciente. Durante muchos a?os todos los cocaleros del pa¨ªs apoyaron a Morales, un consenso que se acab¨® con la aprobaci¨®n, en marzo de 2017, de la Ley de la Coca. La norma fij¨® la extensi¨®n que pueden cultivarse legalmente en Bolivia, que es de 22.000 hect¨¢reas, entre los Yungas y el Chapare. Esa f¨®rmula cambi¨® la normativa anterior, que prohib¨ªa cualquier plantaci¨®n de arbustos de coca fuera de los Yungas, considerada la ¡°zona tradicional¡± para el ¡°acullicu¡±?(masticado), una costumbre ancestral de los pobladores de los Andes. Como est¨¢ regulada, la coca tiene un precio relativamente alto y se ha convertido en el principal cultivo de ambas zonas productoras.
Desde entonces, los cocaleros de los Yungas se convirtieron en el ¨²nico movimiento sindical opositor al presidente Evo Morales y han protagonizado varios choques con su Gobierno. En respuesta, este trat¨®, primero, de promover el cambio interno en su organizaci¨®n, la Asociaci¨®n de La Paz de Productores de Coca (Adepcoca), y luego foment¨® la organizaci¨®n disidente de otros grupos de campesinos, en una estrategia que los afectados califican como ¡°paralelismo sindical¡±. Una ¨²ltima acci¨®n gubernamental fue la creaci¨®n de un nuevo mercado de coca en la ciudad de La Paz, paralelo al mercado oficial que por ley debe administrar Adepcoca, y en el que est¨¢n vedados los campesinos oficialistas.
La posibilidad de perder el control de la distribuci¨®n de la hoja, que constituye su principal medio de vida, llev¨® a Adepcoca a organizar los bloqueos de caminos que hoy el Gobierno procura despejar sin ¨¦xito. La Asamblea de Derechos Humanos, considerada opositora, denunci¨® un uso excesivo de la fuerza en contra de los grupos que ahora se movilizan con los mismos m¨¦todos que en su tiempo usara Evo Morales para defender la coca del Chapare de las pol¨ªticas de erradicaci¨®n de los gobiernos ¡°neoliberales¡± de los a?os noventa.
La divisi¨®n de los cocaleros de los Yungas en dos facciones, una leal al sindicato tradicional y otra, oficialista, deriv¨® en las ¨²ltimas semanas en un enfrentamiento interno grav¨ªsimo. Dos personas fueron asesinadas; varias, detenidas y los dirigentes de Adepcoca se han declarado perseguidos y en la ¡°clandestinidad¡±. Las autoridades dicen que los buscan por su vinculaci¨®n con el asesinato de un dirigente progubernamental. Al mismo tiempo, fueron detenidos tres cocaleros contrarios a Adepcoca, que son acusados de matar a un joven miembro del grupo de choque de esta organizaci¨®n.
Otra fuente del conflicto es la pol¨ªtica de destrucci¨®n de plantaciones de coca que ejecutan fuerzas policiales y militares en La Asunta, una zona de los Yungas que no est¨¢ autorizada para producir coca. Los cocaleros denuncian que esta tarea no tiene justificaci¨®n t¨¦cnica y ¨²nicamente busca debilitar el liderazgo de Adepcoca. La intermitente resistencia de los campesinos a la erradicaci¨®n en La Asunta caus¨® la muerte de un polic¨ªa en agosto de 2018. Inmediatamente despu¨¦s fue detenido el l¨ªder hist¨®rico de Adepcoca, Franklin Guti¨¦rrez, quien se halla en prisi¨®n desde entonces, acusado de ser el ¡°autor intelectual¡± del asesinato del polic¨ªa. La situaci¨®n legal de Guti¨¦rrez es otro de los factores que explican la conflictividad actual.
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