Las tumbas abiertas por el Vaticano en busca de la ni?a Orlandi est¨¢n vac¨ªas
La Santa Sede no encuentra restos humanos en las sepulturas, ni siquiera de las dos princesas que supuestamente deb¨ªan estar ah¨ª enterradas

La historia de Emanuela Orlandi, la hija de un empleado del Vaticano desaparecida en 1983, ha comenzado a las ocho de la ma?ana de este jueves a escribir un nuevo cap¨ªtulo. Funcionarios de la Santa Sede, junto a un m¨¦dico forense y otra decena de personas, han iniciado a esa hora la apertura de dos tumbas del cementerio alem¨¢n que hay dentro de los muros del peque?o Estado. Seg¨²n una carta an¨®nima recibida por la familia hace alrededor de un a?o, el cad¨¢ver de la peque?a, que desapareci¨® cuando iba camino de la escuela de m¨²sica en el centro de Roma en 1983, fue escondido ah¨ª. Una hip¨®tesis igual de extravagante como las anteriores, pero con el aval esta vez de la investigaci¨®n previa realizada por el Vaticano. La gran sorpresa es que dentro no hab¨ªa nada. Ni siquiera los restos mortales de las dos princesas que hab¨ªan sido enterradas ah¨ª.
"Buscad donde indica el ¨¢ngel", rezaba el ¨²ltimo an¨®nimo que recibieron junto a una fotograf¨ªa de la tumba los familiares de Orlandi. La abogada de la familia, Laura Sgr¨°, explic¨® hace algunos meses que tras haber recibido la carta, se realizaron algunas investigaciones y descubrieron que la tumba se hab¨ªa abierto una vez y que hab¨ªa algunos elementos estructurales que no coincid¨ªan, como la fecha de la estatua que indicaba el an¨®nimo y la de la losa donde se encuentra una inscripci¨®n. Algo que har¨ªa pensar que el espacio fue utilizado a escondidas para dar sepultura a la joven.
Las tumbas abiertas este jueves -en presencia de los abogados de todas las partes y los familiares de Orlandi y de las personas enterradas en estas tumbas- pertenecen a dos princesas alemanas. La llamada tumba del ?ngel, en la que est¨¢ enterrada supuestamente la princesa Sof¨ªa von Hohenlohe, fallecida en 1836, y la de al lado, en la que se encuentran los restos de la princesa Carlotta Federica de Mecklenburgo, que muri¨® en 1840. Ambas se encuentran en el Cementerio Teut¨®nico en una zona intramuros donde un d¨ªa se hallaba el Circo de Ner¨®n, epicentro del martirio de los primeros cristianos. Pese a que la tumba se?alada por el an¨®nimo era solo la del ?ngel, el Vaticano prefiri¨® abrir las dos y eliminar cualquier duda.
El resultado de la apertura era el ¨²nico que no esperaba nadie. El Vaticano ha anunciado que est¨¢n en curso "verificaciones documentales sobre las intervenciones estructurales llevadas a cabo en el ¨¢rea del Cementerio Teut¨®nico". Dichas obras "fueron ejecutadas en una primera fase en el siglo XIX y en una segunda, entre los a?os sesenta y setenta del siglo? XX", reza el comunicado. Adem¨¢s, la Santa Sede subraya que ha "siempre mostrado atenci¨®n y cercan¨ªa al sufrimiento de la familia Orlandi".
El profesor de Medicina Legal en la Universidad de Tor Vergata Giovanni Arcudi ha sido el encargado de pilotar el an¨¢lisis cient¨ªfico de esta nueva hip¨®tesis sobre la misteriosa desaparici¨®n de la ni?a. Este mi¨¦rcoles, en la p¨¢gina de informaci¨®n del Vaticano, antes de conocer que no tendr¨ªa ning¨²n elemento para la exploraci¨®n, explicaba que se examinar¨ªan los restos ¨®seos "para su clasificaci¨®n y dataci¨®n y para todos los dem¨¢s diagn¨®sticos que se puedan hacer en antropolog¨ªa forense, para establecer la edad, el sexo, la estatura, etc".
El caso Orlandi es una pieza clave en el entramado de cr¨ªmenes sin resolver en Italia. Implic¨® en su momento a la mayor¨ªa de grandes poderes del pa¨ªs y ha suscitado una mitolog¨ªa -que a menudo roza lo imposible- que fascina a los italianos y resume un periodo especialmente convulso del pa¨ªs. La adolescente desapareci¨® el 22 de junio de 1983 sobre las siete de la tarde, cuando sal¨ªa de su clase de flauta, en un edificio pegado a la bas¨ªlica de San Apolinar, junto a la romana plaza Navona. Ten¨ªa 15 a?os, era hija de un funcionario del Vaticano que trabajaba directamente con el Papa y siempre se pens¨® que su secuestro pod¨ªa haberse utilizado para presionar a la Santa Sede por los secretos que amasaba el padre.
Eran tiempos donde en Italia se cruzaban las balas de las Brigadas Rojas y las de los escuadrones fascistas. La logia P2 se encontraba en el centro de todos los follones pol¨ªticos y la mafia acababa de desafiar al Estado. La desaparici¨®n de Orlandi, de repente, fue un nexo entre todos esos mundos criminales. Cada cierto tiempo alguien dice saber de ella. La joven, de quien hasta Ali Agca, el turco que intent¨® asesinar al papa?Juan Pablo II, asegur¨® tener informaci¨®n ¡ªsostuvo p¨²blicamente que fue secuestrada para lograr su excarcelaci¨®n como moneda de cambio¡ª, form¨® un remolino de podredumbre en el desag¨¹e de la cloaca italiana que termin¨® implicando a la jerarqu¨ªa vaticana y a los servicios secretos. Nadie logr¨® jam¨¢s dar con ella o una pista realmente convincente. Pero cada cierto tiempo, alguien ha asegurado saber d¨®nde se encontraba.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
