¡®Lava Jato¡¯ y los cuestionamientos

No hay duda que con la Operaci¨®n Lava Jato se destap¨® una de las m¨¢s grandes y sofisticadas estructuras de corrupci¨®n. Empez¨® como investigaci¨®n en un lugar de lavado de autom¨®viles en Brasil (lava jato) en donde se llevaban a cabo transacciones ¡°paralelas¡± en moneda extranjera. Y salt¨® a las nubes del poder.

Ese eslab¨®n llev¨® a detectar la m¨¢s grande interacci¨®n corrupta conocida entre altos niveles del poder pol¨ªtico y del poder econ¨®mico no solo en Brasil, sino en varios pa¨ªses latinoamericanos. Grandes empresas constructoras eran las impulsoras/beneficiarias de una cadena que envolvi¨® a presidentes, ministros, alcaldes y parlamentarios debidamente ¡°estimulados¡± para contratar obras y hacerlas ¡ªla gran mayor¨ªa¡ª con brutales sobrecostos. Tres asuntos indican que lo andado no ha sido poca cosa: por primera vez empez¨® a operar de manera seria la cooperaci¨®n judicial internacional establecida en la Convenci¨®n de la ONU contra la Corrupci¨®n (vigente desde 2005). Esta sigue funcionando; especialmente entre los dos pa¨ªses m¨¢s activos en estas investigaciones: Brasil y Per¨².

Segundo, porque si bien en algunos pa¨ªses la actuaci¨®n de fiscales y jueces sobre este tema ha languidecido un poco, ese no ha sido el caso en estos dos pa¨ªses. En Brasil, 429 personas procesadas penalmente de las cuales 159 ya han sido condenadas. En el Per¨² son 486 las personas que han sido investigadas. En muchos de los casos el intercambio de informaci¨®n entre fiscal¨ªas de los dos pa¨ªses ha sido decisiva.

Tercero, porque mecanismos que no necesariamente fluyen de las tradiciones jur¨ªdicas latinoamericanas han demostrado su utilidad y adaptabilidad para investigar estructuras criminales. La delaci¨®n ¡°desde adentro¡± viene siendo la principal forma de conseguir informaci¨®n valiosa para la justicia.

Todo esto va en el ¡°haber¡± de la investigaci¨®n Lava Jato. No se puede soslayar, sin embargo, el bombazo de las revelaciones hechas por el portal The Intercept sobre procederes cuestionables del entonces juez S¨¦rgio Moro, ¡°pilar¡± simb¨®lico de Lava Jato para algunos. Mensajes conocidos ¡ªy que no han sido desvirtuados con solidez¡ª revelar¨ªan graves inconductas funcionales que ponen en cuesti¨®n la imparcialidad, integridad y obligaciones de ese juez.

Destacan dos asuntos. Uno: reiteradas actuaciones indebidas como consejero o gu¨ªa de los fiscales para conducir las investigaciones o la presentaci¨®n de pruebas. O el ocultamiento de informaci¨®n a un magistrado supremo. Dos: un ostensible y reiterado criterio pol¨ªtico-electoral para definir estrategias judiciales, incluyendo la revelaci¨®n p¨²blica de material grabado que era reserva del proceso.

Estas conductas impropias chocan no solo con principios internacionales vigentes sobre integridad judicial sino con el C¨®digo Procesal Penal brasile?o, que proh¨ªbe que los jueces den asesor¨ªa o ayuda a las partes en los procesos (lo que incluye a los fiscales); esta prohibici¨®n tambi¨¦n es parte del C¨®digo de ?tica Judicial.

?Tumba esto los procesos de Lava Jato? ?Los condenados son, entonces, inocentes? No creo que se pueda saltar a eso. Junto a la inconducta de alguno(s), se est¨¢ ante procesos que pasan por varias instancias y revisiones. No obstante, probablemente algunos de los pasos irregulares que se dieron, sean desandados por decisi¨®n de los tribunales. Para el futuro: recta conducta judicial. Sin caer en el atropello a principios b¨¢sicos de imparcialidad e integridad. En ning¨²n caso.