Boris Johnson se lanza al ruedo electoral con un plan de inversiones en sanidad
El grueso de los fondos ir¨¢ a una veintena de hospitales de Inglaterra con especiales carencias, pero tambi¨¦n hay un reparto sustancial para Escocia, Gales e Irlanda del Norte
Rodeado del equipo m¨¦dico de un hospital de Lincolnshire ¡ªcondado del este de Inglaterra donde el Brexit es especialmente popular¡ª Boris Johnson ha desgranado este lunes un plan de grandes inversiones en la sanidad p¨²blica para ¡°cumplir¡± con una de sus grandes promesas sobre los beneficios de una salida de la Uni¨®n Europea. El primer ministro brit¨¢nico, que ha orientado los primeros pasos de su Gobierno hacia la perspectiva de un desengarce europeo a las bravas, se lanza de este modo a un ruedo electoral sin que se hayan convocado las urnas.
Los ejes de esta campa?a oficiosa son una copia de los de su exitosa apuesta populista en el refer¨¦ndum del 2016: el Vote Leave, que se tradujo en el no del Reino Unido a Europa. ¡°No olviden que estos 1.800 millones de libras (1.950 millones de euros) no estaban sobre la mesa hace tan s¨®lo 10 d¨ªas¡±, proclam¨® un Johnson en pose de campa?a mientras se dejaba fotografiar con los empleados del Pilgrim Hospital. Sus palabras aluden a la inyecci¨®n de recursos que el nuevo jefe de Gobierno se comprometi¨® a conseguir para el NHS, el servicio de salud p¨²blica, al poco de tomar posesi¨®n a finales de julio. El grueso de los fondos ir¨¢ a parar a una veintena de hospitales de Inglaterra con especiales carencias, pero tambi¨¦n hay un reparto sustancial para Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
Entre sus prioridades se encuentra primero la de seducir al ingl¨¦s de a pie (importante nicho de votos conservadores que compiten con los eur¨®fobos del Partido del Brexit); luego a los escoceses cuyas ansias independentistas se han disparado ante el panorama cada d¨ªa m¨¢s real de un no-deal (una salida de la UE sin acuerdo); y, en un lugar que deber¨ªa ser primordial pero que Johnson tiende a despreciar, la de convencer a los norirlandeses de que un Brexit duro no ser¨¢ la hecatombe. Su proyecto de abandonar la Uni¨®n el 31 de octubre, aunque no mediara un pacto con Bruselas, implicar¨ªa el reestablecimiento de una frontera dura entre las dos Irlandas con graves consecuencias econ¨®micas pero sobre todo pol¨ªticas, al revertir un punto esencial de los Acuerdos de Viernes Santo. En ese contexto, los 60 millones de libras adicionales que Londres promete a la sanidad norirlandesa saben a muy poco.
Un diputado menos
En el caso de los ninguneados galeses, el m¨¢s pobre de los territorios auton¨®micos y el ¨²nico que hace tres a?os vot¨® a favor del Brexit, Johnson acaba de encajar su primer toque serio de atenci¨®n desde que desembarc¨® en Downing Street. Una elecci¨®n parcial celebrada all¨ª el pasado jueves le hizo perder un valioso esca?o en el Parlamento brit¨¢nico. Su visita al territorio en v¨ªsperas de los comicios no consigui¨® evitar una derrota que dej¨® reducida la mayor¨ªa parlamentaria de los tories en un solo diputado m¨¢s. Y ventaja s¨®lo te¨®rica, porque entre las huestes conservadoras aflora un sector resuelto a boicotear el no-deal. La perspectiva de una convocatoria de elecciones anticipadas gan¨® terreno tras esas elecciones locales.
El soberanismo se abre paso en Escocia
Por primera vez desde el refer¨¦ndum sobre la independencia de Escocia de 2014 ¡ªque un 55,3% de los votantes rechaz¨®¡ª, las tesis soberanistas se abren paso tras el desembarco de Boris Johnson en Downing Street. Un 46% apoyar¨ªa la separaci¨®n del Reino Unido, frente al 43%, seg¨²n un sondeo publicado por la revista Holyrood. Los c¨¢lculos de Michael Ashcroft, un tory opuesto a Johnson, indican que ese resultado se traducir¨ªa en un 52% a favor de la independencia, si se tiene en cuenta a los indecisos.
En ese punto entra en escena un oscuro personaje que, hace tres a?os, dise?¨® el armaz¨®n para convertir el Brexit en una opci¨®n atractiva: Dominic Cummings, art¨ªfice entonces de la campa?a Vote Leave y designado ahora por Johnson como su principal asesor. ?l ha sido quien recomend¨® poner el foco en la voluntad de ¡°rescatar¡± al reverenciado NHS, pasando por alto que fueron los anteriores gobiernos conservadores quienes aplicaron la tijera a los servicios p¨²blicos.
Si en 2016 la campa?a euroesc¨¦ptica se apoy¨® en una mentira impresa en un autob¨²s (con su lema de que el Brexit reportar¨ªa 350 millones de libras semanales al NHS), ahora Johnson puede esgrimir estar al frente de las cuentas del Estado. Pero sus cr¨ªticos alertan de que el rev¨¦s econ¨®mico que entra?ar¨ªa un Brexit duro ir¨ªa en contra de cualquier alegr¨ªa en el gasto p¨²blico. Johnson conf¨ªa en que los votantes no tengan en cuenta esa ecuaci¨®n.?
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