Macron, teor¨ªa y pr¨¢ctica de la nueva ¡®grandeur¡¯ en v¨ªsperas de un G7 dividido

Emmanuel Macron es un actor de la pol¨ªtica contempor¨¢nea y, al mismo tiempo, quiere ser su fil¨®sofo. Pr¨¢ctica y teor¨ªa. El fin de semana recibir¨¢ en Biarritz (Francia) a sus socios del G7, el grupo de potencias industriales y democr¨¢ticas, pero, al responder este mi¨¦rcoles durante m¨¢s de dos horas a las preguntas de la prensa, no pod¨ªa conformarse con abordar la agenda del d¨ªa y sus contenciosos. Cada respuesta parec¨ªa un peque?o ensayo; cada reflexi¨®n, una lecci¨®n del primero de la clase. Todo lo que a la vez le vuelve seductor e irritante.

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¡°El momento que vivimos desde el siglo XVIII quiz¨¢ est¨¦ a punto de desaparecer¡±, dijo en un momento. ¡°La finalidad de nuestra pol¨ªtica internacional, europea y nacional es poder redefinir el humanismo del siglo XXI, que es lo que es la civilizaci¨®n europea¡±.

Hablaba de la cumbre que iba a empezar 48 horas despu¨¦s pero habr¨ªa podido estar haciendo una disquisici¨®n en un seminario de la Sorbona o un examen oral para entrar en una de las altas escuelas de la ¨¦lite francesa. Varias veces, durante el encuentro que mantuvo este mi¨¦rcoles con los miembros de la Asociaci¨®n de la Prensa Presidencial, us¨® la expresi¨®n ¡°tempo largo¡±, asociada al gran historiador Fernand Braudel. Se refiere a la necesidad de ver m¨¢s all¨¢ de las crisis del d¨ªa a d¨ªa y entender lo que, en su opini¨®n, es un cambio de ¨¦poca trascendental.

¡°Hay una crisis de la democracia: de su representatividad y su eficacia¡±, empez¨® el presidente en uno de sus primeros actos despu¨¦s de la pausa veraniega. A esta crisis, dijo, se a?ade otra: la de las desigualdades. Y esta tiene que ver con otra crisis de fondo: la del capitalismo contempor¨¢neo, cuesti¨®n que retoma una vieja ambici¨®n de su antecesor, Nicolas Sarkozy. La reacci¨®n, analiz¨®, es triple: democracias iliberales, aislacionismo y nuevas formas de violencia. ¡°La recomposici¨®n que afrontamos no se arreglar¨¢ en una sola cumbre o un encuentro, sino que obliga a repensar en profundidad nuestras organizaciones y dar respuesta a estos desaf¨ªos¡±, dijo. ¡°Este es el contexto en el que se inscribe este G7¡±.

Y aqu¨ª es donde Francia, cuyos intereses ¨¦l identifica con los de la Uni¨®n Europea, tiene un papel central, como ¡°potencia de equilibrio¡± entre Estados Unidos y China, un ¡°mundo bipolar en el que Europa corre el riesgo de quedar borrada¡±. ¡°Nosotros no estamos alineados con nadie¡±, insisti¨®, retomando el programa del general De Gaulle: ni con Washington ni con Mosc¨² entonces (aunque en varios momentos de crisis verdadera De Gaulle fue un leal aliado de EE UU); ni con Washington ni con Pek¨ªn ahora. La idea impl¨ªcita es que Donald Trump no representa un cambio coyuntural en la primera potencia mundial, y que los europeos deben aprender a vivir, con o sin Trump, sin la tutela estadounidense, asumir su ¡°soberan¨ªa¡±.

Como buen cartesiano, solo despu¨¦s de la disertaci¨®n entr¨® en asuntos concretos. El Brexit, por ejemplo. Renegociar el acuerdo de salida del Reino Unido de la UE, como pretende el nuevo primer ministro brit¨¢nico, Boris Johnson, ¡°no es una opci¨®n existente¡±. Es m¨¢s, cuestionar la llamada salvaguarda irlandesa ¡ªel acuerdo por el que la frontera entre Irlanda del Norte y la Rep¨²blica de Irlanda siga abierta tras el Brexit¡ª supone jugar con fuego. ¡°La paz en Irlanda es la paz europea y no podemos fragilizarla porque haya una crisis pol¨ªtica, como tampoco podemos fragilizar el proyecto europeo¡±.

Sobre la ca¨ªda del Gobierno italiano, fue claro y contundente. ¡°Italia es un pa¨ªs amigo y un gran pueblo. Merece un Gobierno y unos dirigentes que est¨¦n a esta altura¡±, dijo. Matteo Salvini, ministro del Interior saliente y l¨ªder de la Liga, ha sido en el ¨²ltimo a?o el principal rival europeo de Macron. El italiano, como rostro del nuevo nacionalismo populista; el franc¨¦s, como representante de la Europa centrista y liberal. ¡°La lecci¨®n es que, cuando te al¨ªas con la extrema derecha siempre es la extrema derecha la que gana¡±, a?adi¨®. Alud¨ªa a las ¨²ltimas elecciones europeas, que el Movimiento 5 Estrellas perdi¨® ante su aliado, la Liga de Salvini.

El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, ser¨¢ el gran ausente en Biarritz, al haber sido expulsado del G8 en 2014 tras la anexi¨®n ilegal de la pen¨ªnsula ucrania de Crimea. Trump, que el martes habl¨® m¨¢s de una hora con Macron, ha expresado su deseo de readmitir a Rusia en el club. Macron es m¨¢s tibio pero abre la puerta. ¡°Es pertinente que Rusia acabe volviendo y retomemos el formato del G8¡±, dijo. Pero insisti¨® en que la condici¨®n irrenunciable es encontrar una soluci¨®n al conflicto en Ucrania. ?Significa esto que Rusia debe abandonar Crimea? ?O el G7, dividido en el comercio, Ir¨¢n o el clima, lo acepta como un hecho consumado? ¡°No me corresponde a m¨ª marcar de antemano las l¨ªneas rojas¡±, respondi¨®.

No s¨®lo emula a De Gaulle en la voluntad de ¡°arrimar¡± a Rusia a la UE, por usar una expresi¨®n habitual en Macron, ni en la voluntad de ser una potencia mediadora ni en la creencia en el papel singular de Francia en Europa. Tambi¨¦n es gaulliano en la afici¨®n a estas ruedas de prensa maratonianas. Porque el poder del presidente franc¨¦s es el de la palabra.?

Y muchos de sus problemas internos vienen precisamente de la percepci¨®n de arrogancia y elitismo en su expresi¨®n.